SEGURIDAD-MOZAMBIQUE: Retiro policial lleva a linchamientos

La creciente ineficacia de las fuerzas de seguridad de Mozambique y la consecuente falta de confianza que genera en la población motivan que habitantes de los suburbios de la capital del país tomen cada vez más la justicia en sus manos, con el agregado de crueles castigos y muerte.

Esa situación ya se cobró 20 muertes desde agosto. Los linchamientos pueden perpetrarse mediante golpes hasta quemaduras y es común ver horripilantes imágenes de cuerpos quemados en los diarios y los canales de televisión.

Pero la incineración parece ser el método de castigo más elegido en Zimpeto, donde más se aplicó la justicia de la calle. Los residentes de ese suburbio del norte de Maputo justifican su accionar en que la policía no actúa en forma adecuada contra los presuntos delincuentes.

Los ciudadanos sostuvieron que llegaron a atrapar infractores y entregarlos a la policía, sólo para ver que poco después eran liberados, y luego hasta hostigaron e incluso asesinaron a sus denunciantes.

También hay versiones que indican que algunos oficiales de las fuerza de seguridad estatal ayudaron e indujeron a los delincuentes, alquilando sus armas y aun participando en delitos.

Algunos funcionarios fueron atrapados perpetrando asaltos en casas de cambio y comercios.

Uno de los casos más divulgados fue el de un policía que baleó a dos colegas suyo cuando escoltaban a una persona que llevaba una gran suma de dinero a la frontera con Swazilandia. El oficial no identificado escapó con el botín y permanece prófugo.

Por su parte, el parlamento recibió el mes pasado una perspectiva más positiva de la situación de la seguridad, pues el ministro del Interior, José Pacheco, señaló a los legisladores que "en términos generales los delitos están bajo control".

A las preguntas de los parlamentarios respecto de la avalancha de delitos, incluso donde las víctimas son funcionarios policiales, Pacheco argumentó que esos episodios pueden haber contribuido a crear "una falsa idea de inseguridad".

"De hecho nuestro país es estable y seguro, a pesar de situaciones esporádicas que puedan ocurrir", añadió.

La única referencia hecha por Pacheco a la ola de linchamientos en Maputo fue su afirmación de que "nadie está autorizado a hacer justicia por mano propia".

Pero legisladores y ciudadanos comunes no parecen concordar con los dichos del ministro.

Eduardo Namburete, del opositor partido Resistencia Nacional Mozambiqueña (Renamo), calificó a las estadísticas dadas por Pacheco como de un intento "de hacernos creer que los delitos disminuyen, pero lo que vemos todos los días es que la gente recibe disparos y que en las calles aparecen personas muertas".

"El gobierno es incapaz de combatir el delito", añadió.

Asimismo, Alice Mabota, portavoz de la Liga de Derechos Humanos, señaló que "todo indica que las autoridades perdieron el control de la situación", y añadió que los ciudadanos "ya no creen que los gobernantes puedan garantizar la seguridad de la población ni castigar a los infractores".

Mabota no cree que la situación esté perdida. "Creemos que se puede convencer a la gente de que no haga justicia por mando propia", afirmó.

Pero el establecimiento de una política de seguridad pública que realmente tenga en cuenta las necesidades de los ciudadanos requeriría de una reestructuración considerable de los órganos responsables de impartir justicia, apuntó Mabota.

Además señaló que su organización quería que el gobierno purgara de funcionarios corruptos a la fuerza policial.

Para los residentes de Zimpeto la solución es clara: las autoridades deben instalar una comisaría allí y formar unidades de patrulla comunitarias, según dijeron a la policía más de 300 residentes en un encuentro que mantuvieron en ese suburbio.

En caso contrario, los linchamientos continuarán.

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