Mientras Israel sigue desafiando a la comunidad internacional y rechazando un cese del fuego en su enfrentamiento contra el grupo islamista chiita Hezbolá, la ONU es duramente criticada por su inoperancia y por ser simplemente observadora de la muerte y la destrucción en Líbano.
Una resolución promovida por Francia en el Consejo de Seguridad de la ONU (Organización de las Naciones Unidas), que pedía el "inmediato cese de las hostilidades", quedó estancada por la amenaza de veto de Estados Unidos.
Hasta ahora, la única acción política ha sido una declaración del Consejo en la que expresa su consternación por el bombardeo israelí contra un edificio de la ONU la semana pasada, en el cual murieron observadores desarmados.
Analistas políticos, expertos en Medio Oriente y académicos de Estados Unidos instaron al foro mundial a imponer su autoridad.
"El Consejo de Seguridad será incompetente en esta crisis mientras se deje llevar por la obstinación de Estados Unidos", dijo a IPS Chris Toensing, editor del Informe sobre Medio Oriente, publicado por el no gubernamental Proyecto de Información e Investigación sobre Medio Oriente (Merip, por sus siglas en inglés), con sede en Washington.
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Toensing sostuvo que los otros cuatro miembros permanentes del Consejo de Seguridad —China, Francia, Gran Bretaña y Rusia— deberían forzar la votación de una resolución de cese del fuego, aun frente a la posibilidad de que Estados Unidos la vete.
"Por lo menos, eso reduciría el tiempo que le tomará a Estados Unidos reconocer la necesidad de un inmediato alto el fuego", explicó el analista de Merip.
El secretario general de la ONU, Kofi Annan, expresó ante el Consejo de Seguridad su desilusión por el hecho de que Israel y el Hezbolá no hayan detenido los combates, iniciados el 12 de julio tras el secuestro de dos soldados israelíes por parte del grupo islamista.
"Sé que hay diferencias entre los miembros del Consejo de Seguridad acerca del orden preciso en que deben sucederse las acciones necesarias. Les ruego que hagan a un lado esas diferencias y se expidan sobre el punto más urgente: el inmediato cese de las hostilidades", declaró.
Pero, hasta ahora, el secretario general no ha obtenido una respuesta.
Lo más urgente, por encima de todo, es el alto al fuego en Líbano, coincidió el analista Mark Lance, profesor de la Universidad de Georgetown.
"Cualquiera sea su intención, Israel claramente está desatando una secuencia de acciones que conducen a la destrucción indiscriminada de objetivos civiles y a una enorme cantidad de muertes de no combatientes y de heridos", dijo Lance a IPS.
"Toda violencia, procedente de ambos bandos, debe interrumpirse inmediatamente. La principal responsabilidad de esto, por supuesto, recae sobre Israel por negarse a aceptar una propuesta de cese del fuego", señaló.
"Además de Israel, también es responsable Estados Unidos, por ser su mayor proveedor de armas y principal defensor en la política mundial", añadió.
Lance sostuvo que, dado que Washington se niega a asumir cualquier tipo de responsabilidad en el conflicto, el resto del mundo debería actuar para terminar con las muertes.
"Las resoluciones del Consejo de Seguridad vetadas por Estados Unidos son, por supuesto, meramente simbólicas, pero no por eso carecen de valor", agregó.
Lance sostiene que los estados deben presionar inmediatamente, tanto al Hezbolá como a Israel, recortando las relaciones comerciales y diplomáticas, y la cooperación cultural y asistencial con cualquiera de las partes que no cese las hostilidades.
Pero, lo más importante, es responsabilidad del pueblo estadounidense reclamar esto al gobierno de su país, añadió.
"¿Cuánto tiempo el Consejo de Seguridad puede estar de rehén de Estados Unidos e Israel?", preguntó Naseer Aruri, profesor emérito de ciencias políticas de la Universidad de Massachusetts Darmouth.
"Mientras el mundo observa la destrucción de la infraestructura civil de Líbano y reflexiona sobre las consecuencias de la masacre en Qana, —perpetrada por la fuerza aérea israelí y en la que murieron 60 civiles, principalmente mujeres y niños— millones de personas en todas partes deben estar preguntándose: ¿Dónde esta la ONU?".
Desde que se fundó la organización, Washington ha utilizado su poder de veto no menos de 40 veces para proteger a Israel de la condena mundial, mientras que le ha permitido violar el derecho internacional y perpetrar crímenes de guerra con total impunidad, dijo Aruri a IPS.
La última vez que ocurrió fue el 13 de julio, cuando Estados Unidos bloqueó una resolución —con el primer veto dentro del Consejo de Seguridad en 21 meses— que habría exhortado a Israel a detener los ataques en Gaza.
El hecho de que el embajador de Estados Unidos en la ONU, John Bolton, actúe como segundo representante de Israel afecta la imagen del foro mundial, señaló.
"Otro probable veto de Bolton no debería disuadir a las naciones amantes de la paz de perseguir una de las prioridades más urgentes en el ámbito mundial: proteger a civiles indefensos en tiempos de guerra y bajo ocupación militar extranjera", señaló Aruri, autor del libro "Palestine And the Palestinians: A Social and Political History" ("Palestina y palestinos: una historia social y política").
También señaló que, según la resolución "Uniendo por paz", de 1951, la Asamblea General puede asumir la responsabilidad del Consejo de Seguridad —de mantener la paz y la seguridad internacional—cuando los miembros de ese órgano no pueden alcanzar la unanimidad.
"La Carta de la ONU ha sido puesta a prueba eficazmente. Puede ser tanto un catalizador de la paz en Medio Oriente como un testigo de 'los dolores de parto de un nuevo Medio Oriente', tal como lo dijo groseramente la secretaria de Estado" (canciller) de Estados Unidos, Condoleeza Rice, señaló Aruri.
"Puede ser tanto confirmada y ejecutada, como verse relegada al basurero de la historia", alertó.