La interferencia de Estados Unidos y la reducción del apoyo financiero a la planificación familiar, el aborto y la prevención de enfermedades de transmisión sexual son causas cada vez más determinantes de muerte y discapacidad en el Sur pobre.
Medio millón de mujeres mueren cada año por causas relacionadas con embarazos, abortos y partos, 99 por ciento de ellas en países en desarrollo, informó la Organización Mundial de la Salud (OMS).
"Estas muertes no serán toleradas en otras circunstancias", dijo Dorothy Shaw, de la Facultad de Medicina de la canadiense Universidad de Columbia Británica.
Los países no cumplen con sus responsabilidades y promesas de financiar programas de salud sexual y reproductiva, incluido el acceso universal a métodos anticonceptivos, que por sí solo reduciría drásticamente la cantidad de abortos, señaló Shaw.
"Más de 68.000 mujeres fallecen cada año por abortos clandestinos", afirmó Janie Benson, vicepresidenta de investigaciones de Ipas, organización no gubernamental dedicada a aumentar la capacidad de las mujeres de ejercer sus derechos sexuales y reproductivos.
Buena parte de los 20 millones de mujeres que se someten a abortos inseguros cada año sufren complicaciones médicas, algunas de ellas de por vidas, dijo Benson a IPS.
"Esta pandemia se puede prevenir", enfatizó.
Los abortos legales son muy seguros. Y cuando esta práctica se despenaliza no aumenta su frecuencia, aseguró, citando como ejemplo la experiencia sudafricana.
Sin embargo, como legalizó el aborto, Sudáfrica ya no puede recibir financiamiento del Programa Conjunto de las Naciones Unidas contra el VIH/Sida (Onusida) para proyectos de salud sexual y reproductiva.
"Necesitamos que los gobiernos decidan que vale la pena salvar las vidas de las mujeres", opinó.
Un cambio en la política de asistencia de Estados Unidos podría mejorar la vida sexual y reproductiva en todo el mundo, según una serie de seis informes coordinados por la OMS publicados esta semana en la revista médica británica The Lancet.
En lo que oficialmente se conoce como Política de la Ciudad de México (porque allí fue acordada), el gobierno de George W. Bush estableció que Estados Unidos no puede brindar asistencia en materia de planificación familiar a organizaciones no gubernamentales extranjeras que usen financiamiento de otras fuentes para practicar, recomendar o remitir a mujeres para que les realicen abortos.
Es difícil subestimar la destructividad de la política de Estados Unidos, dijo Steven Sinding, ex director general de la Federación Internacional de Planificación de la Familia (IPPF).
Esta entidad perdió 15 millones de dólares en asistencia a causa de esta política, conocida como la "regla mordaza" porque reprime el libre discurso y el debate público sobre asuntos vinculados al aborto.
"Como consecuencia, tres de los cinco centros de planificación familiar apoyados por la IPPF en Kenia fueron forzados a cerrar", dijo Sinding a IPS.
Las consecuencias directas de esas clausuras fueron "un drástico aumento en los abortos inseguros y un incremento sustancial de los embarazos no deseados", explicó.
"Estados Unidos está vergonzosamente solo en esto", opinó Stan Bernstein, asesor del Proyecto de la Organización de las Naciones Unidas para el Milenio.
"Ningún otro país promueve la exclusión de servicios de salud sexual y reproductiva por asuntos vinculados al aborto", destacó Bernstein en una entrevista.
Pero como Estados Unidos es el país —y el donante— más rico del mundo, su política tiene un impacto importante en esos servicios.
Lo que a menudo se olvida en los debates en torno a política e ideología, es que los nacimientos no deseados y sus consecuencias sobre la salud son un impedimento importante para el desarrollo.
Los países de bajos ingresos no pueden acompasar las actuales necesidades sanitarias de sus jóvenes y no pueden mejorar sin planificación familiar, dijo Bernstein.
Entre 1960 y 2000, la proporción de mujeres de todo el mundo que usaron métodos anticonceptivos modernos aumentó de menos de 10 por ciento a 60, y el número promedio de nacimientos por mujer cayó de seis a tres.
Sin embargo, en la mitad de los países de ingresos bajos y medio-bajos, la fertilidad, el crecimiento demográfico y las necesidades no cumplidas en materia de planificación familiar siguen siendo altos, mientras que el uso de anticonceptivos se mantiene bajo.
Como consecuencia, más de 120 millones de parejas no pueden satisfacer su necesidad de anticonceptivos modernos y se calcula que 80 millones de mujeres tienen embarazos no buscados o no deseados, 45 millones de los cuales terminan cada año en en abortos, informó The Lancet.
Las complicaciones vinculadas al embarazo matan a medio millón de mujeres cada año, y dejan a unos 210 millones de mujeres con discapacidades.
En África, menos de 10 por ciento de la población tiene acceso a anticonceptivos, dijo Bernstein.
"En África, solamente los ricos tienen el tamaño de familia que quieren", aseguró.
En cuanto a la estrategia de la Casa Blanca de promover la abstinencia, la mayoría de las mujeres no tienen control sobre sus vidas y no pueden negarse a tener sexo, explicó Shaw.
"Cincuenta por ciento de los ataques sexuales son contra niñas menores de 15 años. Esa es la realidad en muchos países de bajos ingresos", agregó.
La planificación familiar es una herramienta poderosa para estimular el desarrollo, pero el financiamiento cayó 30 por ciento en años recientes, por lo que está "desesperadamente subfinanciada", según Sinding.
Los actuales niveles de financiamiento son menos de la mitad de lo que los 179 países comprometieron a pagar en la conferencia sobre población y desarrollo realizada en 1994 en El Cairo.
Por lo tanto, no hubo ningún avance en 20 años, dijo. "Todavía fallecen 500.000 mujeres cada año, igual que en 1994".
Entre 1995 y 2003, el apoyo de donantes a la planificación familiar se redujo de 560 millones de dólares a 460 millones de dólares.
Solamente en África, se proyecta que los programas de planificación familiar cuesten más de 270 millones de dólares en 2006 y casi 500 millones de dólares en 2015. Y el financiamiento disponible para 2006 será de unos 70 millones menos de lo que se necesita.
"Sin aumentos importantes en el financiamiento no hay esperanza de mejorar", resumió Sinding. ***** +Salud al día – Cobertura especial de IPS Noticias (https://www.ipsnoticias.net/_focus/salud/index.asp) +Ipas, en inglés (http://www.ipas.org) +Organización Mundial de la Salud (http://www.who.int/es/index.html) +The Lancet, en inglés (http://www.thelancet.com/) +Federación Internacional de Planificación de la Familia (http://www.ippfwhr.org/) (FIN/IPS/traen-js-mj/sl/ks/wd md he dv wo/06)