DESAFÍOS 2006-2007: Darfur se desangra

Casi cuatro años después de iniciado el conflicto en la occidental zona sudanesa de Darfur, crecen los llamados a redoblar esfuerzos para poner fin a la violencia.

Soldados de la Unión Africana limpian sus armas en Darfur Crédito: Derk Segaar/IRIN
Soldados de la Unión Africana limpian sus armas en Darfur Crédito: Derk Segaar/IRIN
Durante un encuentro en las celebraciones del Día Internacional de los Derechos Humanos, el 8 de este mes, el saliente secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Kofi Annan, reiteró que el mundo podía y debía intensificar las iniciativas para resolver la crisis.

En los últimos dos meses se reanudaron los combates en la zona, y las agencias humanitarias advierten que miles de civiles huyen a las montañas, donde no se los puede ayudar.

El gobierno sudanés combate al Frente de Redención Nacional, una coalición de grupos rebeldes que no firmaron el Acuerdo de Paz por Darfur de mayo pasado en Abuja, la capital de Nigeria.

El acuerdo fue el resultado de negociaciones auspiciadas por la Unión Africana entre representantes de Jartum y el rebelde Movimiento para la Liberación de Sudán (SLM) y el Movimiento por Justicia e Igualdad (JEM). Una de las facciones del SLM firmó el pacto, pero fue rechazado por los demás sectores del mismo grupo y por el JEM.
[related_articles]
El Frente de Redención Nacional está activo principalmente en el norte de Darfur, donde civiles han sido víctimas de bombardeos indiscriminados por parte de las fuerzas del gobierno, señaló la organización Human Rights Watch (HRW), con sede en Nueva York.

El conflicto en Darfur se ha caracterizado por campañas contra los grupos étnicos indígenas negros Fur, Masaalit y Zaghawa, considerados simpatizantes de los rebeldes.

Tanto las fuerzas del gobierno como las milicias árabes Janjaweed (hombres a caballo) son acusados de atacar a civiles.

Las viejas tensiones en la región se originaron en una disputa por los recursos de la tierra entre los indígenas negros y los nómades árabes.

Trabajadores humanitarios también han sido objeto de ataques, lo que ha motivado la reubicación de 71 de estos que se encontraban en la meridional localidad Gereida.

Hombres armados habrían ingresado a recintos de diversas organizaciones humanitarias, acosado a los funcionarios, confiscado equipos de comunicación y robado vehículos y dinero.

Muchos temen que, dado que estos trabajadores humanitarios no pueden asistir a grandes números de desplazados, la situación se agrave aun más en el corto plazo. Gereida se convirtió en la localidad con mayor población de desplazados, con 130.000.

En total, unos 400 trabajadores humanitarios han sido reubicados este mes por razones de seguridad, el mayor número mensual desde que comenzaron su misión en Darfur.

Entre julio y septiembre de este año, 11 trabajadores humanitarios murieron en Darfur, según agencias internacionales.

Más de 200.000 personas, en su mayoría civiles, han muerto durante el conflicto, en tanto que unas 2,5 millones huyeron de sus hogares, según datos de la ONU. Estados Unidos calificó la crisis de "genocidio".

Autoridades sudanesas han sido acusadas de hacer poco para traer estabilidad a la zona, a pesar de haber firmado el Acuerdo de Paz.

Aunque Jartum ahora aceptó el despliegue de un contingente de cascos azules de la ONU para ayudar a las fuerzas de paz de la Unión Africana, ya presentes en Darfur, había rechazado previamente la propuesta, señalando que se trataba de una interferencia en los asuntos sudaneses.

Apenas 7.000 soldados mal equipados de la Unión Africana fueron enviados a intentar frenar la violencia Darfur, zona con un territorio similar en tamaño al de Francia. No obstante, Jartum desea que la Unión Africana permanezca en el comando de la fuerza de paz expandida. Hasta ahora, las autoridades sudanesas no han especificado cuántos soldados extranjeros permitirán que ingresen al territorio.

"Funcionarios responsables de orquestar el conflicto desde 2003 parecen temer que un mayor grupo de soldados de la ONU en Darfur pudiera facilitar eventuales acusaciones ante la Corte Penal Internacional", de la Haya, dice un informe de HRW divulgado en octubre.

Los esfuerzos de IPS por obtener comentarios sobre Darfur en la embajada sudanesa en Kenia fueron infructuosos. El viceembajador, Abdalla Omar, dijo que no estaba autorizado para hacer declaraciones sobre el tema.

Jartum niega estar involucrado en los ataques a civiles y asegura que trabaja por poner fin al conflicto.

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe