Mientras el presidente de Irán, Mahmoud Ahmadinejad, está ocupado con una polémica de alto voltaje con Estados Unidos, muchos en su país se preguntan si algún día cumplirá con su promesa de acabar con la corrupción y distribuir en forma más equitativa los vastos recursos del petróleo.
"Toda mi familia votó a Ahmadinejad porque prometió mejorar nuestras vidas. Iba a luchar contra la corrupción y crear empleos. Dijo que el dinero procedente del petróleo le pertenecía al pueblo. No he visto ese dinero en mi casa todavía, y sin embargo tengo que enfrentar los precios cada vez más altos", dijo Ahmad, un pensionado de 67 años.
"Mantengo una familia de tres integrantes con 2.000.000 riales (menos de 220 dólares) al mes, y el corte más barato de carne cuesta seis dólares el kilo. Gracias a Dios que no pago alquiler, pues en ese caso no tendríamos para comer", agregó.
"El descontento con la administración del presidente Ahmadinejad aún no se ha propagado del todo, pero crece rápido", indicó a IPS un analista político de Teherán.
"La línea dura que dejó atrás a los reformistas prometiendo corregir la inflación, mejorar el nivel de vida, crear empleos y sacarle algo a los ricos y corruptos para dárselo a los pobres, no sólo no cumplió estas promesas, sino que además claramente se movió en la dirección opuesta, según expertos en economía", agregó.
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"Irán es la economía número 30 en el mundo, pero, según cifras de la Organización de Seguridad Social, 30 por ciento de la población todavía vive debajo de la línea de pobreza relativa. Veinte por ciento de los habitantes tienen 50 por ciento de los ingresos nacionales, y 80 por ciento de la riqueza total del país", indicó el analista.
"Por tanto, es natural que la mejora económica sea la principal preocupación de los más ardientes partidarios del presidente: los más pobres", añadió.
El analista recordó que una encuesta divulgada por la Agencia de Noticias Mehr en septiembre indicaba que, en mayo, 61 por ciento de los consultados consideraban que su país había tenido éxito en el tema nuclear, 44 por ciento destacaron logros en el manejo de la inflación y solo 37 por ciento en la lucha contra la corrupción.
Aunque no incluyó porcentajes, el informe indicó que la mayoría de los encuestados señalaron al desempleo y la inflación como los mayores problemas de la administración de Ahmadinejad.
El presidente "concentró esfuerzos más en la política exterior que en la difícil arena económica. Su gobierno parece haber fallado en el tiempo de cumplir sus promesas económicas hechas en momentos de elecciones", dijo a IPS.
Catorce meses atrás, cuando Ahmadinejad asumió el gobierno, habló de "llevar las ganancias del petróleo a las mesas del pueblo" y acusó a sus predecesores de haber ignorado a los pobres.
Indicadores económicos muestran una gran caída en la bolsa de valores, y varios bancos privados anunciaron que están al borde de la bancarrota debido a las bajas tasas de interés adoptadas. La inflación supera el 12 por ciento y se prevé que aumentará a 15 por ciento a fines de este año. Existe un gran déficit presupuestal, de unos 8.000 millones de dólares.
"Es demasiado pronto para hacer una buena evaluación del desempeño económico del gobierno, pero algunas contradicciones que surgen de la falta de clara teoría económica están siendo evidentes", dijo a IPS el analista Saeed Leylaz, de Teherán.
"El sector estatal está creciendo rápido y el privado pierde terreno. El gobierno otorgó importantes contratos a órganos militares sin realizar una licitación previa. Solo el Cuerpo de Guardias Revolucionarios se quedó con contratos con el gobierno por unos 8.000 millones de dólares en los últimos meses", indicó.
"Por otra parte, las afirmaciones del gobierno y su política exterior ahuyentaron a las inversiones. La bolsa de valores cayó 50 por ciento respecto de su momento de mayor auge", añadió Leylaz.
