La asignación de recursos insuficientes y los condicionamientos económicos del Banco Mundial a los acreedores de una deuda insostenible impiden a numerosos países alcanzar las metas de desarrollo establecidas por la comunidad internacional.
Tal es una de las conclusiones del Informe 2006 de la red Sustainability Watch, presentado en Singapur mientras transcurre en esta ciudad asiática la conferencia anual conjunta del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (FMI).
El estudio advierte que, además, los proyectos mineros y de energía financiados por el Banco Mundial no cumplen con criterios necesarios para proteger el ambiente y mejorar las condiciones de vida de los más pobres.
El informe de Sustainability Watch, red de organizaciones de 15 países del sur, enfatiza en que el desarrollo sustentable es crucial para 3.000 millones de personas —casi la mitad de la población mundial— que subsisten con un ingreso de menos de dos dólares diarios.
Los expertos prevén que esa cifra se eleve 100 millones para 2015, a menos que se implementen y mejoren los compromisos contra la pobreza acordados por la comunidad internacional.
El factor más crítico es el marco de desarrollo predominante, orientado hacia el mercado, que promueve la liberalización comercial y las privatizaciones, sostuvo Roy Cabonegro, representante en Asia de Sustainability Watch.
Este marco no presta atención suficiente a los problemas ambientales, en especial el manejo del territorio y el uso de recursos naturales, según la red.
Los gobiernos débiles no logran producir suficiente desarrollo económico y servicios sociales para acompasarse con el crecimiento de la población, lo cual conduce a cierta reticencia a desafiar los regímenes de liberalización comercial injusta, añade el informe.
Las restricciones institucionales derivaron en fallas estratégicas en cuanto a la supervisión de las interacciones entre pobreza, ambiente, gobernanza y participación de la sociedad civil, indica.
Por otra parte, muchos gobiernos asignaron recursos inadecuados para mejorar el desarrollo sustentable, mientras los condicionamientos de una deuda insostenible restringieron su capacidad para alcanzar las metas.
"Todos nuestros índices ambientales caen mientras el crecimiento económico se acelera", dijo Cabonegro a IPS.
El jefe científico del Banco Mundial, Robert Watson, dijo coincidir, en buena medida, con el informe de Sustainability Watch, pero consideró muy difícil implementar sus recomendaciones.
Se debe convencer a tales efectos a ministros de finanzas y otras áreas, lo cual, según Watson, es más trabajoso que convencer al sector privado.
"Realmente debemos resaltar la importancia del vínculo entre pobreza, la economía y el ambiente", agregó. Los factores que determinan pérdida de biodiversidad deben reducirse, sostuvo Watson.
"No estoy convencido de que podamos cumplir con los Objetivos de Desarrollo de la ONU para el Milenio, aun cuando reunamos voluntad política", dijo el funcionario.
Los Objetivos de Desarrollo de la ONU para el Milenio fueron establecidos en septiembre de 2000 en una sesión especial y unánime de la Asamblea General del foro mundial, en presencia de numerosos jefes de Estado y de gobierno.
Las ocho metas establecen objetivos claros para la reducción de la pobreza, el hambre, las enfermedades, el analfabetismo, la contaminación ambiental y la discriminación de las mujeres.
Entre las Metas con plazo establecido para 2015 figuran garantizar la educación universal de niños y niñas, y reducir a la mitad, respecto de 1990, la población de pobres, de hambrientos y sin acceso a agua potable ni medios para costearla.
Otros objetivos establecidos en 2000 por los 189 países que entonces integraban la ONU son promover la igualdad de género, reducir la mortalidad infantil, mejorar la salud materna, combatir el VIH/sida, la malaria y otras enfermedades y garantizar la sustentabilidad ambiental.
El Comité de Desarrollo del Banco se congratuló el lunes de sus avances en desarrollar el Marco de Inversiones para Energía Limpia, en respuesta al pedido de la cumbre del Grupo de los Ocho (G-8) en Gleneagles, Escocia.
Este informe recomienda asignar 10.000 millones de dólares para el desarrollo de fuentes convencionales de energía.
El Comité aseguró haber encontrado amplio apoyo para promover el acceso de los pobres a la energía, la transición a una energía a "bajo carbono" y ayuda para los países en desarrollo con miras a la adaptación al cambio climático.
Pero en lugar de combatir el cambio climático, el Marco promueve la construcción de usinas a carbón, centrales nucleares y grandes proyectos independientes.
"Al continuar prestando dinero para proyectos de combustibles fósiles y represas, el Banco se perdió el doble dividendo, social y ambiental, de la energía renovable", dijo Peter Bosshard, de la Red Intergral de Ríos, al presentar el informe "Cómo el marco energético del Banco Mundial vende el clima". (FIN/IPS/traen-mj/an/rdr/wd dv if en kp gb/06)