Más de la mitad de los africanos y uno de cada tres latinoamericanos que tuvieron contacto con policías en los últimos 12 meses les pagaron al menos un soborno, según Transparencia Internacional.
En Europa y América del Norte, el público tienen mucha menos experiencia en materia de corrupción, pero la mayoría cree que los gobiernos no hacen suficiente contra el fenómeno, según una encuesta realizada por esta organización no gubernamental internacional.
Este flagelo puede tener un efecto dramático en la vida de los pobres, dijo David Nussbaum, director ejecutivo de Transparencia, al presentar este jueves en Bruselas el último informe anual Barómetro Global de la Corrupción.
En algunos países, servicios básicos como la electricidad les son negados a los pobres, que ni siquiera pueden pagar pequeños sobornos, indica el informe.
El promedio de cada comisión ilegal pagada a empresas de servicios públicos en África equivale a ocho dólares, una suma enorme para los más pobres. Cada soborno pagado a jueces, policías o escuelas en ese continente representan, promedialmente, más de 65 dólares.
En América Latina, la gente paga sobornos que, en promedio, ascienden a más de 600 dólares para obtener servicios médicos.
El Barómetro Global de la Corrupción 2006 se basa sobre una encuesta a casi 60.000 personas en 62 países, realizada por la firma de opinión pública Gallup International entre julio y septiembre de este año.
Japón, España, Taiwán, Hong Kong y Croacia están entre los países donde los participantes en la encuesta creen que la corrupción o sus efectos empeoraron.
En cambio, los entrevistados de India perciben algunas mejoras. Pero "el Barómetro no fue concebido para determinar tendencias", dijo Nussbaum a IPS. "Y el progreso puede significar progreso partiendo de una base muy baja."
En el mundo, los receptores más frecuentes de soborno son los policías, los servicios de registros y permisos, y los jueces, según Transparencia.
Pero el público ve a los partidos políticos y a los parlamentos como las instituciones más corruptas, después de los empresarios, los policías y los magistrados. Las entidades religiosas, organizaciones no gubernamentales y servicios de registros y permisos son objeto de menos suspicacia.
En muchos países de África y en otros, como Bolivia, Filipinas, Corea del Sur y Turquía, más de 70 por ciento de los consultados aseguraron que la corrupción afecta sus vidas personales en alto grado. Y 22 por ciento de los europeos se sienten personalmente afectados.
Los europeos "posiblemente piensen en las consecuencias que el fraude puede tener en sus trabajos o sus pensiones", dijo Nussbaum. Pero el público del resto del mundo tiene la impresión, según la encuesta, de que la vida política y empresarial son más afectadas por la corrupción que la vida familiar.
Apenas entre uno y tres por ciento de los consultados en los países de Europa occidental y América del Norte donde se llevó a cabo la encuesta dijeron haber tenido que pagar un soborno en los últimos 12 meses.
Pero 70 por ciento de los europeos y 78 por ciento de los norteamericanos piensan que la acción de sus gobiernos contra la corrupción es ineficaz o inexistente.
"En el momento en que se realizó el sondeo la prensa de Occidente destacaba algunos grandes casos de corrupción: la compra de escaños en la británica Cámara de los Lores, el posible cohecho vinculado a actividades de la empresa alemana Siemens en Asia, África y Europa, y el caso del activista político Jack Abramov en Estados Unidos", involucrado en un escándalo de compra de votos, explicó Nussbaum.
Casi uno de cada cinco norteamericanos, junto con 15 por ciento de asiáticos y 23 por ciento de latinoamericanos, piensan que sus líderes realmente alientan la corrupción, según el estudio.
Inesperadamente, aunque en los países africanos muchos pagan sobornos, son menos críticos hacia sus gobiernos. "Una cantidad de países africanos realmente se están centrando más en la lucha contra la corrupción", dijo Nussbaum.
"Quedan importantes desafíos, pero los africanos tienen la impresión de que sus líderes están haciendo algo. Y debo decir que a menudo ven estos esfuerzos debilitados por multinacionales que pagan sobornos. En estudios previos hallamos que las compañías europeas están mucho más inclinadas a pagar sobornos en África que en Europa", agregó.
Los países que firmaron la Convención de las Naciones Unidas contra la Corrupción se reunirán del 10 al 14 de diciembre en Jordania para fortalecer el cumplimiento con el acuerdo, que entró en vigencia el año pasado.
"Esta es una importante oportunidad para el cambio", opinó Nussbaum. Desde el punto de vista estatal, los países pueden adoptar códigos de conducta para empleados públicos, proteger a quienes denuncian prácticas corruptas dentro de sus propias organizaciones y asegurarse de que los infractores sean castigados, sugiere Transparencia.
El informe fue conocido en las vísperas del Día Internacional Contra la Corrupción, que se celebrará el 9 de diciembre. ***** +Transparencia Internacional, en inglés (http://www.transparency.org/)
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