Las primeras elecciones generales en República Democrática del Congo en 40 años se celebrarán el 30 de este mes, en medio de enormes dificultades originadas por décadas dictadura y de devastadoras guerras civiles.
Cientos de observadores se distribuirán por todo el vasto territorio de ese país de África central para controlar la concurrencia de los ciudadanos a las urnas, informó Vincent Tohbi, del no gubernamental Instituto Electoral de África Austral (IEAS).
Pero los casi 1.200 observadores extranjeros apenas si podrán cubrir una pequeña parte de los 52.000 circuitos electorales que se instalarán en todo el país, según IEAS, organización con sede en Johannesburgo.
Esta institución también enviará una misión de observación compuesta por 25 representantes de organizaciones no gubernamentales e instituciones académicas. IEAS está trabajando para asegurar la libertad electoral y la buena gobernanza.
El simple hecho de trasladar a los observadores y los materiales necesarios para el acto electoral hasta los centros de votación supone otra tarea descomunal.
"La infraestructura representa un gran desafío. El territorio de República Democrática del Congo es dos veces mayor que el de Sudáfrica, pero su infraestructura es 100 veces menor. La mayoría de los caminos no están pavimentados", dijo a IPS Tohbi en entrevista telefónica desde Kinshasa.
Este enorme país quedó en escombros luego de tres decenios de corrupta dictadura encabezada por Mobutu Sese Seko y de las dos guerras civiles que le siguieron.
El principal medio de transporte es por vía aérea. "Al principio teníamos 17 aviones y helicópteros. Ahora contamos con 100 gracias al apoyo de Sudáfrica y Angola, que accedió a proporcionar cuatro helicópteros con miras a las elecciones", indicó Tohbi.
"En zonas remotas, se emplean hasta barcos, motocicletas y bicicletas para transportar materiales electorales, incluso las papeletas", agregó.
Sudáfrica imprimió y distribuyó las papeletas a un costo de 50 millones de dólares, señaló Tohbi. El presupuesto total del acto electoral asciende a 500 millones de dólares, con aportes, entre otros, de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), la Unión Europea y Estados Unidos.
Más de 30 candidatos compiten por la presidencia, incluido el actual jefe de gobierno en ejercicio, Joseph Kabila, mientras que otros 8.000 se están disputando los 500 escaños que tiene el parlamento.
Pero no por contar con amplia participación el proceso electoral se vio imbuido de mayor legitimidad a los ojos de todos.
El principal partido opositor, la Unión por la Democracia y el Progreso Social, boicotea las elecciones a pesar de que se trata de las primeras de carácter multipartidario en 40 años, porque, según el sector, no están dadas las condiciones para que sean libres y justas.
"Son muchos los desafíos. No sólo la infraestructura", señaló Jean-Marie Gasana, de la oficina para África del Forum on Early Warning and Warly Response (FEWER África), red de organizaciones no gubernamentales e instituciones estatales y académicas que trabajan en la solución y superación de conflictos violentos.
Gasana se prepara para viajar al área de Ituri, en la problemática región oriental de este país, para colaborar con la supervisión de los comicios.
"Al otro día de las elecciones, seguirán las dificultades. Seguirán los problemas de la desmovilización de combatientes, la falta de desarrollo, la pobreza y la difícil situación de los desplazados", dijo Gasana a IPS. "Tenemos muchos desplazados internos que no saben donde votar."
Alrededor de 1,5 millones de personas han sido desplazadas a causa del conflicto en la RDC, según la Oficina para la Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU.
Casi cuatro millones murieron en la guerra que se prolongó de 1998 a 2002, muchos por enfermedades propiciadas por el conflicto y por la escasez de alimentos.
"Nos preocupa la legitimidad de las elecciones. Si la ciudadanía no reconoce el resultado, no servirá de nada", señaló Tohbi.
La Comisión Electoral Independiente —-que supervisa los comicios— prevé que concurran a las urnas 25,7 millones de los 60 millones de habitantes del país.
Si ninguno de los candidatos obtiene más de 50 por ciento de los votos, los dos candidatos con más sufragios se enfrentarán en una segunda vuelta prevista para el 15 de octubre. En ese caso, los resultados definitivos se conocerían a fines de noviembre.
Los comicios presidenciales pondrán punto final a tres años de gobierno de transición, al cabo del cual deberían quedar desmovilizados y reintegrados a la sociedad los insurgentes de la región oriental de República Democrática del Congo, en armas desde fines de los años 90.
Miles de rebeldes abandonaron la lucha, pero muchos otros siguen activos en el este del país, a pesar de la presencia de una fuerza de paz de la ONU integrada por 17.000 efectivos.
Hombres armados no identificados mataron el martes 18 a unas siete personas en un acto de campaña en la provincia de Kivu del Norte.
El conflicto en el este de enfrentó a los rebeldes, con apoyo de Ruanda y Uganda, con fuerzas gubernamentales respaldadas por Angola, Namibia y Zimbabwe. Ambos bandos estuvieron implicados en la explotación de los vastos recursos minerales de ese país.
Tanto Ruanda como Uganda habían respaldado al entonces presidente de República Democrática del Congo, Laurent Kabila, asesinado en 2001 y sucedido por su hijo Joseph.
El país, ex colonia belga, consiguió su independencia en 1960 de la mano de Patrice Lumumba.