Cuba intenta reactivar su alicaída industria azucarera con importantes inversiones para la zafra que comienza en las próximas semanas, con la esperanza de elevar la producción y aprovechar así los mejores precios del mercado internacional.
Expertos calculan que, de acuerdo con la caña disponible (28 por ciento más que en la cosecha pasada), el país podría obtener ahora alrededor de un millón y medio de toneladas de azúcar, aunque las condiciones del clima podrían frustrar esas aspiraciones.
El Centro del Clima del Instituto de Meteorología cubano alertó a comienzos de mes que la presencia del evento climático El Niño-Oscilación del Sur (ENOS) tornará el periodo enero-abril en más lluvioso que lo normal y, en ocasiones, hasta más tormentoso.
El ENOS se manifiesta cuando la temperatura superficial del agua varía más de medio grado por encima de lo normal durante al menos cinco meses seguidos en el occidente, el centro y el oriente del océano Pacífico.
La temporada normal de lluvias en Cuba terminó en noviembre y el agua caída este año favoreció las plantaciones cañeras y, en general, a toda la agricultura.
Según los pronósticos, la etapa invernal que comenzó este mes será de baja temperatura —lo que contribuye a una mayor concentración de sacarosa en el tallo de la caña—, pero acompañada de lluvias abundantes.
"Un exceso de precipitaciones en plena cosecha produce un efecto contrario. Hay menos contenido de sacarosa y se dificulta el movimiento de la maquinaria agrícola", comentó a IPS un experto que prefirió no ser identificado.
La zafra involucrará entre enero y abril a 51 ingenios, algunos de los cuales podrían comenzar sus tareas un poco antes "para ganar tiempo y tratar de reducir eventuales pérdidas por inclemencias del clima", explicó el especialista.
El gobierno cubano destinó este año importantes recursos para la adquisición de fertilizantes, herbicidas, equipos y componentes diversos, en el marco de una estrategia dirigida a reactivar esta industria, que en la cosecha que finalizó en junio obtuvo apenas 1,2 millones de toneladas de azúcar.
Ese pobre resultado privó al país de beneficiarse del alza de los precios en el mercado internacional. Cuba, incluso, debió importar azúcar refinado para satisfacer su demanda interna, estimada en unas 700.000 toneladas.
La libra de azúcar llegó a cotizarse en abril a 17 centavos de dólar, aunque en septiembre bajó a 9,40 centavos, para repuntar nuevamente en octubre a 11 centavos. Entidades especializadas estiman que, aun en los escenarios más conservadores, los precios superarán los 12 centavos de dólares por libra.
Medios especializados alertaron que para 2007 se prevé una producción mundial de 159,7 millones de toneladas, contra 153 millones de toneladas en 2006.
En 2002, Cuba puso en marcha la reestructuración de su industria azucarera cerró definitivamente alrededor de la mitad de sus 156 ingenios, justamente para ajustar su producción a los precios internacionales, que llegaron a situarse por esa época a seis centavos de dólar por la libra.
De ahí que, según expertos consultados por IPS, la bonanza del mercado mundial sorprendió a la industria azucarera descapitalizada y casi "al borde del colapso" por la falta de recursos para funcionar.
En una reunión con el presidente cubano Fidel Castro, directivos del sector azucarero decidieron en febrero dedicar los recursos necesarios para revitalizar la industria, aumentar la siembra e inclusive modernizar la maquinaria disponible.
En ese sentido, algunos medios especializados consideraron los preparativos para la zafra que comienza como los mejores de los últimos años.
"La llegada de recursos nos reanimó mucho y estamos trabajando para recuperar el tiempo perdido", confió a IPS un antiguo profesional del sector.
La estrategia inversionista incluye recursos para modernizar las actuales 11 destilerías de alcohol e instalar siete nuevas, a fin de aprovechar el auge del etanol carburante.
La zafra de 2006 resultó la peor en casi un siglo y habría obligado a la importación de unas 250.000 toneladas de azúcar refinado para asegurar la entrega mensual de cinco libras a cada uno de los 11,2 millones de habitantes de Cuba, entre otros compromisos del mercado interno.
Entre 1980 y 1991, la producción cubana de azúcar fue de entre seis millones y más de ocho millones de toneladas, que se exportaban a precios preferenciales a la hoy disuelta Unión Soviética.
Actualmente, Cuba exporta unas 400.000 toneladas a China, que se ha convertido en el segundo socio comercial de este país después de Venezuela.