LÍBANO: La larga sombra de Irán

Si bien muchos libaneses comparten el resentimiento contra Israel por atacar a su país, están divididos en sus opiniones sobre Hezbolá, y sobre Irán, uno de los principales apoyos de ese grupo armado.

Crédito: IRIN News
Crédito: IRIN News
Teherán ha dicho que sólo brinda a la milicia chiita y prosiria Hezbolá (Partido de Dios) ayuda "espiritual y política", ni dinero, ni armamento, ni entrenamiento. Pero pocos libaneses creen que la República Islámica se limite, para bien o para mal, a semejante posición marginal.

A partir de este lunes rige un cese de las hostilidades entre Israel y el Hezbolá, decretado por la Organización de las Naciones Unidas.

Israel detuvo los ataques, pero aclaró que sólo retirará sus tropas del sur del Líbano cuando sea desplegada una fuerza de paz internacional en la zona aún controlada por el Hezbolá.

Muchos residentes en el barrio Dahiya, en el sur de Beirut, dicen que su ira contra Israel ha crecido así como su admiración por Hezbolá, y por ende hacia Irán.
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Israel ha estado atacando casi diariamente el área de mayoría musulmana chiíta, que se dice es la base del Partido de Dios. Las personas evacuadas, que han regresado para ver los daños producidos en sus propiedades, afirman que Hezbolá los ha protegido y ha dado comida y atención médica a los pobres y desplazados.

Pero pocos aquí creen que Hezbolá pueda hacer esto por sí sólo.

Yusef Ammar, de 59 años, es uno de los muchos residentes de Beirut que cree que Irán está ayudando a Hezbolá para que este grupo pueda brindar ese tipo de asistencia a los libaneses.

"Nos gusta Irán, al igual que a todos, pues está ayudando a la gente aquí. Teherán apoya a Hezbolá cuando le place. Nos gusta también el presidente iraní, siempre dice la verdad".

El presidente de Irán, Mahmoud Ahmadinejad, pidió que Israel fuera borrado del mapa, haciéndose eco de las palabras del ayatolá Rujolá Jomeini, el líder de la Revolución Islámica iraní de 1979.

Por todo el vecindario del sur de Beirut se aprecian carteles de Jomeini, y del actual líder supremo iraní, el ayatolá Alí Jamenei, colgados junto a los del jefe de Hezbolá, Hassan Nasrallah.

Irán ayudó a fundar a Hezbolá en respuesta a la invasión Israelí al Líbano en 1982, pero ha negado que provea armas a este grupo o que haya participado en el secuestro de dos soldados israelíes el mes pasado, hecho que motivó los actuales ataques de Israel sobre Beirut.

Un miembro de Hezbolá que se encontraba custodiando los desolados edificios de Dahiya, dijo que Irán ayuda a su grupo, pero rehusó decir de qué manera.

"El solo hecho de que Irán esté con nosotros —financiera y espiritualmente— es suficiente", dijo el hombre que prefirió no revelar su identidad. "Pero no es problema si también da misiles a Hezbolá".

"Irán ayuda a Hezbolá incondicionalmente", agregó. "Estados Unidos provee de misiles a Israel bajo la condición de que los use para matar a mujeres y niños como estos", agregó.

No todo el mundo en Líbano habla favorablemente de Irán. Muchos de los que culpan a Hezbolá de atizar el actual conflicto piensan que Irán estaba detrás. Creen que Teherán está utilizando la situación bélica para pelear su propia guerra contra Israel y Estados Unidos.

Gilbert, quien no quiso revelar su apellido, tiene 48 años y es un libanés cristiano. "Que se quede Teherán en su territorio", dijo. "Tenemos que vivir en paz. Más de 30 años de guerra en Líbano es suficiente. Este es nuestro país".

Esta nación de apenas cuatro millones de personas ha sido por mucho tiempo vulnerable a las intervenciones extranjeras. Su sistema de poder compartido entre 17 comunidades musulmanas y cristianas da como resultado gobiernos débiles y, a veces, tienta a grupos rivales a buscar ayuda en sus aliados extranjeros.

Estados Unidos, Francia y otros países poderosos están bastante involucrados en este juego, así como Siria, Israel, Irán, Arabia Saudita, Jordania y Egipto.

Mientras algunos creen que Irán y Siria han influido mucho en la actuación de Hezbolá en este conflicto, también consideran que el ataque de Israel al Partido de Dios está en gran parte dirigido a Teherán.

Además, piensan que Estados Unidos ha encontrado en la ofensiva de Israel una oportunidad para destruir el poder armado de Hezbolá y disminuir su influencia en Líbano, así como la de sus aliados Irán y Siria.

Ibrahim Kanaan, un miembro cristiano del parlamento de Líbano, cree que los libaneses y sus líderes deben unirse para impedir que otros países utilicen a esta nación para pelear sus propias guerras. También piensa que Teherán apoya a Hezbolá, y que naciones como Siria e Irán utilizan al grupo para sus propios intereses en la región.

"Líbano no debe ser el lugar para instalar estos problemas", dijo. "La mejor manera de limitar la influencia regional en Líbano, ya sea de Irán, Siria, Arabia Saudita, Jordania u otros, es tener una agenda nacional, una visión propia", puntualizó.

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