Líderes religiosos reunidos en esta ciudad japonesa llamaron a una urgente solución de los conflictos pendientes en Medio Oriente, pues consideran que la espiral de violencia en el región constituye una amenaza seria a la seguridad mundial.
La Conferencia Mundial de Religiones para la Paz analiza con seriedad una propuesta del príncipe jordano El Hassan bin Talal: que los problemas de Medio Oriente sean vistos y tratados, esencialmente, como problemas asiáticos.
"Todos los participantes acordaron que los frentes de la seguridad mundial se trasladaron de Europa a Asia", dijo Talal, moderador de la conferencia que concluye este martes. "Por eso vale la pena involucrar a nuevos actores, como Asia meridional y oriental."
"El dilema es claro: la exclusión de los procesos de toma de decisiones radicaliza y legitima la violencia. Para sacar a Medio Oriente del borde del caos, debemos dar los primeros pasos en la dirección correcta", añadió.
Un enorme letrero con el ideograma chino de "camino" adorna el recinto principal de la asamblea y sirve de recordatorio a los más de 500 líderes religiosos mundiales de que su tarea principal es combatir la violencia y mejorar la seguridad.
Religiones para la Paz es la principal coalición mundial de su tipo, y representa a líderes de más de 100 países, entre ellos muchos asolados por conflictos como Israel, Palestina, Líbano, Siria, Iraq, República Democrática del Congo y Sudán.
Entre las corrientes representadas figuran el budismo, el cristianismo, el hinduismo, el judaísmo, el sintoísmo, el zoroastrismo y la fe jain y la sij, entre otras.
Kyoto, sede de la actual conferencia, lo fue también de la primera, hace 36 años, organizado por el movimiento budista Rissho Kosei Kai.
Ésta es, además, la primera realizada desde los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos. La anterior se celebró en Ammán en 1999.
La acción de los Consejos Interreligiosos establecidos al influjo de esta organización fue clave en la pacificación de los Balcanes y de países como Sierra Leona.
La iniciativa del príncipe Talal incluye la celebración de una conferencia para la seguridad y la cooperación en Medio Oriente con participación activa de todos los países de Asia que "puedan ayudar a movilizar una identidad asiática y vincular nuestras dispares regiones en beneficio mutuo".
El secretario general de Religiones para la Paz, William F. Vendley, comentó a la prensa que intentos como el Acuerdo de Oslo de 1993 no lograron pacificar el vínculo entre Israel y Palestina porque estos esfuerzos seculares no fueron suficientes para resolver los problemas entre pueblos de diferentes creencias religiosas.
"Las comunidades religiosas se reúnen en momentos críticos porque la religión ha sido secuestrada por extremistas, políticos y medios de comunicación", sostuvo Vendley.
"Los hombres y mujeres de fe, las comunidades y los líderes religiosos debemos actuar cada vez que los extremistas usan la religión con fines violentos, cada vez que los políticos intentan explotar las diferencias sectarias y cada vez que la prensa caracteriza inadecuadamente nuestras religiones", agregó.
En su mensaje a la conferencia, el secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Kofi Annan, destacó el valor del entendimiento entre religiones.
"Al mantener alianzas multirreligiosas, ustedes están bien ubicados para actuar como agentes por la paz. Al actuar en los Consejos Interreligiosos, vuestro esfuerzo se multiplica, al igual que el impacto dentro de vuestras comunidades", opinó.
En Medio Oriente se requiere una mediación, sostuvo el reis-ul-ulema (líder religioso musulmán) de Bosnia-Herzegovina, Mustafá Ceric.
En los Balcanes, recordó, el primer presidente del Consejo Interreligioso fue un judío porque musulmanes y cristianos tenían dificultades para dialogar entre ellos y necesitaban un mediador.
Como musulmán de Sarajevo, Ceric apeló a judíos, cristianos y seguidores de otras religiones para que consideren la Tierra Santa como perteneciente a todas ellas.
Hubo demasiadas guerras santas y demasiadas matanzas por la propiedad del lugar, consideró Ceric, para quien no puede cantarse victoria por la muerte de mujeres y niños inocentes.
"Los musulmanes no confiamos en el mundo y, como consecuencia, el mundo no confía en los musulmanes", dijo.
El gran rabino David Rosen, director internacional de Asuntos Interreligiosos del Comité Judío Estadounidense y fundador Comité Interreligioso en Israel —en el que participan más de 70 organizaciones—, se concentró en las causas de la violencia en nombre de la fe.
"Todo líder encontrará justificativo para la posición de la comunidad de la que es parte, pues la religión procura dar significado a la pregunta de 'quién somos', ligada a nuestras identidades", explicó Rosen, actual presidente de Religiones Mundiales para la Paz.
"Por eso, cuando nuestra identidad se ve amenazada, tratamos de defenderla", concluyó el rabino estadounidense.
En la óptica de Rosen, como la religión se vincula tan profundamente con la identidad, cuando sus cultores son perjudicados apelan a sus tradiciones como justificación para no prestarle atención al otro y estigmatizarlo.
De ese modo, los políticos llegan a la conclusión de que para construir la paz deben mantenerse apartados de la religión, sostuvo.
Rosen urgió a la asamblea a admitir las cosas terribles que se hicieron en nombre de la fe y a considerar la Tierra Santa como territorio en que la resolución de conflictos fracasó porque los políticos no trabajaron en conjunto con los líderes religiosos.
El rabino estadounidense fue uno de los impulsores de la "cumbre interreligiosa" celebrada en Alejandría, Egipto, en 2002, con representantes de las tres grandes corrientes monoteístas. De esa conferencia surgió una condena a la violencia en nombre de la religión.
El ex presidente de Irán Seyed Mohammed Jatami confió en que el Diálogo entre Culturas y Civilizaciones lanzado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en 2001, y del que él mismo fue impulsor, allane el camino para la paz en Medio Oriente.
La civilización anglo-estadounidense, a la que Jatami dijo respetar, debe emplear su gran capacidad y sus energías para establecer la paz mundial, añadió.
Pero las gestiones hacia el logro de ese objetivo se vieron frustradas por la acción de políticos que "no sirven al interés de la ciudadanía estadounidense ni al de los pueblos del mundo", según Jatami.
Por otra parte, el ex presidente iraní aseguró que el desarrollo nuclear de su país no tiene ninguna relación con la crisis en Medio Oriente.
Como firmante del Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares, afirmó, Irán tiene el derecho de desarrollar la energía nuclear con propósitos pacíficos.
Pero tres países fuera de los miembros permanentes del Consejo de Seguridad, incluido Israel, tienen armas nucleares sin afrontar por eso presión internacional, recordó.
En cuanto al ataque israelí contra Hezbolá, Jatami consideró que una operación de tal envergadura no puede realizarse sin al menos un año de planificación.
El primer ministro de Japón, Junichiro Koizumi, aprovechó la conferencia para revelar que efectuó durante su reciente gira por Medio Oriente una propuesta de paz que fue considerada aceptable por el presidente palestino Mahmoud Abbas, el primer ministro israelí Ehud Olmert y el rey jordano Abdulá.
La iniciativa consistía en la creación de un "corredor de paz y prosperidad" que permitiría mejorar la calidad de vida de los pueblos de la región mediante la creación de un parque agroindustrial en Cisjordania. (FIN/IPS/traen-mj/dm/rdr/mm wd ip hd cr/06)