El tenso proceso de revisión constitucional en Kenia cerró otro capítulo con la confirmación del presidente Mwai Kibaki de que no habrá cambios parciales al menos hasta las elecciones generales del año próximo.
El anuncio de Kibaki fue realizado luego que parlamentarios propusieran cambios catalogados de "reformas mínimas", por entender que otra revisión completa de la ley fundamental no sería viable antes de los comicios de 2007.
Las reformas incluyen despojar al presidente de su derecho exclusivo de designar miembros de la Comisión Electoral de Kenia, de 21 miembros.
Los integrantes actuales de la Comisión terminarán su ejercicio en septiembre. Se teme que Kibaki incluya a personas que apoyan al gobierno entre los nuevos miembros, que podrían ejercer una influencia indebida en las elecciones presidenciales, parlamentarias y de gobernantes locales de este país de África oriental.
Otra demanda clave era que se redujera la autoridad presidencial para compartirla con los recién creados puestos de primer ministro y de dos segundos en este cargo.
Esto se hace eco de los deseos expresados por los keniatas a la Comisión de Revisión Constitucional, un organismo nacido en 2000 para averiguar qué forma querían los ciudadanos que adoptara su nueva ley fundamental.
Esas consultas nacionales dieron como resultado que la mayoría de los keniatas veían bien reducir los poderes de la presidencia, al parecer por el temor a los abusos de autoridad como los cometidos por Jomo Kenyatta, que gobernó de 1964 a 1978, y Daniel Arap Moi, de 1978 a 2002.
Una reducción de autoridad fue incluida en la versión inicial de la nueva Constitución redactada a continuación: el llamado "proyecto de Bomas", que tomó su nombre de un centro cultural ubicado a las afueras de Nairobi, donde se reunió la Conferencia Constitucional Nacional en 2003 y 2004 para negociar una reforma.
La Conferencia abarcó a delegados de un amplio espectro de la sociedad keniata.
Sin embargo, legisladores del partido gobernante luego cambiaron el proyecto de Bomas para mantener los fuertes poderes del jefe de Estado. En el marco de sus revisiones, un primer ministro no ejecutivo sería designado por el presidente.
Alteraciones al texto de Bomas dividieron a la gobernante Coalición Nacional del Arcoiris, alentando a una de sus partes, el Partido Democrático Liberal, a unir fuerzas con la oposición para presionar en busca de que el proyecto constitucional fuera rechazado durante un referéndum realizado en noviembre de 2005, bajo los auspicios del Movimiento Democrático Naranja.
Informes indicaban que Kibaki y el líder del Partido Democrático Liberal, Raila Odinga, habían acordado que a Odinga se le daría el puesto de primer ministro a cambio de apoyar a Kibaki en las elecciones que llevaron a la Coalición Nacional del Arcoiris al gobierno, a fines de 2002. Varios políticos que presionaban por "reformas mínimas" también expresaron interés en el cargo.
Quienes se opusieron al proyecto de reforma constitucional adoptaron la naranja como su símbolo, mientras que quienes lo apoyaban eligieron la banana. Así se intentaba ayudar a los keniatas analfabetos durante la campaña por el referéndum, que se cobró varias vidas.
Casi 60 por ciento de las personas que votaron en la consulta popular rechazaron la nueva Constitución.
"Las personas hicieron una declaración rechazando el proyecto constitucional. No apoyó la Constitución que el gobierno estaba proponiendo porque estaba orientado hacia los intereses del gobierno y no del pueblo", dijo Hilda Obyerodhiambo, subdirectora de la Coalición de Ciudadanos por el Cambio Constitucional, una organización no gubernamental con sede en Nairobi.
Los parlamentarios que lideraron las últimas "reformas mínimas" son mayoritariamente del Movimiento Democrático Naranja. Pero los cambios propuestos fueron desestimados por organizaciones de la sociedad civil.
"Este clamor por reformas mínimas aspira a desmovilizar el momento nacional para las largamente deseadas reformas abarcadoras", señaló una declaración emitida la semana pasada por organizaciones involucradas en revisar la Constitución existente, que está vigente desde que Kenia se independizó de Gran Bretaña, en 1963.
A cambio, estas organizaciones llamaron al gobierno a presentar un plan sobre cómo se puede obtener una nueva Constitución.
En marzo de este año, las autoridades designaron a una comisión para asesorar sobre ese tema. Pero Obyerodhiambo tiene poca fe en el organismo.
"La Comisión fue simplemente para pasar el tiempo. No hay voluntad política porque el gobierno renegó de compromisos previos por entregar una nueva Constitución", observó.
Inicialmente, Kibaki prometió que habría una nueva Constitución dentro los primeros 100 días de su llegada al poder. ***** +DESAFÍOS 2005-2006: Nueva constitución de Kenia en el limbo (https://www.ipsnoticias.net/nota.asp?idnews=36105) +KENIA: Golpe de timón tras derrota en referéndum (https://www.ipsnoticias.net/nota.asp?idnews=35893) +KENIA: Un resonante no (https://www.ipsnoticias.net/nota.asp?idnews=35873)
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