El ejército israelí está utilizando armas ilegales contra la población civil en el sur de Líbano, según médicos y organizaciones no gubernamentales que trabajan en zonas bombardeadas.
La organización Human Rights Watch (HRW, por sus siglas en inglés), con sede en Estados Unidos, afirmó esta semana que Israel había usado bombas de racimo en zonas habitadas por civiles, en clara violación de las leyes internacionales.
El grupo indicó que las bombas de racimo mataron la semana pasada a un civil e hirieron a 12 más en la meridional aldea de Blida.
Estas bombas disparan cientos de pequeños explosivos que tienen una "imprecisión inaceptable y son poco fiables", y no deberían utilizarse en áreas pobladas por civiles, señaló HRW.
Más de 430 libaneses, en su mayoría civiles, han muerto por la ofensiva de Israel, iniciada el 12 de este mes en respuesta al secuestro de dos de sus soldados por parte del movimiento islamista chiita Hezbolá (Partido de Dios).
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Médicos libaneses, trabajadores voluntarios y desplazados aseguraron que el ejército israelí ha utilizado fósforo blanco incendiario en áreas habitadas por civiles, también en violación de las Convenciones de Ginebra, que rigen el derecho humanitario internacional.
El médico Bachir el-Sham, del Hospital Complex en Sidón, en el sur libanés, dijo a IPS en entrevista telefónica que atendió a muchos civiles heridos por armas incendiarias.
"Hemos visto personas totalmente ennegrecidas, con la carne carbonizada no por las quemaduras de bombas y llamas normales. Estoy seguro de que esto es un tipo de bomba especial. Están usando armas incendiarias contra civiles en el sur. Estamos viendo este tipo de pacientes", aseguró.
Los israelíes también emplean bombas con efecto de succión, que ya habían utilizado ampliamente en la guerra civil libanesa (1975-1990), añadió.
"Están utilizando bombas con efecto de succión que provocan una implosión en nuestros edificios. Con las bombas de implosión, en vez de que estallen los cristales, la explosión es dentro del edificio. Esas bombas matan a todos los que estén adentro. Rara vez hay sobrevivientes cuando las usan", explicó.
Bilal Masri, uno de los directivos del Hospital Universitario del Gobierno de Beirut, había comentado a IPS que "muchos de los heridos en el sur están sufriendo las consecuencias del fósforo blanco incendiario".
La representante en Beirut de la organización no gubernamental Norwegian People's Aid, Wafaa el-Yassir, dijo a IPS que muchos de los voluntarios que cumplen tareas en el sur le comunicaron que asistieron a personas heridas por este tipo de armamento.
"Lo más importante es que estamos investigando la utilización de armas prohibidas por Israel. Usaron fósforo en Nabatiyeh, y bombas de racimo en el distrito de Dahaya, en Beirut", señaló.
También indicó que un médico del hospital de la meridional localidad de Bint Jbail, bastión del Hezbolá y donde se registran los combates más intensos, le había asegurado que se había usado fósforo blanco contra civiles.
"Estaba en una aldea cerca de Tyre y los israelíes estaban tirando bombas incendiarias alrededor nuestro, a pesar de que no había combatientes cerca. Muchos civiles fueron alcanzados por estas armas", relató Zacharia al-Amedin, un desplazado de 18 años atendido por heridas causadas por explosivos.
El Ministerio del Interior libanés también informó que los militares israelíes habían utilizado estas armas.
El presidente libanés Emile Lahoud, en conversación con una radio francesa, subrayó que el empleo de este tipo de explosivos viola las Convenciones de Ginebra.
Por su parte, un portavoz del ejército de Israel dijo a la agencia de noticias Reuters que "todo lo que las fuerzas de defensa israelíes están utilizando es legítimo".
Las leyes internacionales obligan a los ejércitos a distinguir entre combatientes y civiles. La utilización de armas incendiarias y bombas de racimo en áreas pobladas por civiles contraviene las normas humanitarias.
"Somos un país de seres humanos, no animales. Está muriendo gente de verdad acá", dijo Sham a IPS.