ISRAEL-SIRIA: Cambio de roles

Siria parece ahora dispuesta a ofrecerle a Israel lo que este país siempre quiso, pero ahora impone condiciones.

Esta vez no es el gobierno sirio el que insiste en que el israelí la devolución de las Alturas del Golán como requisito para iniciar un diálogo de paz.

"No hay precondiciones", dijo el canciller sirio Walid Moallem al diario estadounidense The Washington Post tras ser consultado por la disposición israelí a devolver a Siria la estratégica cadena montañosa de las Alturas del Golán, capturada en la guerra de 1967.

"Debe comenzar un diálogo constructivo, sin prerrequisitos", declaró..

El presidente sirio Bashar Assad desafió a las escépticas autoridades israelíes, entrevistado por el diario italiano La Repubblica, a tomar en serio su oferta de paz. "Que corran el riesgo y averigüen si Siria miente o no", dijo.

Pero el primer ministro israelí Ehud Olmert no parece estar de humor para correr riesgos o está convencido de que no se puede confiar en los dichos de Assad.

En varias declaraciones más desdeñó la tentativa conciliatoria de Damasco.

Los dichos de Assad no se condicen con sus actos, advirtió Olmert en una conferencia de prensa que brindó esta semana en Jerusalén junto con su par de Gran Bretaña, Tony Blair.

Entre las acciones que supuestamente desmienten al gobierno sirio, según el primer ministro israelí, figuran las conspiraciones contra el gobierno de Líbano, el respaldo al Movimiento de Resistencia Islámica (Hamas) gobernante en Palestina y a grupos terroristas antiestadounidenses y los esfuerzos para socavar los avances del proceso de paz árabe-israelí.

Pero Olmert también es plenamente consciente de la oposición del presidente estadounidense George W. Bush al diálogo con Siria, a pesar de a las recomendaciones del Grupo de Estudios sobre Iraq creado por el Congreso legislativo en Washington y divulgadas a principios de mes.

El ISG es una comisión de expertos designada por el Congreso legislativo de Estados Unidos y copresidido por el ex jefe de la diplomacia James Baker y el ex representante del Partido Demócrata Lee Hamilton.

El informe del Grupo copresidido por el ex secretario de Estado (canciller) James Baker y el ex legislador del hoy opositor Partido Demócrata Lee Hamilton propone un drástico cambio de rumbo en la política estadounidense en Medio Oriente.

El informe Baker-Hamilton, que impulsa un acercamiento con Siria e Irán para resolver la crisis iraquí, es objeto de un agresivo ataque por parte de los medios de prensa neoconservadores estadounidenses, como el diario The Wall Street Journal y el semanario Weekly Standard

Según versiones periodísticas, Olmert comunicó esta semana a sus ministros que Israel no aceptaría la invitación al diálogo de Assad mientras Bush, "el aliado estratégico más importante del país, se opusiera a las negociaciones con Siria".

La última vez que Israel y Siria se sentaron en la misma mesa fue en enero de 2000 en la ciudad de Shepherdstown, en el oriental estado estadounidense de Virginia Occidental.

Esa vez estuvieron a punto de alcanzar un acuerdo que no prosperó porque Israel se resistía a resignar las Alturas del Golán con el argumento de que permitiría a Siria acceder al mar de Galilea, el principal recurso hídrico del estado judío.

En su autobiografía, el presidente estadounidense Bill Clinton (1993-2001), promotor del encuentro, señaló que el entonces primer ministro israelí Ehud Barak frustró el acuerdo a último momento porque las encuestas de opinión sugerían que sus compatriotas no lo aceptarían.

Pero Barak replicó que Clinton se había basado en "imprecisiones de hecho" para elaborar esa explicación.

La frontera sirio-israelí permanece tranquila desde hace mucho tiempo, pero el fuerte respaldo de Damasco al chiita Partido de Dios (Hezbolá), de Líbano, la torna en un área peligrosa.

En julio, Israel lanzó una gran ofensiva militar contra Hezbolá en Líbano tras el ataque de milicias de ese partido contra una patrulla israelí en el que fueron secuestrados ocho soldados y asesinados otros dos.

Muchos de los proyectiles lanzados por Hezbolá desde el sur de Líbano al norte de Israel durante el mes que duró la guerra, en especial los de largo alcance, fueron proporcionados por Siria.

Algunos expertos israelíes sostienen que Siria utiliza a Hezbolá para obligar a Israel a abandonar las Alturas del Golán. Pero la posibilidad de un acuerdo radica, implícitamente, el que si Israel se retira de esa cadena montañosa, Siria dejará de apoyar al partido chiita.

Entonces ¿cuál es el inconveniente de negociar con Assad?

Los asesores de Olmert entienden que la existencia de un acuerdo de paz no impedirá a Siria seguir dando su apoyo a grupos como Hamas y Hezbolá. Pero también advierten que, si las conversaciones llegan a fracasar, el resultado podría ser una escalada de violencia en la frontera.

Además, insisten en que la motivación secreta de la invitación de Assad no es su deseo de alcanzar un acuerdo con Israel, sino librarse de la presión internacional y abandonar el "eje del mal" postulado por Bush mostrándose razonable y constructivo.

Pero no todos los políticos israelíes comparten esa visión.

El ministro de Defensa Amir Peretz, líder del centroizquierdista Partido Laborista, declaró públicamente que el gobierno no debe ignorar las ofertas de paz de Assad. "Entablar conversaciones con Siria es algo que debe hacerse", declaró esta semana.

Por su parte, el legislador Ran Cohen, del opositor partido Meretz, señaló que "Israel se encuentra en una situación absurda, en la que Siria se aparta de su tradicional postura al señalar que su propuesta es seria, mientras el gobierno israelí se aleja de la suya al bloquearla".

De repente se intercambiaron los roles. Ahora es Israel el que exige condiciones.

Miembros de Kadima indicaron que si Assad realmente quiere sentarse a la mesa de negociaciones, primero debe probar su sinceridad clausurando las sedes en Damasco de Hamas y la Jihad Islámica, partidos que abogan por la destrucción de Israel.

Pero para otros políticos israelíes, el objetivo de romper los vínculos estrechos entre Irán y Siria debería bastar para iniciar una negociación, sin más requisitos.

Israel teme que Irán esté fabricando armas nucleares. Algunos expertos consideran que si Assad obtiene suficientes incentivos para alejarse de esa potencia regional, Irán podría quedar aislado.

Pero "la pregunta no es qué le daremos a Siria", dijo el primer ministro israelí en su reunión de gabinete de esta semana.

"Después de todo, Barak y (el también ex primer ministro Benjamin) Netanyahu ofrecieron íntegras las Alturas del Golán. ¿Y qué recibió de Siria? ¿Las circunstancias actuales nos permitirán romper los vínculos entre Irán y Siria? ¿Podremos romper el respaldo sirio a Hamas? Debemos considerar estas cosas con reserva y sumo cuidado."

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