El continuo bombardeo israelí sobre el sur de Líbano sólo habría fortalecido al movimiento islamista chiita Hezbolá (Partido de Dios), y en especial a su carismático líder, el jeque Hassan Nasrallah.
A lo largo de los años, el grupo se ha granjeado apoyo entre la población libanesa gracias en especial a la prestación se servicios sociales, asumiendo proyectos de infraestructura y atendiendo las necesidades de sus seguidores.
El Hezbolá ahora controla más de la mitad de las cerca de 100 escuelas de Beirut que se han convertido en refugios para civiles afectados por los ataques israelíes.
"Estos bombardeos muestran la verdadera fuerza de Israel. Yo estuve antes con el Hezbolá, pero ahora quiero unirme a ellos (otra vez) para pelear contra los israelíes, quienes sólo quieren nuestra tierra y atacar el Islam", dijo a IPS un joven en un campamento para desplazados instalado en un parque de la capital libanesa.
Un miembro del Hezbolá a cargo de un grupo de combatientes en el sur de Beirut aseguró que el apoyo popular al grupo creció drásticamente desde que Israel comenzó a bombardear Líbano hace dos semanas, en respuesta al secuestro de dos de sus soldados.
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"La gente está asustada, y ahora la estamos protegiendo, y ayudando a atender a los desplazados por esta agresión sionista. Cuanto más dure la lucha, más apoyo ganaremos. Nos estamos preparando para pelear hasta el fin", dijo a IPS.
El apoyo al Hezbolá parece ser más fuerte entre los jóvenes, e incluso aumenta entre los cristianos.
Ramzi Semaan, un cristiano de 21 años, dijo a IPS que el movimiento estaba defendiendo a su país. "El Hezbolá está ayudando a defender a Líbano de los sionistas", añadió.
Sin embargo, la mayor parte de la población cristiana parece responsabilizar al grupo islamista de lo que está pasando.
De los 3,8 millones de libaneses, 60 por ciento son musulmanes, en su mayoría de la rama chiita, y la mayor parte del 40 por ciento restante siguen la religión cristiana.
La gran mayoría de la población chiita obedece cada palabra de Nasrallah.
Muchos de los libaneses que ven con recelo al Hezbolá apelan, sin embargo, a su protección ante los bombardeos israelíes. La mayoría coinciden en que el grupo es una importante fuerza política con la que se debe negociar. Es claro que no podría haber paz en este país dejando al movimiento fuera del proceso.
La destrucción de infraestructura civil es una de las principales razones de la creciente furia popular contra Israel. Los libaneses responden apoyando al Hezbolá.
"Israel se está protegiendo porque el Hezbolá lanzó su ataque contra sus soldados. Su reacción es demasiado severa, porque ahora está destruyendo a nuestro país", señaló Fuad Rashed, un cristiano de 33 años propietario de un comercio de electrodomésticos.
Por su parte, Nassan Hanin, un cristiano de 50 años, sostuvo que "el Hezbolá se equivocó en realizar su operación, e Israel se equivoca ahora con esta reacción extrema".
"Estoy feliz de que el Hezbolá fue golpeado por lo que hizo, pero esto tuvo un costo demasiado alto para nosotros", añadió.
Muchos de los que sufrieron directamente la guerra civil libanesa (1975-1990) culpan a ambas partes del actual conflicto.
"Apenas podemos creer que haya otra guerra. Pensábamos que había terminado en 1990. Creo que fue un error que el Hezbolá secuestrara a los soldados israelíes, pero este nivel de reacción, de destruir todo Líbano, es totalmente injustificado. Es una locura", dijo a IPS el camarero de un restaurante del distrito capitalino de Hamra.