ZIMBABWE: Annan, el mediador frustrado

El fracaso del secretario general de la ONU, Kofi Annan, en sus esfuerzos por mediar en la crisis de Zimbabwe tuvo gran repercusión en todo el mundo, pero no fue ninguna sorpresa para los analistas políticos africanos.

El presidente de Zimbabwe, Robert Mugabe, "tiene muy presente que el período del secretario general termina a fines de este año. Annan tiene los días contados", dijo el martes a IPS el politólogo Brian Raftopoulos.

Ex profesor de ciencias políticas en la Universidad de Zimbabwe, Raftopoulos trabaja ahora en el Instituto para la Justicia y la Reconciliación, en el sudoccidental puerto sudafricano de Ciudad del Cabo. Esta organización no gubernamental busca aprovechar las experiencias de Sudáfrica para asistir a otros países de África en transición a la democracia.

El experto estuvo en Johannesburgo para participar esta semana del taller titulado "Zimbabwe: Un inventario político y económico", organizado por el Instituto Sudafricano de Asuntos Internacionales (SAIIA), centro académico de la Universidad de Witwatersrand.

Annan se reunió con Mugabe en el marco de la cumbre de la Unión Africana, celebrada entre el 25 de junio y el 2 de este mes en Gambia.
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Poco después, el secretario general de la ONU (Organización de las Naciones Unidas) anunció que no viajaría a Zimbabwe para ayudar a solucionar los problemas políticos y económicos de ese país.

El máximo funcionario del foro mundial señaló que Mugabe le había informado que el presidente de Tanzania, Benjamin Mkapa, ya estaba haciendo las veces de mediador entre Zimbabwe y Gran Bretaña.

Zimbabwe es motivo de preocupación para la comunidad internacional, y en especial para Gran Bretaña, su antigua potencia colonial, desde que en 2000 Mugabe, gobernante desde la independencia en 1980, se incautó de las tierras de 4.500 agricultores blancos para entregarlas a campesinos de la mayoría negra, en gran medida ex combatientes por la liberación del país, de la que fue uno de los líderes.

El opositor Movimiento por el Cambio Democrático (MDC) acusó a la Unión Nacional Africana de Zimbabwe-Frente Patriótico (ZANU-PF), de Mugabe, de fraude en las elecciones de 2002, y desde entonces Londres y Washington aplican sanciones contra Zimbabwe y piden la renuncia del presidente.

El mismo grupo opositor también consideró fraudulentos los comicios del 31 de marzo de 2005.

Muchos cuestionaron el enfoque de la mediación de Mkapa, quien intercederá entre Mugabe y Londres pero no entre el presidente zimbabwense y la oposición interna. También pusieron en duda su capacidad de actuar con imparcialidad.

"Mkapa es un aliado de Mugabe. No será un efectivo mediador, sino un efectivo mensajero internacional de Mugabe", sostuvo Raftopoulos.

Muchos responsabilizan a la política de incautación de tierras en Zimbabwe del deterioro económico en el país, aunque Mugabe sostiene que la economía ha sido saboteada por aquellos que se oponen a su gobierno, tanto a nivel local como internacional.

"La economía de Zimbabwe es la que más se encoge en el mundo. Su PIB (producto interno bruto) cayó 40 por ciento en los últimos 10 años. Dos tercios de la población viven con menos de un dólar al día. La inflación supera el 1.000 por ciento", señaló Raftopoulos.

Millones de zimbabwenses han huido de las penurias económicas y de la persecución política en su país.

Sin embargo, Diana Games, directora de Africa@Work, empresa de investigación y publicaciones con sede en Johannesburgo, dijo en la reunión del SAIIA que había claras señales de mala administración económica en Zimbabwe antes de las ocupaciones de granjas.

Games citó como ejemplo las pensiones otorgadas en 1997 a los veteranos de la guerra de liberación de los años 70, que no habían sido incluidas en el presupuesto, y la decisión de enviar 10.000 soldados a la República Democrática del Congo en 1998 para apoyar al presidente Laurent Kabila en su lucha contra una rebelión apoyada por Ruanda y Uganda.

"Las compañías zimbabwenses se han expandido en la región, particularmente a Zambia, como forma de afrontar la crisis. Actualmente, las compañías operan a 20 o 30 por ciento debajo de su capacidad, debido a una amplia gamas de problemas, como falta de divisas y combustible", indicó Games.

La experta divulgó durante el encuentro su estudio "Una nación en confusión: la experiencia de las firmas sudafricanas en Zimbabwe".

La política llevada adelante por Sudáfrica de "diplomacia tranquila" hacia Zimbabwe fue criticada en el encuentro. "No creo que vaya a funcionar", dijo Games.

Pero si Pretoria procurara una diplomacia más activa, tendría dificultades para acercarse a la oposición zimbabwense, ya que el MDC está dividido en dos, indicó a IPS un funcionario del Departamento de Asuntos Exteriores sudafricano.

"¿Con qué facción debería hablar Sudáfrica?", preguntó.

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