El primer ministro de Somalia, Mohammed Ali Gedi, permanece en el cargo a pesar de que la mayoría de los legisladores lo censuraron por su fracaso en ordenar este país de África oriental, que carece de instituciones estatales firmes desde 2001.
La moción de censura de la que Gedi salió indemne fue la culminación de una semana de furia, durante la cual un ministro fue asesinado, un parlamentario recibió disparos y otros 11 ministros renunciaron.
Fueron 88 los legisladores del gobierno interino de Somalia que apoyaron a Gedi, mientras que 126 votaron en su contra, poco menos que los dos tercios (una mayoría de 139) necesarios para que la moción fuera aprobada.
El gobierno se estableció en 2004 en la vecina Kenia, luego de más de dos años de negociaciones dirigidas por la Autoridad Intergubernamental sobre y Desarrollo, un bloque que reúne a los países de África oriental.
El año pasado, el gobierno se instaló en el sudcentral poblado somalí de Baidoa, aunque no pudo extender su autoridad al resto del territorio nacional, dividido en feudos tras el derrocamiento del dictador Mohamed Siad Barre en 1991 y bajo control de señores de la guerra.
El mes pasado, la insurgente Unión de Tribunales Islámicos tomaron control de la capital, Mogadiscio, y de buena parte del sur del territorio. Estados Unidos asegura que entre los insurgentes figuran miembros de la red terrorista Al Qaeda, del saudita Osama bin Laden.
La moción del sábado fue el segundo intento en el parlamento de 275 escaños de obligar a Gedi a dejar el cargo. En 2004, una moción para destituirlo fue aprobada por legisladores que calificaron su designación de inconstitucional. Pero el presidente Abdullahi Yusuf Ahmed la confirmó luego.
A comienzos de julio, diversos ministros se opusieron al ingreso de tropas etiopes a Baidoa para apuntalar el gobierno interino, tras el avance de milicias islámicas hasta unos pocos kilómetros del poblado.
Los funcionarios se quejaron de que el despliegue militar etiope carecía de aprobación parlamentaria.
También acusaron a Gedi de incompetencia en las deliberaciones con la Unión de Tribunales Islámicos. Estas discusiones se interrumpieron por la presencia de las fuerzas etíopes, que alentó a los rebeldes a declarar la "jihad" (guerra islámica) contra el estado vecino.
Muchos somalíes sienten una profunda antipatía por Etiopía, que en las últimas décadas se enfrentó en reiteradas ocasiones con este país.
Aunque se prevé que las conversaciones se reanuden el martes en Jartum, los islamistas dijeron que solamente asistirán si las tropas etiopes se retiran de Somalia. Las negociaciones, que comenzaron en junio, son impulsadas por la Liga Árabe.
La situación se complica aun más por acusaciones a otra vecina de Somalia, Eritrea, de suministrar equipamiento bélico a la Unión de Tribunales Islámicos, en violación del embargo de armas dispuesto en 1992.
Dos aviones de carga que transportaban armas desde Eritrea para rebeldes islámicos llegaron a Mogadiscio la semana pasada, dijo a IPS un periodista local en la capital. La versión desató temores de que la vieja tensión entre Eritrea y Etiopía se esté materializando en Somalia.
Los dos países libraron una disputa fronteriza entre 1998 y 2000. Eritrea se independizó de Etiopía tras una guerra en 1993.
Somalia "se dirige a lo peor. Las personas observan estos acontecimientos y esperan una guerra entre Etiopía y Eritrea sobre suelo de Somalia más bien pronto", dijo el periodista local.
El fin de semana también circularon versiones de que Irán, Libia y Egipto también habían sido acusados por Gedi de asistir a los islamistas.
Por otra parte, cientos de manifestantes se concentraron el sábado en Baidoa para despedirse del ministro de Asuntos Constitucionales, Abdallah Isaaq Deerow, asesinado el día anterior fuera de una mezquita.
"La causa de su matanza todavía se desconoce, pero la policía capturó al asesino y ahora está preso", dijo a IPS un portavoz del gobierno interino, Abdirahman Dinari, desde Baidoa, donde hubo disturbios el jueves en medio de la balacera.
El miércoles, el jefe del comité parlamentario de asuntos constitucionales, Mohammed Ibrahim Mohammed, sobrevivió a un atentado a tiros.
Luego de visitar Mogadiscio, un analista político que pidió mantenerse en el anonimato dijo que una intervención de la Unión Africana era clave para mejorar la situación en Somalia.
El mes pasado, sin embargo, una propuesta de los 53 miembros de la Unión Africana para enviar una fuerza de paz al país encontró la oposición de la Unión de Tribunales Islámicos.
Los rebeldes consideran que una fuerza semejante desatará un conflicto aún más serio en Somalia. ***** +PERIODISMO-SOMALIA: Cualquiera puede matarte (https://www.ipsnoticias.net/nota.asp?idnews=38138) +REFUGIADOS-KENIA: Somalíes en desastrosas condiciones (https://www.ipsnoticias.net/nota.asp?idnews=37877) (FIN/IPS/traen-js-mj/jm-jh/ip/06)