La senadora y aspirante a la presidencia de Estados Unidos Hillary Clinton reclamó un «cambio radical» en la política exterior, que incluya un diálogo directo con Irán, Siria y Corea del Norte y un mayor compromiso en el proceso de paz árabe-israelí.
"Nunca negociemos por temor, pero no tengamos temor a negociar", dijo, citando al asesinado presidente John F. Kennedy (1961-1963). "Las negociaciones directas no son una señal de debilidad. Son una señal de liderazgo."
En un discurso ante el Consejo de Relaciones Exteriores, un influyente centro de expertos con sede en Nueva York, Clinton, esposa del ex presidente Bill Clinton (1993-2001), también reclamó un "gradual cambio de frente" para las tropas estadounidenses en Iraq para fines de año.
La intención de la reorganización de las fuerzas en ese país es, en parte, "obligar al gobierno iraquí a comenzar a hacer más para resolver su propia situación política", pues el panorama actual, advirtió, es un "absurdo completo".
Clinton dijo en su discurso del martes que Washington necesita una política acordada entre su Partido Demócrata y el gobernante Partido Republicano que le asigne a la diplomacia un valor más elevado que el que le ha atribuido la administración del presidente George W. Bush.
"Las opciones de este gobierno son falsas", declaró. "Internacionalismo versus unilateralismo, realismo versus idealismo… Creo que es justo decir que todos somos ahora internacionalistas y que todos somos realistas", sostuvo.
El discurso marca las críticas más fuertes de Hillary Clinton al gobierno de Bush hasta la fecha, y apenas una semana antes de las elecciones legislativas del próximo martes.
Los demócratas confían en recuperar el control de al menos la Cámara de Representantes y, posiblemente, la del Senado. La propia Clinton recibirá, según las previsiones especializadas, una abrumadora votación que le asegurará la reelección a su escaño por Nueva York. La reconocida, aunque aún no declarada, favorita en la carrera por la candidatura demócrata a la presidencia para las elecciones de 2008 ha sido en general cautelosa en sus críticas a la política exterior del gobierno, en particular respecto de la "guerra contra el terrorismo", Iraq y Medio Oriente.
Clinton prefirió concentrarse en la supuesta incompetencia del elenco gubernamental más que en su estrategia global, sobre todo en lo que respecta a Iraq. Hasta hace relativamente poco se oponía a la retirada de las tropas estadounidenses, una posición que causó enojo en la base pacifista de su Partido Demócrata.
Pero con las encuestas marcando una creciente pérdida de confianza en Bush y con la guerra en Iraq cada vez más impopular, aun entre los candidatos a legislador del Partido Republicano, Clinton decidió, al parecer, hacer declaraciones más claras.
Su esposo, quien comentó en raras ocasiones pero en duros términos la política exterior de Bush, dijo en una reunión privada el mismo martes que él la ayudó a redactar el discurso.
La senadora propuso un "consenso bipartidista" sobre seguridad nacional, que incluya la renovación "en palabras y en hechos" de un "internacionalismo para un nuevo siglo" con "un respeto decente por la opinión" de otras naciones.
Este consenso debería partir de la premisa de que la negociación directa con enemigos "no es señal de debilidad", y de la combinación del idealismo y el realismo que, según ella, ha caracterizado a la diplomacia estadounidense tradicional.
Pero ese predominio cesó cuando "un pequeño grupo de ideólogos" tomaron el control del actual gobierno, dijo, en aparente referencia a neoconservadores y otros belicistas.
"Este gobierno abandonó la tensión" entre realismo e idealismo "por la división simplista del mundo entre malos y buenos. Se niegan a hablar con nadie de los 'malos'. Algunos de ellos llaman a eso idealismo. Yo lo llamo peligrosamente irrealista", advirtió.
"Estos tres principios forzarían un cambio radical respecto de las políticas del actual gobierno", agregó. En cada situación de peligro que hoy afronta Washington "se notan los mismos errores repetidos una y otra vez."
Entre ellos mencionó "la creencia errónea de que las alianzas y las instituciones internacionales son irrelevantes a los intereses de Estados Unidos, de que la diplomacia, aun respaldada por la fuerza, es sinónimo de debilidad, y de que nuestra experiencia militar, la de nuestra comunidad de inteligencia y la de nuestros diplomáticos puede ser dejada de lado".
En Iraq "necesitamos un cambio fundamental de curso", que se fundamente en la creación de un fondo fideicomisiario petrolero que garantice a cada iraquí una cuota anual en la riqueza.
Además, Clinton propuso la convocatoria de una conferencia internacional con presencia de todos los vecinos de este país, incluidos Irán y Siria, para asegurar la soberanía nacional e impedir una guerra civil, y una retirada gradual de tropas estadounidenses que "logre la atención del liderazgo iraquí" y deje a los soldados fuera del "fuego cruzado".
En cuanto a Afganistán, Clinton acusó al gobierno de "distracción y falso optimismo que cuestan vidad". Estados Unidos debería atender el pedido de tropas efectuado por la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y "mejorar la seguridad en Pakistán".
"Es un fracaso de nuestras políticas en todos los frentes" que el movimiento islamista Talibán pueda, cinco años después de haber sido desalojado del poder en Afganistán, enviar "olas de combatientes desde sus refugios" en territorio pakistaní, afirmó.
Estados Unidos, por otra parte, debe ser "inequívoco" en el mensaje de que "Irán no debe fabricar ni adquirir armas nucleares", y que el gobierno del país norteamericano también debe estar preparado para "hablar directamente con los iraníes".
Respecto del conflicto palestino-israelí, Clinton acusó al gobierno de no comprometerse "en momentos cruciales" con las vías de solución. "A medida que se desarrollen los acontecimientos, debemos estar preparados, en coordinación con nuestro aliado Israel, para reanudar el rol indispensable de Estados Unidos en la búsqueda de una resolución justa y perdurable", concluyó.
También propuso negociaciones bilaterales con corea del Norte, tal como prefieren todos los vecinos de ese país. Los compromisos asumidos en el gobierno de Bill Clinton impidieron que Pyongyang desarrollara bombas de plutonio y misiles de largo alcance. (FIN/IPS/traen-mj/jl/ks/na wd ip hd ik nu/06)