La mayoría de los votantes de Wisconsin recomendaron a los legisladores de este centrooccidental estado de Estados Unidos, a través de un referéndum, restablecer la pena de muerte tras 153 años sin ejecuciones.
Tras escrutar 85 por ciento de los sufragios, las autoridades electorales declararon el miércoles que 55 por ciento del electorado de Wisconsin se había manifestado el día anterior a favor de la propuesta en la consulta celebrada al mismo tiempo que las elecciones legislativas nacionales.
El referéndum fue de carácter consultivo y no obliga a nada al Congreso legislativo. Su principal impulsor, el senador estadual Al Lasee, admitió incluso que había pocas posibilidades de que Wisconsin restaurara efectivamente la pena capital.
Aunque la Cámara de Representantes local sigue bajo control del Partido Republicano luego de las elecciones del martes, pero el Senado ahora está dominado por el Partido Demócrata, opositor a nivel nacional. La abrumadora mayoría de los senadores demócratas se oponen a la pena de muerte.
El gobernador Jim Doyle , también demócrata, es un viejo opositor a los intentos de reinstaurar la pena capital, y puede desde su cargo vetar cualquier proyecto que pretende restablecerla.
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"Soy realista. No hay perspectivas", dijo el senador Lasee al periódico The Capital Times, de la ciudad de Madison. "Los demócratas asumieron el control del Senado y el gobernador Doyle resultó reelecto."
Lasee logró la convocatoria al referéndum consultivo en ejercicio de la presidencia del Senado estadual cuando ambas cámaras legislativas estaban dominadas por su partido, lo que le granjeó gran popularidad entre la ciudadanía.
A pesar del resultado, los opositores a la pena de muerte se sienten "alentados por la votación", según dijo a IPS Sachin Chedda, director de campaña No Death Penalty Wisconsin, integrada por organizaciones de derechos humanos y religiosas. Los impulsores del referéndum "apenas obtuvieron 55 por ciento de los votos", sostuvo.
De cualquier manera, Chedda consideró difícil que la legislatura lograra reformar las normas estaduales sobre la pena capital en el futuro cercano.
Tanto el gobernador Doyle como la nueva presidenta del Senado, la también demócrata Jodi Robson, advirtieron en reiteradas ocasiones su oposición a cualquier intento de cambiar la legislación al respecto, a pesar de que Lasee se comprometió a mantener vigente su campaña.
"Nosotrosos echamos los cimientos porque los ciudadanos de Wisconsin están interesados en apoyar la pena de muerte", dijo Lasee a The Capital Times. "No pasará en esta legislatura ni tal vez tampoco en la siguiente, pero en algún momento el Congreso terminará aceptando el pensamiento de los residentes de Wisconsin".
En 1853, cinco años después de incorporarse a Estados Unidos, Wisconsin abolió la pena de muerte. Desde entonces, nadie fue ejecutado allí por ningún delito, ni siquiera por homicidio.
En el referéndum, se consultó a los votantes si apoyaban la pena capital en casos de homicidio intencional en primer grado respaldados por estudios de ADN.
Los republicanos argumentaron durante todo el verano boreal que la pena de muerte ayuda a reducir los delitos serios, tales como homicidios, y que puede ser un disuasivo eficaz.
Los abolicionistas replicaron que ningún estudio científico serio respalda tal afirmación. Organizaciones religiosas rechazaron la propuesta por motivos morales. Toda vida es sagrada, dijeron. El referéndum también chocó con la oposición de los principales periódicos de Wisconsin.
Entre los opositores de la reinstauración de la pena de muerte en la sociedad civil de Wisconsin figuran Amnistía Internacional, la Unión para las Libertades Civiles de Estados Unidos (ACLU), la Iglesia Luterana, la Conferencia Judía y la Conferencia Católica.
Los abolicionistas consideran que los republicanos triunfaron en el referéndum, aunque con menos votos de los esperados, por el poco tiempo que insumió la campaña, que le impidió concitar suficiente oposición.
"Desafortunadamente, hay gente que usa la pena de muerte con fines políticos", dijo a IPS Chris Ahmuty, director ejecutivo de la filial de la ACLU en Wisconsin. "No comprenden que el mundo entero se está apartando de la pena de muerte", agregó.
Amhuty y otros abolicionistas consideraron engañosa la pregunta formulada en el referéndum, porque no daba a los consultados la opción de considerar la cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional.
La mayoría de la ciudadanía de Wisconsin se habría pronunciado por esa posibilidad de haber figurado en las papeletas, aseguran.
Una agricultora de Wisconsin occidental, que se identificó como Margaret, dijo a IPS que votó contra la restauración de la pena de muerte por la carga financiera que supone.
"Cuesta más ejecutar a alguien que mantenerlo en prisión de por vida. Esto es más un problema de los contribuyentes, más allá del costado moral", señaló.
La hoja de votación proponía reservar este castigo extremo para casos "sanguinarios" de homicidio múltiple, lo cual, para Margaret, es una definición "borrosa".
"¿Cuán sanguinario es 'sanguinario'?", se preguntó. "Y si ellos van tan lejos, ¿cuál es la diferencia entre uno, dos o cinco asesinatos? La familia de la víctima de un solo homicidio no tendrá una sensación de justicia" en caso de que se restaure la pena capital y el castigo de ese delito no sea la muerte, agregó.
Los motivos de quienes votaron a favor de la propuesta republicana fueron variados.
"Votamos 'sí' porque una amiga nuestra fue asesinada. Eso nos tocó una fibra sensible", dijo Tom Skerik, de 26 años, al salir de un centro de votación en el poblado de Superior en compañía de su novia.
"Queríamos que se hiciera justicia", agregó.
Su amiga Leah Gustafson, de 29 años, fue asesinada en enero por Jason Borelli, de 32. Éste fue hallado culpable la semana pasada por homicidio intencional en primer grado. Borelli alegó enfermedad mental. El juez todavía no dictó la condena.
Los demócratas se comprometieron a continuar desde el Poder Legislativo su campaña educativa contra el sinsentido de la pena de muerte, mientras los republicanos se mantienen activos para restaurarla.
"Cuando algo como esto comienza, no se detiene", aseguró Ahmuty. "Así que tenemos que pedirle a la gente que se mantenga en movimiento."
* Con aportes de Linda Dorow, desde Wisconsin.