Los miembros de la orquesta de Leo Brouwer no sólo franquearon las barreras de la política cultural de Cuba en la década de 1970, sino que abrieron nuevos caminos a las generaciones siguientes. Su legado, inmortalizado en discos y películas, ahora es objeto de un libro de testimonios históricos.
"Una leyenda de la música cubana, Grupo de Experimentación Sonora del ICAIC", del escritor cubano Jaime Sarusky, ofrece una documentada historia de esta banda, que fue crisol de propuestas musicales vanguardistas de la época.
Nombres hoy insoslayables en los anales de la nueva canción latinoamericana, tales como Pablo Milanés, Silvio Rodríguez y Noel Nicola, comenzaron a cimentar sus carreras a partir de su incorporación a esta agrupación musical.
El Grupo de Experimentación Sonora del ICAIC (Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos), conocido por sus siglas GESI, surgió en abril de 1969 bajo la dirección de Brouwer, ya un renombrado director y guitarrista en esta isla caribeña.
Esta agrupación se convirtió, por espacio de nueve años, en lo que Sarusky califica de "una de las más sobresalientes y fructíferas experiencias de la música cubana del siglo XX", y "taller en plena ebullición creadora".
En declaraciones a IPS durante la presentación de la obra el 2 de este mes, el escritor reveló que, además de registrar "el magisterio singular de Brouwer en la conducción del GESI", acopió testimonios de artistas.
"Al final quiero dejar constancia del legado de un fenómeno de profunda significación cultural", sobre todo para el conocimiento "de la más joven generación", que debe conocer el alcance de "aquel experimento", afirmó.
El proyecto del GESI surgió cuando en la isla primaba la directriz cultural dictada por el gobierno revolucionario en 1961, que se resumía en la frase expresada por el presidente Fidel Castro en sus Palabras a los Intelectuales: "Dentro de la revolución todo, contra la revolución nada".
La creación de la agrupación musical se produjo luego de la llamada Ofensiva Revolucionaria de 1968, durante la cual fueron eliminados prácticamente todos los negocios particulares, salvo parte del sector transportista y de la agricultura, y se impusieron rigurosos controles para el mundo del espectáculo.
Se prohibió la difusión de la música anglosajona, incluidos los Beatles y el jazz, que eran vistos como manifestaciones culturales del "decadente imperialismo".
Los artistas que llevaran pelo largo y además tuvieran alguna afinidad con las "expresiones extranjerizantes" podían ver limitadas sus carreras bajo la sospecha de no participar de un claro compromiso revolucionario.
Silvio Rodríguez rememora en el libro "que las cosas que sucedían en aquella época" podrían calificarse en la actualidad como "risibles y absurdas", aunque "en esa etapa había compases musicales imperialistas", agrega con ironía.
Varios de los entonces jóvenes intérpretes, que luego integrarían la nueva trova cubana, padecieron las incomprensiones de la denominada "década gris" de la cultura isleña.
De ahí que Rodríguez asegure en la obra de Sarusky que "la creación del grupo en parte fue un pretexto para sacarnos a algunos de la vorágine".
Según se narra en el libro, Alfredo Guevara, a la sazón presidente del instituto cinematográfico de Cuba, al regresar de un viaje a Brasil decide formar una orquesta que creara bandas sonoras para los filmes nacionales.
La historiadora brasileña Mariana Martins, en el artículo titulado Polifonía Tropical, sugiere que el contacto que tuvo Guevara con el movimiento musical "tropicalismo" lo motivó a avanzar hacia una experiencia similar en la isla. Sin embargo, según el testimonio de Brouwer, la misión fundamental que se le asignó al GESI fue "transformar el repertorio de la música popular cubana".
El libro tiene el valor de exponer, a través de entrevistas, las valoraciones de los cantantes y músicos que emprendieron lo que el saxofonista y musicólogo cubano Leonardo Acosta denominó "una utopía conseguida".
Acosta, quien formó parte de la banda, señaló a IPS que la trascendencia del GESI pudo haber sido mayor si "no hubiese tenido en contra a todo el mundo", es decir a diferentes autoridades culturales de la época.
De cualquier modo, apuntó que en "en el trabajo de fusión" de diferentes géneros musicales de la isla y otras partes del mundo "nos adelantamos" y, en ese sentido, "el GESI influyó en los grupos "que surgieron con posterioridad en la isla.
En su análisis, Martins considera que "el tropicalismo y el GESI tuvieron un papel fundamental en el proceso de transformación de los modelos estéticos de la canción popular en América Latina".
La periodista cubana Mariana Rivas, especialista en temas de la nueva trova cubana, recordó a IPS que en el GESI "por primera vez los trovadores se unen y reciben una profunda preparación musical". El GESI, como taller de creación, incluía clases teóricas, a las que Brouwer aportó "una perspectiva inmensa de apreciación" de la música, agregó Rivas, quien concluyó subrayando que "definitivamente allí crecieron" como profesionales.
La cantante de la isla Miriam Ramos comentó a IPS que le "parece indispensable el GESI a la hora de hacer la historia de toda la música en Cuba, pues entre ellos no había fronteras estéticas sino una mezcla hermosa que fue y será una enseñanza".
Para el escritor cubano Reynaldo González, uno de los valores que lega el GESI, según declaró a IPS, es que la agrupación "supo decir las cosas que vivía el país y que formaban parte de la épica revolucionaria con arte, sin banalizar los contenidos".
La obra del GESI ha quedado registrada en al menos cuatro discos del sello cubano EGREM, pero fundamentalmente en documentales y películas de ficción de la industria fílmica de la isla.
El guitarrista y director Pablo Menéndez narró a IPS que la vida artística del Grupo concluyó realmente en julio de 1978, durante la celebración en esta capital del XI Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes, cuando "tocamos juntos por última vez".
"Nosotros nos veíamos como un grupo que abría puertas y nuevos caminos, por los que pasarían después nuevas personas, quienes a partir de esas pautas, lograrían cosas mucho más desarrolladas. Hemos tenido la satisfacción de ver que eso ha sucedido", concluyó Menéndez.