El legendario músico, actor y activista Harry Belafonte creció en las calles de Harlem y Jamaica. Tras combatir en la Segunda Guerra Mundial, comenzó en Nueva York una carrera artística exitosa en Estados Unidos y en todo el mundo.
Belafonte ganaba popularidad, y al mismo tiempo mantenía su compromiso con el Movimiento por los Derechos Civiles de Estados Unidos, e incluso tuvo una relación de amistad con su líder en los años 60, el asesinado Martin Luther King, premio Nobel de la Paz.
En los años 80 participó en la campaña "USA for Africa", que con multitudinarios conciertos y con el disco ""We are the World" ("Somos el mundo") recaudó millones de dólares para los niños de África.
Fue, además, anfitrión del hoy ex presidente sudafricano Nelson Mandela (1994-1999) en su visita triunfal a Estados Unidos.
Belafonte es un crítico de la política exterior de Estados Unidos de todas las horas. IPS lo entrevistó en ocasión de la convención de la filial californiana de la Asociación Nacional para el Progreso de las Personas de Color.
IPS: ¿Cómo ve las elecciones legislativas que se celebrarán en Estados Unidos el día 7 en comparación con las que usted vivió en el último medio siglo?
HARRY BELAFONTE: Se prevé que el Partido Demócrata (opositor) gane la mayoría en la Cámara de Representantes y en el Senado, y que sea una oportunidad para romper el círculo de la violencia y la falta, que sufrimos hace tiempo, de un liderazgo firme y positivo.
Pero, más allá de querer deshacernos del gobierno de derecha y de las fuerzas que dañaron la reputación de esta nación en las últimas décadas, me preocupa que quienes aspiran al poder político para cambiar este régimen no nos hayan propuesto una plataforma, idea o pensamiento sobre gobernanza que nos entusiasme.
IPS: La tremenda tragedia del huracán Katrina fue objeto de una amplia cobertura en los medios de comunicación hace un año. El presidente George W. Bush quedó muy mal, pero ahora los demócratas no hablan mucho del asunto.
BELAFONTE: Creo que eso es cierto. Los demócratas no hablan mucho de Katrina. Pero no creo que hablen mucho de nada que tenga que ver con la difícil situación de los pobres.
Tengo la impresión de que se concentran en las aspiraciones y las pérdidas de la clase media y muy poco en los millones de personas que están en, o por debajo de, la línea de pobreza, completamente descuidados.
IPS: ¿Por qué cree que los demócratas no hablan acerca del problema de la pobreza?
BELAFONTE: No creo que los demócratas hayan quedado exonerados de cierto tipo de contaminación cultural que infestó al país. Somos un país culturalmente arraigado en la codicia, y esos elementos negativos nublaron la vista de la población de este país.
Sus representantes juegan el mismo juego que los republicanos. Sus valores son muy similares, aunque quizá no los de extrema derecha que hoy estamos viviendo. Pero el extremismo de derecha no se originó con los republicanos.
Durante mucho tiempo estuvimos gobernados por extremistas políticos que eran demócratas, todos del sur, muchos de los cuales a partir del Movimiento de Derechos Civiles (en favor de la comunidad negra) nunca perdonaron al Partido Demócrata por haber revertido las políticas represivas que estábamos viviendo.
Los demócratas tuvieron su capítulo vil. Nada lo muestra mejor que la debilidad de quienes votaron (en el Congreso legislativo) para darle a Bush todos los poderes y excusas que necesitaba para conducirnos a la guerra (en Iraq), tan inmoral, trágica e ilegal y todo lo que esto conlleva.
No creo, desde ningún punto de vista, que el Partido Demócrata nos conduzca hacia un nuevo futuro.
IPS: Usted consideró al presidente Bush como el mayor tirano y terrorista del mundo actual. ¿Sigue pensando así? ¿Cómo quedan en la comparación los demócratas que podrían pasar a controlar el Congreso?
HB: Creo que me apuré un poco al considerarlo como el mayor tirano. Hice esa apreciación sólo porque no conocí a todos los tiranos. No estuve muy acertado al calificarlo como el peor. Pero sí creo que es el principal candidato.
La característica que todos comparten es la arrogancia unida a la ignorancia. Bush, como muchos estadounidenses, impusieron la mala imagen que los estadounidenses concitamos de muchos cientos de miles de personas en Medio Oriente y otras partes del mundo, con nuestras intervenciones militares y la forma en que usamos palabras como "daños colaterales" y otras más suaves para disimular el fracaso moral, centro de nuestros valores en política interna y externa.
Desde ese punto de vista podemos describir a Osama bin Laden como un terrorista, un hombre golpeado por lo peor de la infamia civil. Creo que se puede decir lo mismo de Bush. Le mintió a los estadounidenses. Fue una mentira muy grave que nos arrastró a una guerra en la que ya murieron, sólo contando a los estadounidenses, la misma cantidad de personas que en los atentados del 11 de septiembre.
Ahora se suman decenas de miles de heridos, sin mencionar los cientos de cientos de miles de personas en Medio Oriente que murieron, quedaron mutilados o con sus vidas destruidas.
Es un desastre que supera la capacidad de imaginación humana y que, por cierto, es inaceptable. Sí, creo que el presidente Bush gobernó con terror. Hizo que el terror ocupara un lugar central en la psique de los estadounidenses.
Mucho depende no tanto de lo que decidamos en las urnas, lo cual es sólo la primera línea estratégica, sino también de cómo nos conducimos fuera del centro de votación, dándole nuevos valores a la democracia estadounidense, incluyéndole al concepto los derechos civiles y políticos de los ciudadanos, el derecho a la educación, a la asistencia social y a los medicamentos gratuitos para todos los postergados.
Tenemos que encontrar nuestra compasión, nuestra pasión y nuestro centro moral.
IPS: Estamos aquí en la convención de la Asociación Nacional para el Progreso de las Personas de Color, que está patrocinada por la cadena comercial Wal-Mart. ¿Cómo se siente cuando ve eso?
BELAFONTE: Fui uno de los sorprendidos cuando vi que Wal-Mart era un patrocinador aceptado.
Obviamente, la Asociación, que antes cometió errores, de vez en cuando evidencia las fallas que sigue teniendo. Es una organización importante, y, por cierto, una de las más perdurables, con objetivos positivos. Por muchas décadas sirvió con honor a la ciudadanía.
Pero a veces comete errores y obviamente en este momento en que todo el mundo está desesperado por financiación y por mantener los mecanismos de la organización vivos para brindar un servicio social y humano, a veces van a lugares a los que muchos de nosotros no iríamos
IPS: Por último, ¿qué lo sigue motivando? Debe ser fácil para alguien como usted, que alcanzó cierto nivel de confort, relajarse y disfrutarlo.
BELAFONTE: Tengo mucha tarea inconclusa. Cuando pienso en retirarme, lo que a uno le pasa en medio de grandes frustraciones, me doy cuenta que es inadmisible.
Todavía hay mucha infamia en el mundo. Todos estamos destinados a tratar de arreglar los problemas si podemos ejercer nuestra responsabilidad para hacerlo. Nací en la pobreza y comprendí sus consecuencias devastadoras. Mientras haya necesidad, seguiré haciendo algo.