Entre los sobrevivientes del catastrófico terremoto del año pasado en Pakistán, los habitantes del distrito de Balakot, en la Provincia de la Frontera Noroccidental, son los que están en peor situación para enfrentar otro crudo invierno sin viviendas en los Himalayas.
Sólo en abril de este año el gobierno anunció que Balakot debía ser totalmente reubicado. El aviso asombró a sus 30.000 residentes, muchos de los cuales ya habían comenzado a reconstruir sus viviendas y tiendas, destruidas por el terremoto del 8 de octubre de 2005, en el que murieron 73.000 personas, quedaron mutiladas 70.000 y 3,8 millones perdieron sus casas.
El terremoto, de 7,6 grados en la escala de Richter, golpeó a la Provincia de la Frontera Noroccidental y a la Cachemira administrada por Pakistán, y destruyó por completo Balakot, famoso como lugar de paso para los turistas.
Las autoridades han anunciado que todos sus residentes deben ser reubicados en Bakrial, un sitio de 242,4 hectáreas en una zona rocosa de las montañas, localizado a 30 kilómetros de distancia. Y determinaron que ninguna reconstrucción está autorizada en Balakot, o en la aldea adyacente de Garlat, debido a que están en la llamada zona roja de actividad sísmica.
El vicepresidente de la militar Autoridad de Reconstrucción y Rehabilitación del Terremoto (ARRT), general Nadeem Ahmad, lo confirmó. "Las dos localidades están sobre tres fallas (geológicas) que forman una H, por lo cual reasentar a los sobrevivientes en el lugar de origen sería un acto suicida", dijo.
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Ubicadas a unos 175 kilómetros de la capital federal Islamabad, estas aldeas del Himalaya están rodeadas de altas montañas y bañadas por el río Kunhar. Balakot ha sido durante mucho tiempo una puerta al pintoresco valle de Kaghan.
Al caminar por el concurrido barrio de los bazares de Balakot parecería que todo es normal. Los escombros han sido retirados y las tiendas están operando. En realidad, la vida de sus habitantes está en suspenso y mucha gente desconoce qué le depara el futuro.
Después de que la decisión del gobierno se hizo pública se desencadenó un torrente de protestas. Muchos se han negado a mudarse.
"La muerte es irrevocable y su momento está determinado por el destino. Nadie puede cambiar esto y sobrevendrá incluso si me mudo a Bakrial", dijo un vecino, Mohammad Nawaz, en tono fatalista. "Balakot es donde nací y está cargado de dulces y amargos recuerdos. Mis ancestros, y ahora mi esposa e hijo, fueron enterrados aquí", dijo. "Incluso desde el punto de vista práctico, mi negocio está en este lugar".
Mucha gente ya está resignada a mudarse a Bakrial. Mohammad Hussain, de 55 años, un conductor de camión que perdió a su esposa y dos hijas en el terremoto, está listo para reubicarse. Recibió 1.250 dólares como indemnización y se encuentra desprotegido, pues su refugio temporal fue arrasado por las lluvias de los recientes monzones.
"Estamos dispuestos, pero el proceso parece no terminar nunca", dijo Hussain, quien ya compró tierra al otro lado del río Garlat, donde planea construir un vivienda de dos habitaciones para que los familiares sobrevivientes pasen el próximo invierno. "No tengo más alternativa que construir en los escombros". No obstante, teme que cualquier día su vivienda sea demolida por el ejército.
Según el portavoz de ARRT, reubicar y desarrollar una nueva urbe que "tendría más comodidades que Islamabad", es tres veces más costoso. "Si se mira este asunto desde el punto de vista económico, no tiene sentido desarraigar a tanta gente, pero sin embargo tiene que hacerse".
Para muchos su mayor preocupación es encontrar refugio para resguardarse del duro invierno, que está a la vuelta de la esquina.
La gente no tiene seguridad sobre cuándo exactamente será reubicada, y qué puede hacer hasta que llegue ese momento. Tampoco saben el tamaño de los lotes que van a tener. Algunos rumores dicen que el gobierno construiría pronto las viviendas en Bakrial, mientras otros aseguran que sólo les daría tierra y una indemnización monetaria, y que la edificación sería responsabilidad de los beneficiarios.
Por ahora la ARRT está ocupada estudiando la topografía y la sismografía de Bakrial y tratando de desarrollar los planos de la aldea. Incluso se ha realizado un estudio social.
"Estamos indemnizando a estas personas y dándoles una segunda ayuda de 1.250 dólares", dijo el portavoz. "Se les dará una casa prefabricada para que vivan durante el invierno y hasta cuando terminen los preparativos de una casa propiamente dicha".
Pero la ARRT está reacia a revelar cuándo exactamente el trabajo de campo va a empezar pues falta resolver el asunto más importante: encontrar fuentes de financiamiento. "Estamos conversando con Libia, que ha mostrado interés en desarrollar el lugar en fases. Si esto funciona, el trabajo comenzaría este año", dijo el portavoz de ARRT. En tal caso, la aldea se llamaría Gadafi".
Pero si no se concreta el apoyo de Libia, tomaría más tiempo iniciar las obras, unos dos o tres años, dijo Nadeem. Entonces, la localidad se llamaría Nuevo Balakot, para asociarla con la antigua aldea. Mientras, los habitantes estiman que demoraría unos siete a ocho años.
La mayoría están reacios a mudarse debido a que tienen pequeños comercios en Balakot. "Hacemos negocios aquí y es la aldea más cercana a la puerta hacia los valles. El siguiente poblado es Mansehra, a no menos de 45 kilómetros. Las comunidades de los alrededores, de las planicies de Kaghan, Naran y de los villorrios ubicados más arriba de Balakot vienen a nuestro mercado por provisiones", dijo Nawaz.
"Nos sentimos cómodos viviendo al lado de nuestros comercios, dado que estas tiendas son estructuras temporales (hechas de madera y láminas de hierro corrugado) y pueden romperse fácilmente", dijo Abdul Latif, otro comerciante.
¿Cómo podría mantenerse el negocio de los almacenes donde compran mayoritariamente turistas, si Bakrial está fuera del trayecto de esta clientela? "Es un trago amargo que hay que pasar. Tuvimos que tomar esta decisión con el corazón triste, pero la seguridad de la gente es primordial", explica Nadeem.
"Les dejaremos tener comercios en Balakot, pero las viviendas deben estar en Bakrial. Sé que muchos están preocupados por sus seres queridos que están enterrados aquí. Podrán venir a visitarlos cuando lo deseen, no serán molestados", dijo el general.
El gobierno está tratando de abrir una ruta corta entre Bakrial y Balakot. La gente podría conservar los títulos sobre sus tierras, además de las casas que recibirían en Bakrial, dijo Nadeem. "Nosotros les ayudaremos a crear huertos, lugares de ecoturismo y pesca deportiva, así como pequeños restaurantes a las orillas de los ríos. Habrá muchas oportunidades. Al mismo tiempo, ellos recibirán viviendas en el nuevo poblado. ¿Cómo podrían negarse a estos beneficios?"
Entre las muchas cuestiones que el gobierno debe resolver está la relativa a quienes ya viven en Barrial y a cómo recibirán a los recién llegados. Algunos han recibido notificaciones de desalojo, pues ocupan tierras que el gobierno reclama como suyas.