Unas 655.000 personas murieron como consecuencia de la invasión y ocupación de Iraq, según se deduce de un estudio de expertos publicado este miércoles por la revista médica británica The Lancet.
La publicación indicó que esas "muertes excesivas" se suman a la cantidad de fallecimientos por causas naturales no adjudicables a la ocupación del país del Golfo.
El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, replicó este mismo miércoles que las cifras divulgadas por The Lancet no son creíbles. Pero James Denselow, del Instituto Real de Asuntos Internacionales de Gran Bretaña, consideró que el estudio tiene "una base académica adecuada".
El nuevo cálculo da resultados mucho peores que los estudios anteriores divulgados por la propia The Lancet. El año pasado, las "muertes excesivas" entre marzo de 2003 y septiembre de 2004 fueron estimadas en más de 100.000.
El estudio publicado este miércoles calcula las muertes entre marzo de 2003 y junio de 2006, y las compara con las registradas en un periodo anterior a la invasión, entre enero de 2002 y marzo de 2003, en 47 lugares elegidos al azar en todo el territorio iraquí.
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Eso condujo a la cifra de 655.000 muertes excesivas, 500 por día más que antes de la invasión.
La investigación cubrió en mayo y junio de este año 1.849 hogares con 12.801 personas en total. Se formularon preguntas sobre nacimientos, muertes y migraciones en cada hogar.
En los que hubo referencias a una muerte, los encuestadores solicitaron el certificado correspondiente, en poder de 92 por ciento de las familias.
El estudio detectó que de las 629 muertes registradas, 547 (87 por ciento) ocurrieron luego de la invasión, y 82 (13 por ciento), antes. La tasa de mortalidad ascendía antes de la invasión a 5,5 por cada 1.000 habitantes al año, pero saltó a 13,3 por 1.000.
"La duplicación de la línea de base de la mortalidad constituye una emergencia humanitaria", indica el estudio.
Los investigadores dijeron que "la mortalidad excesiva podría atribuirse, principalmente, a un aumento de la tasa de muertes violentas, que ha crecido cada año desde la invasión", agrega.
De las 655.000 muertes excesivas, 601.000 tuvieron, según diversas evidencias, causas violentas, según el informe.
La mayoría de esos fallecimientos (56 por ciento) fue por disparos. Los bombardeos aéreos, los atentados terroristas y otros tipos de explosiones representaron cada uno entre 13 y 14 por ciento de las muertes violentas.
El estudio atribuye a acciones de las fuerzas de la coalición 31 por ciento de las muertes violentas en el periodo posterior a la invasión. Si bien esa proporción de muertes cayó este año, esos fallecimientos aumentaron en números absolutos.
De acuerdo con el informe de The Lancet, 2,5 por ciento de la población de Iraq murió por causas no naturales durante la ocupación.
"Aunque tal tasa de muertes podría ser común en tiempos de guerra, la combinación de larga duración y de decenas de millones de afectados lo convirtió en el conflicto más letal del siglo XXI, y debería preocupar mucho a todos", dijeron los autores del informe.
El estudio fue realizado por un equipo que dirigió Gilbert Burnham, de la Escuela de Salud Pública Bloomberg de la Universidad Johns Hopkins, de Baltimore, Estados Unidos.
Los autores reclamaron una investigación internacional.
"Seguimos creyendo que se requiere con urgencia un órgano internacional independiente para controlar el cumplimiento de las Convenciones de Ginebra y otros principios humanitarios en situaciones de conflicto", dijo Burnham.
"Con datos confiables, quienes defienden a los civiles atrapados en situaciones en conflicto podrán aliviar el trágico costo humano de futuras guerras", agregó.
Según Denselow, el informe de The Lancet causará conmoción pública, pero es previsible que no altere la política de Estados Unidos hacia Iraq.
"No es probable que el estudio tenga consecuencias políticas", dijo el experto en política internacional a IPS. "Estados Unidos nunca ha tenido miramientos respecto de las bajas. Con sus declaraciones, Bush dijo lo mismo que hace un año. No veo cambios drásticos."
Ante la mirada del público, "el informe sí socava el proyecto estadounidense en Iraq", según Denselow. "Hubo otros estudios según los cuales los iraquíes sufren más tortura bajo la ocupación estadounidense que durante el régimen de Saddam Hussein, y ahora tenemos uno que sugiere un aumento de la mortalidad."
Hasta ahora, Bush ha tratado de combinar la guerra en Iraq con la guerra contra el terrorismo, con resultados bastante buenos, dijo. "Pero el público ve ahora que la guerra de Iraq creó un problema más difícil del que la guerra contra el terror pretendía solucionar."
La conducción de la invasión demostró estar "mal manejada" y ser "trágicamente irresponsable", según Denselow. "Pero eso no significa que habrá un cambio en lo que Estados Unidos hace hoy", concluyó.