DERECHOS HUMANOS-TAILANDIA: Thaksin al banquillo por desaparición

La justicia de Tailandia aún le debe a Angkana Neelaphaijit explicaciones sobre la desaparición hace dos años de su esposo, Somchai Neelaphaijit, célebre abogado y defensor de los derechos humanos de la minoría musulmana.

Angkana Neelaphaijit, de 50 años, envió una carta al Departamento de Investigaciones Especiales para que ordene el arresto de sospechosos del posible asesinato del abogado, secuestrado por policías en una congestionada calle de Bangkok una noche de marzo de 2004.

El cuerpo de Somchai Neelaphaijit nunca fue hallado.

"No se usó la ciencia forense para recabar evidencias, y los testigos, sin protección alguna, fueron amenazados, por lo que no quisieran prestar su testimonio", escribió.

La desaparición de Somchai Neelaphaijit se registró poco después de que acusara públicamente a la policía de torturar a sus defendidos, musulmanes de las provincias del sur del país, a quienes se atribuía el asalto a un cuartel militar en enero de 2004. Como consecuencia de la acusación, los cinco sospechosos fueron absueltos.
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Angkana Neelaphaijit cuenta con el respaldo de organizaciones de derechos humanos nacionales y extranjeras.

La desaparición de su esposo es un caso emblemático de la política de impunidad en materia de derechos humanos del gobierno de Thaksin Shinawatra, quien cayó en el golpe de Estado del 19 de septiembre, tras cinco años como primer ministro.

Los cinco policías responsabilizados de la desaparición quedaron libres, tras ser acusados de cargos menores como coerción, robo y lesiones a Somchai Neelaphaijit, que tenía 53 años. Un oficial fue condenado y los otros cuatro resultaron absueltos por falta de pruebas.

Éste fue apenas uno de muchísimas violaciones a los derechos humanos, incluidas masacres, secuestros, ataques e intimidaciones, a cargo de agentes del gobierno de Thaksin, un ex policía que calificaba a las víctimas de "enemigos" del país.

"Éste es un caso muy importante para los que luchamos por la justicia", dijo Angkhana Neelaphaijit a IPS. "El Departamento de Investigaciones Especiales podría hallar evidencias si quisiera."

"La policía estuvo involucrada", aseguró Pornpen Khongkachonkiet, coordinador del no gubernamental Grupo de Trabajo sobre Justicia para la Paz. "Porque la cultura de la impunidad predominante en Tailandia empeoró durante el gobierno de Thaksin".

"Esto tiene que terminar. Este es un buen caso y tenemos que asegurar una justicia apropiada", dijo Khongkachonkiet a IPS.

El presidente de la junta militar que derrocó a Thaksin, general Sonthi Boonyarataklin, dijo la semana pasada a la prensa que funcionarios cercanos al depuesto primer ministro estuvieron involucrados en la desaparición del abogado.

El régimen está determinado a perseguir a Thaksin y a sus colaboradores no sólo por violaciones de derechos humanos, sino también por corrupción y nepotismo.

Luego de la aplastante victoria electoral de 2001 que llevó al poder al partido de Thaksin —Thai Rak Thai (Tailandeses que Aman a Tailandia, TRT), comenzaron las presiones e intimidaciones contra activistas comunitarios y organizaciones de la sociedad civil.

En el periodo de gobierno de Thaksin, 21 activistas fueron asesinados, supuestamente por interponerse en el camino de figuras poderosas de la política nacional y local.

En diciembre de 2002, la policía antimotines fue acusada por organizaciones de derechos humanos de apelar a la "fuerza excesiva" para acallar protestas pacíficas en la meridional provincia de Hat Yai, que se oponían a la construcción de un gasoducto rumbo a Malasia.

"Miraré con malos ojos cualquier protesta organizada por estas organizaciones no gubernamentales", dijo Thaksin poco después, al defender la acción represiva de la policía.

El año siguiente quedó marcado como el más sangriento de su gobierno, que lanzó una "guerra de las drogas". Unas 2.200 personas fueron asesinadas entre enero y marzo. Desde la sociedad civil se acusó a Thaksin de haberle dado a la policía "una licencia para matar" civiles.

Y en 2004 la brutalidad del Estado volvió a visitar el cada vez más violento sur tailandés. En octubre, 78 niños y hombres musulmanes murieron por asfixia mientras se encontraban bajo custodia militar.

Los asesinados habían participado en una manifestación frente a la estación de policía de la localidad de Tak Bai. Ninguno de los militares responsabilizados por una investigación interna fue llevado a juicio.

Thaksin también atacó verbalmente a organizaciones locales de derechos humanos, a funcionarios de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) e incluso del gobierno de Estados Unidos, que advirtió en 2004 que la situación de los derechos humanos de Tailandia "empeoraba".

"Nadie puede conducir este gobierno por la nariz. Somos miembros de la ONU, no subordinados de la ONU", le dijo Thaksin a Hina Jilani, enviada del foro mundial para los derechos humanos. Jilani había cuestionado el "clima de temor" predominante en el país tras una visita de nueve días.

Los casos de violaciones de derechos humanos que siguieron acumulándose durante el gobierno de Thaksin llevaron al abogado Somchai Homlaor a describirlo como un periodo en el que a la policía "se le dio luz verde para matar".

"El sistema de justicia penal empeoró durante los años de Thaksin", agregó Homlaor a IPS. "Él ayudó a sus amigos en el sistema. Se volvió un estado policial."

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