IRAQ: Guerra por control remoto

Las nuevas milicias sunitas que operan en Iraq con respaldo de Estados Unidos constituyen un nuevo factor de incertidumbre en un país ya sumido en el caos.

Dirigentes sunitas de la conflictiva provincia de Al-Anbar, al oeste de Bagdad, se apartaron de sus tribus para formar estas milicias, recibieron tempranos elogios del primer ministro iraquí Nouri al-Maliki y funcionarios de Estados Unidos, según versiones de la prensa local.

Washington había apelado al desarme de todas las milicias por el bien de la paz social y la reconciliación, pero resulta evidente ahora que cambió de política. Las fuerzas de la ocupación ahora respaldan a combatientes chiitas y sunitas en diferentes zonas del país.

Otros jefes tribales sunitas condenan con dureza a los nuevos grupos.

"Son un grupo de ladrones que arman a ladrones, y eso es algo peligroso y desagradable", dijo a IPS el jeque Sa'adoon, jefe de una importante tribu sunita ubicada cerca de la ciudad de Khaldiyah en Al-Anbar.

"Eso sólo indica que tendremos más disturbios aquí y una posible guerra civil local", indicó.

"Están haciendo esto sólo para matar a tantos sunitas como sea posible, y está vez a manos de sunitas", dijo a IPS otro líder tribal que no quiso revelar su identidad.

Los verdaderos líderes tribales deberían estar al mando de cualquier milicia que se forme, no dando órdenes desde la "zona verde", "zona internacional" o también conocida como "la burbuja", el área más custodiada del centro de Bagdad.

Allí se encuentran los principales palacios del ex presidente Saddam Hussein (1979-2003), donde ahora viven y trabajan las autoridades estadounidenses y británicas de las fuerzas de ocupación, así como las oficinas del gobierno y de las principales empresas consultoras o contratadas para la reconstrucción del país.

"Los líderes deben guiar a sus soldados en el campo de batalla, pero esos llamados jeques están bien protegidos detrás de las paredes de concreto dentro de la zona sucia", señaló. "¿Cómo van a ganar una guerra por control remoto?"

La polémica iniciativa fue ampliamente criticada por académicos, altos mandos militares iraquíes y hasta políticos chiitas. "Es una nueva forma de hacer millones de dólares", dijo a IPS un profesor de la Universidad de Al-Anbar en Ramadi.

"No puedo imaginar 30.000 armas más en territorio iraquí. Espero que desechen la idea. Iraq necesita más ingenieros, y también políticos rectos para resolver el dilema con los combatientes ya existentes, en vez de reclutar otros para matar más iraquíes", indicó el general Jassim Rashid al-Dulaimi sobre el nuevo ejército de Al-Anbar.

"La idea me suena a que el país se va a transformar en un centro de reclutamiento de mercenarios", añadió.

El líder chiita Jaafar al-Assadi también consideró que esa medida aumentará la violencia.

"Al Anbar tendrá aún más enfrentamientos con las armas que se les dan a esos tontos", dijo a IPS. "Con seguridad se las van a vender a los terroristas o, tarde o temprano, sucumbir a ellas."

Varios líderes tribales tomaron distancia de los nuevos grupos combatientes.

El jeque Hamid Muhanna, jefe de la tribu Al-Bu Alwan, apareció en la cadena qatarí de televisión satelital Al Jazeera para desacreditar las versiones sobre la creación de tales milicias, En ese sentido, dijo que él y otros jeques controlaban a sus tribus y que quienes se reunieron con Al Maliki hablaban por ellos mismos.

La principal organización religiosa de Iraq, la Asociación de Eruditos Musulmanes, sigue oponiéndose con firmeza a la permanencia de la ocupación. "Todo está en manos de los estadounidenses, estamos tratando de tapar el sol con las manos", dijo en Bagdad a IPS el jeque Ahmed, representante de la Asociación de Eruditos.

"Las fuerzas de la ocupación son demasiado poderosas como para que cualquier jugador fuerce un cambio significativo, así que debemos confiar en nuestra propia capacidad sin soñar en soluciones provechosas de nuestro enemigo".

La Asociación se ha negado sistemáticamente a participar en la política del país bajo la ocupación estadounidense.

Las nuevas milicias se aprovechan del controvertido federalismo, según el cual cada grupo parece actuar según su voluntad.

Thafir al-Ani, portavoz de Al-Tawafuq —el mayor partido sunita del parlamento—, renunció la semana pasada a su cargo de presidente en el comité constituyente.

"Tendría que haberme inclinado por dividir a Iraq bajo la bandera del federalismo, lo que me hubiera marcado históricamente como uno de los que determinó la división de mi país", indicó.

Las soluciones propuestas obedecen a intereses personales y sectarios y consideran qué es lo mejor para el país, dijo a IPS el analista político Maki al-Nazzal desde Faluya.

"El cambio que puede haber es una 'Revolución Naranja' de todos los iraquíes, sin importar su identidad", indicó Al-Nazzal. Pero sería muy peligroso sin la protección internacional pues los gobernantes y el ejército estadounidense de hoy pueden masacrarlos".

Se llamó Revolución Naranja a las manifestaciones populares de noviembre de 2004 en Ucrania contra un gobierno y unas elecciones consideradas ilegítimas. Hay un amplio convencimiento de que las protestas contaron con respaldo estadounidense.

Un integrante de la no gubernamental organización iraquí Derechos Humanos sostuvo que la ONU tiene que asumir una posición más fuerte en Iraq.

"La comunidad internacional debe tener un rol real en el país", dijo a IPS.

La "Unami (Misión de Asistencia de las Naciones Unidas para Iraq) tiene las manos atadas y sólo observan la desastrosa situación sin hacer nada para ayudar a frenar la hemorragia en Iraq". (FIN/IPS/traen-vf-mj/aaf-dj/rdr/mm ip ik/06)

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