El Consejo de Seguridad de la ONU, único cuerpo mundial con facultades legales para declarar la guerra e imponer sanciones económicas y militares, es cada vez más desafiado por los países de la organización.
Sudán se niega a permitir que una fuerza de paz propuesta por la ONU (Organización de las Naciones Unidas), integrada por más de 20.000 efectivos, se establezca en su occidental región de Darfur, a pesar de las resoluciones del Consejo al respecto.
Eritrea se negó a retirarse de una zona de exclusión en la frontera con Etiopía. Corea del Norte no ha detenido su programa de armas nucleares pese a las sanciones. E Irán mantiene el suyo de enriquecimiento de uranio, aun bajo amenaza de un embargo económico y militar en su contra.
La semana pasada, la secretaria de Estado (canciller) estadounidense Condoleezza Rice también fracasó en sus presiones a Corea del Sur para que cese el financiamiento de una zona industrial y centro turístico en Corea del Norte, que transgrede las sanciones económicas impuestas por la ONU a Pyongyang.
Un alto funcionario de la comunidad internacional recordó que todos los países deben jurar que cumplirán las resoluciones de la ONU al integrarse al foro mundial. "Pero cuando sus intereses son amenazados, ninguno tiene reparos en desafiar la autoridad de la organización", se lamentó.
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El desafío también puede ser una respuesta a la dominación y la manipulación del Consejo de 15 integrantes por parte de sus cinco miembros permanentes, con facultad de veto sobre sus decisiones: Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia, China y Rusia.
"No se trata sólo de un contragolpe contra las tácticas militaristas de Estados Unidos para presionar por sanciones, sino de una reacción al doble discurso de Estados Unidos sobre la aplicación de las resoluciones del Consejo",dijo a IPS Stephen Zunes, profesor de Ciencias Políticas de la Universidad de San Francisco.
Estados Unidos bloqueó la aplicación de la Resolución 1.172 del Consejo de Seguridad, que exige a India y Pakistán eliminar sus armas nucleares y misiles balísticos. Pero luego firmó un acuerdo de cooperación nuclear con India y vendió bombarderos nucleares a Pakistán, recordó Zunes.
De modo similar, señaló, Estados Unidos bloqueó la implementación de la resolución 487, que exige a Israel disponer sus instalaciones nucleares al escrutinio de la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA), y continúa su cercana cooperación estratégica con ese país.
Norman Solomon, director ejecutivo del Instituto para la Precisión Pública, centro académico liberal con sede en Washington, dijo que la credibilidad de la ONU depende en gran medida de la credibilidad —y la adhesión al derecho internacional— de aquellos que ejercen control sobre el foro.
"Mientras el Consejo de Seguridad sea visto como una herramienta de Washington en su búsqueda de de un imperio moderno, la autoridad práctica de la ONU caerá sobre esa base", dijo Solomon a IPS.
La ONU está impotente por partida doble. Su incapacidad para impedir la invasión de Estados Unidos a Iraq —y su aval retroactivo a la operación en el Consejo, que aprobó la ocupación de ese país— dieron la impresión de que la Casa Blanca puede hacer caso omiso de la ONU o inclinarla según su voluntad.
"Pero los límites al poder de Estados Unidos se aclaran, siempre que la mayor fuerza militar del planeta" se concentre en pocos focos de conflicto, dijo Solomon, autor de "War Made Easy: How Presidents and Pundits Keep Spinning Us to Death" ("La guerra hecha fácil: Cómo los presidentes y expertos siguen llevándonos a la muerte").
"En efecto, la ONU ha llegado a ser vista como la herramienta de una superpotencia incapaz de dominar el mundo, como se esforzó por hacerlo durante los primeros seis años del siglo XXI", agregó.
El mes pasado, ante la Asamblea General de la ONU, el presidente iraní Mahmoud Ahamadinejad desafió públicamente a los poderes de los "cinco grandes" del Consejo, específicamente Estados Unidos y Gran Bretaña.
"Si los gobiernos de Estados Unidos y Gran Bretaña, que son miembros permanentes del Consejo de Seguridad, cometen agresiones, ocupaciones y violaciones del derecho internacional, ¿cuál de los órganos de la ONU puede hacerlos responsables?", preguntó Ahmadinejad.
"¿Puede un Consejo en el que son miembros privilegiados hacer frente a sus violaciones? ¿Acaso esto ha ocurrido antes?", agregó.
Paradójicamente, también a China, uno de los cinco miembros permanentes, le llegó el turno de expresar sus reservas en torno de la resolución del Consejo sobre Corea del Norte aprobada la semana pasada.
La resolución, adoptada por unanimidad por los 15 miembros del Consejo, autoriza a los 192 países integrantes de la ONU a inspeccionar cargamentos que ingresen y salgan de Corea del Norte.
La intención principal es facilitar la detección de la transferencia de armas de destrucción masiva de otros países al régimen norcoreano. Aunque la implementación de la resolución es obligatoria, China, que habilitó su aprobación, expresó públicamente su discrepancia.
El embajador chino Wang Guangya advirtió que las inspecciones propuestas podrían crear "un conflicto con serias implicaciones para la región".
Apenas la resolución fue aprobada, Wang dijo a sus pares que "las sanciones no son el fin en sí mismas". Agregó que Beijing, que concentra casi 40 por ciento del comercio exterior de Pyongyang, no aprobó la práctica de inspeccionar los cargamentos hacia y de Corea del Norte, y también manifestó sus reservas sobre disposiciones de la resolución relacionadas con esto.
"Dada la violación por parte de Estados Unidos y Gran Bretaña de la Carta de ONU que implicó la invasión de Iraq, no tengo dudas de que otros estados se sentirán libres de desdeñar las resoluciones del Consejo de Seguridad. ¿Y quién los puede culpar?", dijo a IPS Denis Halliday, ex secretario general adjunto de la ONU que presidió el programa humanitario Petróleo Por Alimentos en Iraq.
Los mismos "cinco grandes" estafaron al Consejo al habilitar antes de la invasión ventas de petróleo y contratos por encima de los niveles autorizados por las sanciones establecidas contra Iraq, recordó Halliday.
"Hasta que los cinco miembros permanentes no respeten las leyes internacionales y terminen con los dobles discursos (como 'Israel puede tener armas nucleares pero Irán no'), la eficacia de la ONU continuará siendo una preocupación legítima", agregó.
Israel ha desafiado de modo consistente al Consejo de Seguridad al rehusarse a aceptar o al violar unas 40 resoluciones, principalmente porque cuenta con el férreo apoyo de Estados Unidos.
Zunes indicó que muchas resoluciones del Consejo se relacionados con el derecho humanitario internacional son violadas por aliados de Estados Unidos como Israel, Turquía y Marruecos, y Washington ha amenazado con el veto para bloquear su implementación.
Entre ellas figuran las resoluciones 446, 452, 465 y 471, que exigen a Israel retirarse de sus asentamientos en los territorios ocupados, incluido Jerusalén oriental. También la resolución 497, que estipula que Israel rescinda de la anexión de las alturas del Golán. Y las resoluciones 252, 267, 298, 476 y 478, según las cuales Israel debe rescindir también la anexión de Jerusalén oriental.
De modo similar, con el apoyo de Francia, Estados Unidos también bloqueó resoluciones de los años 70 vinculadas con la ocupación —que aún continúa— del Sáhara Occidental por parte de Marruecos.
Esas resoluciones exigían la retirada incondicional de las fuerzas marroquíes y, más recientemente, la convocatoria de un referéndum supervisado internacionalmente sobre el destino de ese territorio.