SALUD-CUBA: Complicada situación epidemiológica

Una intensa campaña contra el mosquito Aedes aegypti ha logrado disminuir la incidencia del dengue en Cuba, pero la situación epidemiológica sigue delicada por la presencia de diferentes tipos de gripe y la aparición de casos de leptospirosis, hepatitis y otras infecciones.

"Muchos casos se complican por las dificultades a la hora de hacer el diagnóstico. Los tratamientos no son los mismos, y lo que se aplica en un caso, puede poner la vida en riesgo en otro", dijo a IPS una médica del policlínico Antonio Guiteras, en el municipio capitalino de La Habana Vieja.

"A veces hace falta indicar antibiótico, pero no lo hacemos porque hay que esperar la confirmación de si es o no dengue. Una vacilación de este tipo puede ser mortal cuando se trata de leptospirosis", añadió.

El dengue no se trata con antibióticos, como sí ocurre con la leptospirosis, una enfermedad bacteriana grave y muy contagiosa.

Las lluvias y las altas temperaturas que persisten dos meses después del fin del verano boreal, la acumulación de aguas sucias en espacios públicos y los graves problemas de higiene que se acentúan en las zonas más pobladas, crean una situación favorable para la presencia de enfermedades infecciosas.

Los rumores, que circulan insistentemente por La Habana, hablan de infecciones apenas conocidas en esta isla caribeña y que podrían estar siendo introducidas por cientos de miles personas que llegan a estudiar o recibir tratamiento médico, procedentes de muchos países de América Latina y el Caribe.

La especialista consultada por IPS confirmó que el dengue ha empezado a disminuir, después de varios meses de alarma. "Hay menos, pero todavía llegan personas enfermas a los cuerpos de guardia. Podrá hablarse del final de la epidemia cuando pase un mes sin reportarse un solo caso en todo el país", aseguró.

Esa fue también la opinión de un trabajador de la campaña que va de casa en casa "flameando" (con fuego y alcohol) tanques, palanganas, cubos o cualquier otro recipiente para almacenar agua y donde los mosquitos, vectores del virus del dengue, pueden haber colocado sus huevos. "Cada vez hay menos focos. Gracias a Dios está disminuyendo", comentó.

La epidemia más grave reportada en Cuba fue en 1981, cuando la cantidad de personas enfermas llegó a 344.203, se notificaron 10.312 casos de dengue hemorrágico y 158 muertes. El mal retornó en 1997 con 3.012, hubo 11.432 casos en 2001 y 3.011 en 2002. Ahora se habla de al menos 15.000 casos, según cálculos no oficiales.

El dengue se manifiesta con fiebre alta, fuerte dolor de cabeza, pérdida del sentido del gusto y el apetito, erupciones en el pecho y miembros inferiores, náuseas y vómitos. La enfermedad es curable si se atiende a tiempo y se guarda reposo, aunque en su variante hemorrágica puede llegar a ser mortal.

Se estima que las primeras epidemias en el mundo fueron reportadas entre 1779 y 1780 simultáneamente en varias áreas de África, América y Asia. La Organización Mundial de la Salud (OMS) calcula que unos 50 millones de personas contraen anualmente dengue en zonas tropicales y subtropicales del planeta.

Especialistas aseguran que el incremento de la temperatura global puede acortar el período de incubación en el Aedes aegypti, que hoy es de entre 10 y 15 días desde que pica a una persona infectada hasta que está en capacidad de trasmitir el virus. La enfermedad no se transmite de persona a persona.

Aunque las autoridades evitan el término "epidemia" y silencian las estadísticas de casos registrados y de personas fallecidas, la campaña sanitaria ocupa espacios fijos en la televisión estatal, cientos de miles de folletos han sido distribuidos, y las fumigaciones aéreas y casa por casa se mantienen casi a diario.

Algunos hospitales de la capital cubana han dedicado salas completas a la internación de personas con síntomas de dengue y no pocos policlínicos destinan sus recursos de laboratorio sólo a los casos de urgencia.

Informaciones que circulan fuera de este país aseguran que el dengue ha causado más de 1.000 muertes en este año, pero fuentes locales consultadas por IPS afirman que fueron "apenas unas 40". Un funcionario del Ministerio de Salud Pública admitió que podría haber "más de cien", pero en ningún caso más de mil.

El gobierno conoce la cifra real y, al parecer, no la ha entregado a la Organización Panamericana de la Salud (OPS). Cuba aparece sin casos reportados en la última actualización sobre la epidemia en las Américas, publicada por la OPS el 28 de septiembre a partir de informes de los ministerios de Salud de cada país.

En total, la OPS registra 348.570 casos de dengue clásico, 7.368 de dengue hemorrágico y 122 muertes. La mayor cantidad de personas infectadas se reportan en Brasil, Venezuela, Colombia, El Salvador, Guyana francesa, República Dominicana, Martinica y Guadalupe.

Las muertes informadas a la OPS se concentran en Brasil (37), República Dominicana (36) y Colombia (34). En tanto, los mayores índices de incidencia se registran en Guyana francesa (4.529 casos por 100.000 habitantes), Martinica (292,7 por 100.000 habitantes) y El Salvador (234 por 100.000 habitantes).

Fuentes de la OPS dijeron en septiembre que el ministro de Salud Pública de Cuba, José Ramón Balaguer, envió en agosto una nota a la oficina de esa organización en La Habana en la que reconocía la presencia de la enfermedad en cuatro provincias, aunque sin incluir cifras de casos.

Lea Guido, representante de la OPS en este país, dijo a la prensa extranjera que la misiva aseguraba que no había muertes hasta ese momento y que ningún menor estaba afectado.

Observadores estiman que el nuevo brote se debe, en esencia, a que la erradicación de los vectores no ha sido sistemática, a la persistencia de malas condiciones higiénicas en zonas urbanas por la acumulación de basura y al deterioro de los sistemas de acueducto y alcantarillado, así como al déficit de personal en las instituciones de salud.

En una reunión con los presidentes provinciales del Poder Popular (gobiernos locales) el 22 de septiembre, el actual mandatario interino Raúl Castro, aseguró que la "batalla" por la eliminación del Aedes aegypti es un tema prioritario para la dirección del país.

Castro, también ministro de las Fuerzas Armadas, insistió en la necesidad de trabajar continuamente para mejorar la higiene ambiental. Además, subrayó que el problema debe implicar a las instituciones, organizaciones sociales, centros laborales y a toda la comunidad, pues "este combate se gana en la base".

Sin embargo, fuentes cercanas a la campaña consideran que todavía hay muy baja percepción del riesgo en la población y entre los funcionarios públicos encargados de mantener la higiene en instalaciones estatales que funcionan como centros de trabajo o estudio.

La última edición del semanario Tribuna de La Habana, órgano del gobierno en la capital del país, publicó el nombre de 10 instalaciones estatales donde se detectaron focos de mosquitos y llamó a elevar las multas a esas entidades, cuyo monto actual para el sector estatal fue considerado "irrisorio".

Las multas aplicadas por las autoridades sanitarias son "muy tímidas cuando se tiene en cuenta que en tales descuidos puede írsenos la vida", aseguró el periódico.

"La gente deja tiradas las latas boca arriba, no acaba con los salideros en su propia casa, esconde los vasos espirituales (recipientes con agua con fines rituales), abre las casas antes de que la fumigación haga efecto, es un desastre", resumió a IPS José Amador, una de los 15.000 trabajadores implicados en la campaña contra el agente transmisor.

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