El reportero gráfico italiano secuestrado en el sur de Afganistán por hombres armados no identificados debe ser liberado de inmediato, señaló este martes un portavoz del movimiento islamista Talibán.
Gabriele Torsello fue secuestrado junto a su traductor afgano el 12 de este mes entre las meridionales ciudades de Lashkargah, capital de la provincia Helmand, y Kandahar. Cinco hombres armados detuvieron el taxi en el que se trasladaba y lo llevaron cautivo, según Ghulam Mohammad, quien también viajaba con él.
Los raptores amenazaron con matar al fotógrafo independiente, convertido al Islam, a menos que Italia retire a sus tropas del territorio afgano y entregue a Abdul Rahman, un afgano convertido al cristianismo que recibió asilo en ese país europeo.
Qari Yousaf Ahmadi, el portavoz talibán, dijo a Pajhwok Afghan News en contacto telefónico desde un lugar no revelado que el periodista es inocente y no debe pagar por las acciones del gobierno italiano.
"Los secuestradores declararon ser del Talibán sólo para difamarnos", aseguró.
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"Son ladrones, y secuestraron al periodista por dinero. Los llevaremos ante la justicia si los encontramos", advirtió.
Torsello había visitado los distritos de Musa Qala y Sangin. El Talibán aseguró que le proporcionó seguridad durante su estadía de cinco días.
El 19 de este mes, Pajhwok habló con el fotógrafo desde su cautividad a través de un teléfono celular. El periodista, que parecía muy asustado, afirmó estar bajo constante amenaza, y pidió ayuda de los medios de prensa para que negociaran su liberación.
"Los secuestradores me dijeron que era un espía y que las tropas británicas bombardearon los distritos de Musa Qala y Nawzad en base a información de inteligencia que yo había proporcionado", dijo con voz temblorosa, y afirmó no saber dónde se encuentra dado que tiene los ojos vendados.
El reportero gráfico, que habitualmente reside en Londres, ha salido y entrado a Afganistán varias veces en los últimos dos años. Hace 14 meses pagó por la cirugía de Shabana, una niña de apenas nueve meses que padecía un tumor maligno en un ojo, y fue operada en el Hospital Maiwand, de Kabul.
Janat Gul, el padre de Shabana, pidió a los raptores la liberación del periodista. "Tosello es un musulmán compasivo que ayuda a desventurados como yo. Los secuestradores deberían ayudarlo y dejarlo ir", dijo a Pajhwok.
Gul, originario de la provincia de Bamiyan, vive ahora en el barrio capitalino Khair Khana. Es jornalero, y nunca hubiera podido pagar la operación de su hija.
Torsello un día vio a una mujer caminando hacia una estación de ómnibus llevando a su pequeña hija en brazos. Ésta tenía luminosos ojos verdes, pero era notorio el tumor en su rostro. Era Shabana.
El periodista se acercó a la mujer para preguntar qué tenía la pequeña, y a partir de entonces se solidarizó con la familia, a la que comenzó a visitar y se ofreció para ayudar. Juntos consultaron a varios médicos antes de autorizar la operación.
"Shabana no sabe hablar, pero reconoce las fotos de Torsello y lo quiere mucho", dijo el padre.
Según Gul, Torsello "hace oraciones y ayunos, y ama a los afganos".
"Las noticias de hoy me entristecieron. Ahora no puedo sentir la alegría de la Eid ul Fitr", señaló, refiriéndose a la festividad que marca el fin del mes sagrado musulmán de Ramadán.
Torsello, quien trabajó como reportero gráfico en varias partes del mundo durante una década, residía desde hace varios meses en Afganistán, usando barba y ropas típicas del lugar. En la mezquita de Shahdano se lo había visto rezar en dos ocasiones.
El fotógrafo, que viajó al sur de Afganistán para informar sobre los combates desatados en los últimos meses, estuvo en una ocasión detenido junto a otros por el Talibán, acusado de espionaje. Pero pronto fue liberado.
Inmediatamente después del secuestro de Torsello, Ahmadi, el portavoz del Talibán, acusó al gobierno de "ocultar al periodista extranjero" sólo para difamar su movimiento.
"Cuando nosotros secuestramos a alguien, lo informamos de inmediato a la prensa, y si en el interrogatorio se demuestra que es culpable, nuestro Consejo Supremo decide su destino", indicó.
Dos periodistas alemanas que trabajan para la cadena Deutsche Welle fueron asesinados en el norte de Afganistán el 7 de este mes. Fueron los primeros trabajadores de prensa extranjeros en morir desde que el Talibán fue desalojado del poder central por Estados Unidos a fines de 2001.
(*) Publicado por IPS en convenio con la agencia de noticias afgana Pajhwok Afghan News.