Volvieron los carteles que dicen «Bienvenidos a Serbia» después de 15 años de ausencia por las guerras y el aislamiento internacional. Otros más se colocarán tras conocerse los sorpresivos réditos dejados por el turismo tras el retorno de la paz al país.
"En los primeros ocho meses de este año el turismo creció 34 por ciento, respecto de igual periodo de 2005", informó el director de la Organización Nacional de Turismo, Miodrag Popovic.
"Fue una sorpresa porque durante muchos años no fuimos tan interesantes", añadió. Al menos no para los turistas, por cierto.
"Difícilmente Serbia tuviera algo para ofrecer en los tiempos de las guerras de la década del 90, años de aislamiento y, en especial, el bombardeo de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) de 1999", dijo a IPS el ex director de esa misma organización Milica Cubrilo.
"Para las personas, que en ocasiones venían de vista, resultó interesante ver las ruinas del centro de Belgrado dejadas por el bombardeo", indicó Cubrilo.
"Otros visitantes tampoco podrían haberse descrito como turistas, estaban de paso en Serbia hacia Grecia, Bulgaria o Turquía. Prácticamente no existió este sector económico desde 1991 y desde las guerras que llevaron a la desintegración de la antigua Yugoslavia".
Los verdaderos turistas comenzaron a aparecer después del cambio de régimen en 2000.
Los primeros en llegar fueron jóvenes eslovenos, croatas y bosnios musulmanes para quienes Serbia era un lugar exótico, parte del gran territorio que alguna vez compartieron sus países. La visita tenía además un valor agregado para ellos pues en su país señalaban a éste como la fuente de todos los males.
Esos jóvenes llegaban en general para las fiestas de Año Nuevo o los conciertos de artistas internacionales. Luego, tras la reapertura de Serbia a la inversión extranjera, les siguieron los empresarios.
El resurgimiento de los cruceros de lujo por el río Danubio, desde Viena hacia el mar Negro, tras 10 años de ausencia, puso a Belgrado y a Serbia a la cabeza de los mejores destinos turísticos de organizaciones internacionales del sector.
Más de 300 embarcaciones atracaron en el puerto de esta ciudad desde mayo a septiembre de este año. "Más de 30.000 personas que venían en esos barcos visitaron Belgrado en verano", dijo a IPS el portavoz de la Organización Nacional de Turismo, Dejan Veselinov. "Eso es fantástico, el puerto estuvo a punto de morir durante años", apuntó.
Pero Popovic señaló que los ingresos procedentes del turismo fueron sólo de 258,7 millones de dólares en los primeros ocho meses del año, una pequeña porción de los miles de millones que cada año dejan los turistas en la vecina Croacia.
Ese país tiene la maravillosa costa adriática, mientras nosotros tenemos que desarrollar muchas cosas", dijo a IPS. "Sobretodo centros turísticos ya que tenemos zonas bien conservadas, con su belleza natural, en el centro de Serbia".
Más de 80.000 personas pasaron el verano en muchos centros turísticos. La mayoría eran serbios, pero también algunos extranjeros residentes de Belgrado.
"Otro aspecto promocional puede ser el llamado turismo citadino, visitas cortas de jóvenes profesionales, que están cambiando la tendencia del sector en general, dentro del cual los antiguos sitios romanos también pueden tener un interés particular para muchos de ellos", añadió Popovic.
Se comenzaron a construir pequeños hoteles familiares en toda la capital para albergar a más turistas. Dispuestos en muchos lados, éstos ofrecen un servicio de alta calidad e instalaciones de lujo. Son muy solicitados y a menudo hay que reservar con muchos meses de antelación.
El gobierno serbio destinó 55 millones de dólares para desarrollar el turismo en los próximos dos años. Los primeros dos millones se utilizaron para capacitar a los empleados del sector en Belgrado y en la popular estación de ski de Kopaonik, en el sur del país.
"No basta con ser gentil y hablar algo de inglés a los extranjeros", señaló Veselinov. "Hay formas más perfeccionadas de comunicarse con los turistas y la gente tiene que hacer un esfuerzo por aprenderlas", añadió.
Muchos lugares se acondicionaron para atraer turistas. Los antiguos sitios romanos a lo largo del Danubio se reconstruyeron en los últimos cinco años tras décadas de descuido.
Un grupo de entusiastas de la Universidad de Belgrado utilizaron fondos locales y extranjeros para iniciar la reconstrucción de la Viminatium, una fortaleza romana que tuvo su auge del siglo I al IV antes de cristo, cuando fue destruida por tribus bárbaras.
A tan solo 100 kilómetros de la capital, los visitantes pueden ver los baños termales, los templos y las plazas de Viminatium, un pequeño museo con joyas y artefactos de unos 2.000 años de antigüedad y el sitio donde más de 13.000 soldados romanos junto a sus familiares fueron enterrados durante los siglos de florecimiento de la fortaleza.
"Exploramos y reconstruimos sólo cinco por ciento de Viminatium", dijo a IPS el jefe de la investigación, el arqueólogo Miomair Korac. "Esperamos crear el primer parque arqueológico en Serbia en un par de años".