Las autoridades sanitarias mundiales se declararon preocupadas ante las evidencias de que la pandemia del síndrome de inmunodeficiencia adquirida (sida) sigue en aumento en todas las regiones, según consta en un informe distribuido este martes.
El número de contagios crece, al igual que el de personas que han contraído el virus de inmunodeficiencia humana (VIH), la antesala del sida, precisó Peter Piot, director ejecutivo de Onusida.
Las cifras del informe preparado por Onusida (Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre VIH/Sida) en cooperación con la Organización Mundial de la Salud (OMS) revelaron que al cabo de este año ascenderán a 39,5 millones las personas contagiadas de VIH, 2,6 millones más que las registradas en 2004.
Sin embargo, en el estudio de las dos agencias sanitarias difundido hace un año se consignó que el número de personas infectadas de VIH en 2005 llegaban a 40,3 millones. Karen Stanecki, epidemiologista de Onusida, aclaró a IPS que las cifras divulgadas este martes en Ginebra son estimativas.
Los 39,5 millones consignados son compatibles con la cifra definitiva del 2005 que Onusida divulgó en mayo pasado, precisó la experta.
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De esos números se desprende que cada ocho segundos se contagia una persona, lo cual equivale a unas 11.000 nuevas infecciones cada día.
Las dos agencias de la ONU (Organización de las Naciones Unidas) mostraron inquietud por la tendencia de la epidemia. Tal vez el mayor motivo de preocupación sea el comprobar un aumento de la pandemia en países como Uganda o las naciones occidentales, que antes habían obtenido buenos resultados, justificó Piot.
Esa tendencia, que se observa, además de Uganda, en Tailandia, Europa occidental y Estados Unidos, obliga a pensar en una fórmula sostenible de respuesta al sida en el largo plazo. Esta epidemia no va a terminar en un par de de los años venideros, dijo el funcionario.
En contraste, otra organización especializada, el Fondo Global de Lucha contra el Sida, la Tuberculosis y el Paludismo, una asociación pública y privada que recolecta fondos para prevención y tratamiento de esas enfermedades, hizo una lectura más optimista de los datos consignados en el informe.
El Fondo Global opinó que el documento sobre la Situación de la epidemia de Sida en 2006 "indica que la prevalencia de VIH ha declinado en forma significativa en algunos países africanos". La institución observó igualmente que el creciente acceso a los tratamientos antirretrovirales contra el sida ha aportado millones de años adicionales de vida sana.
El informe precisa que a fines de este año se habrán verificado 4,3 millones de nuevas infecciones, 2,8 millones de los cuales corresponden a África subsahariana. También se comprobaron incrementos importantes en Europa oriental y en Asia central, de hasta 50 por ciento en las tasas de infección, puntualizó Stanecki.
Con todo, Piot extrajo algunas conclusiones optimistas, como la comprobación de que se han vuelto a registrar inversiones en la lucha contra el mal. Otro aspecto alentador tiene que ver con los cambios advertidos en la conducta sexual de los jóvenes de algunos países africanos, principalmente, pero también caribeños.
En consecuencia, en esa franja de población han disminuido las infecciones de VIH, como en los casos de Kenia, Malawi, Zimbabwe y otros, dijo el director del Onusida.
Por otra parte, los datos del documento demuestran que las inversiones realizadas en la lucha contra el sida dan sus frutos, como ocurre cuando se orientan a los programas con mensajes de prevención dirigidos a las poblaciones de mayor riesgo.
Al mismo tiempo, ese estudio también alerta de las consecuencias del fracaso en el enfoque a esos sectores más vulnerables.
Además, en algunos de los países que presentan tasas declinantes de incidencia del VIH, especialmente en las poblaciones urbanas, se observa que el fenómeno se relaciona siempre con la utilización de condones, con el aplazamiento de las primeras relaciones sexuales y también con la reducción del número de parejas sexuales.
Piot insistió en la necesidad de fortalecer el papel de la mujer en todos los planos y también en llevar la prevención hasta todos los sectores de población que la requieren.
Las lecciones impartidas por la lucha contra la epidemia aconsejan invertir más, en todo el mundo, en la prevención del VIH y en los tratamientos de los enfermos, especialmente en las poblaciones de alta exposición al virus.
Una cuestión importante es que en los países y en cada localidad se conozca cuando penetra la epidemia y a quienes contagia, de manera que las personas sepan que son portadoras del VIH a través de pruebas de laboratorio. En esos casos, la respuesta sanitaria local establecerá una diferencia favorable para el enfermo, recomendó Piot.
Respecto de la situación en África, Stanecki mencionó que la epidemia sigue creciendo en Mozambique, Swazilandia y Sudáfrica. En toda la región, las mujeres afrontan mayores riesgos de contagio que los hombres y, además, es probable que tengan que hacerse cargo del cuidado de las personas con VIH.
En Asia se registraron casi un millón de nuevos casos de VIH en 2006. Asia del sur y del sudeste presentaron las tasas más altas de infección respecto de toda esa región.
La epidemia permanece estable en América Latina, aunque las tasas de prevalencia más altas se registran en las naciones más pequeñas de América Central. En los dos casos, los contagios son más frecuentes entre hombres que tienen sexo con otros hombres.
En esa franja de población homosexual, las epidemias más graves se han verificado en Camboya, China, India, Nepal, Pakistán, Tailandia y Vietnam, donde la mayoría de los programas nacionales contra el sida omiten la atención específica de esos grupos, dijo Stanecki.
En todo el mundo, las conductas que mayor preocupación acarrean a los sanitaristas se relacionan con los contagios por inyección de drogas, por el comercio del sexo sin protección y por las mencionadas relaciones entre hombres, especificó la experta.