LÍBANO: Israel sigue atacando pese a presión mundial

Israel realizó este lunes nuevos bombardeos sobre Líbano a pesar de un acuerdo para detener los ataques aéreos por 48 horas, luego de la muerte el domingo de 54 personas, 37 de ellas niños y niñas, en la meridional población de Qana.

Crédito: Hugh Macleod/IRIN News
Crédito: Hugh Macleod/IRIN News
Militares israelíes informaron que los ataques de este lunes cerca de la localidad libanesa de Tayba tuvieron el objetivo de proteger a sus fuerzas terrestres en la frontera. "Nuestros aviones operan en esa zona para apoyar a nuestras fuerzas terrestres", declaró un portavoz militar.

El gobierno israelí había aceptado detener los embates aéreos por 48 horas tras haber bombardeado un edificio en Qana el domingo habitado por civiles, lo que desencadenó una intensa presión internacional para que pusiera freno a su ofensiva.

No obstante, en el acuerdo, Israel se había reservado el derecho a atacar objetivos que considerara una amenaza inmediata.

El conflicto se inició el 12 de mes, cuando el movimiento islamista chiita Hezbolá (Partido de Dios) mató a ocho soldados israelíes y secuestró a otros dos.
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La secretaria de Estado (canciller) de Estados Unidos, Condoleezza Rice, antes de abandonar este lunes Jerusalén, dijo estar confiada en que podría lograrse un acuerdo de alto al fuego a largo plazo esta semana.

"Esta mañana, cuando regreso a Washington, me llevó un creciente consenso de que es necesario para ambas partes un urgente cese del fuego y una solución duradera. Estoy convencida de que podremos lograr estas dos cosas esta semana", dijo a periodistas.

Funcionarios israelíes confirmaron en las primeras horas de este lunes que investigarían lo sucedido en Qana. También señalaron que se coordinará con la Organización de las Naciones Unidas (ONU) la creación de un corredor seguro para que civiles puedan abandonar Líbano.

Sin embargo, aclararon que la pausa en los ataques, aprobada tras una larga discusión entre Rice y el primer ministro israelí Ehud Olmert, no significaba que Israel aceptaba un cese del fuego.

"Absolutamente no", dijo el ministro del Interior, Roni Bar-On, cuando se le preguntó si Israel había decidido detener su ofensiva contra el Hezbolá.

"Estoy convencido de que no terminaremos esta guerra hasta que quede claro que Hezbolá no tiene más capacidad para atacar a Israel desde el sur de Líbano. Es esto por lo que nos estamos esforzando", señaló por su parte el ministro de Justicia, Haim Ramon.

Detener la ofensiva ahora significaría "una victoria para el Hezbolá" y "una victoria para el terrorismo mundial, liderado por Irán y por Siria", que apoyan al movimiento islamista libanés, añadió.

Funcionarios israelíes dijeron este lunes que continuarán con los ataques aéreos contra sitios desde donde Hezbolá lanza misiles, y también contra los camiones que ingresen a Líbano transportando armas y combatientes islámicos.

"Si identificamos a Hassan Nasrallah (líder del Hezbolá), lo atacaremos", dijo una fuente de gobierno al periódico Haaretz.

Pese a las declaraciones oficiales, se asume en Israel que el Consejo de Seguridad de la ONU podría exigir un alto al fuego este viernes, y que podría entrar en vigor al día siguiente.

Hasta entonces, Rice gestionará un acuerdo basado en el despliegue de una fuerza internacional en el sur libanés, controlado por el Hezbolá, para garantizar que el grupo chiita no se acerque a la frontera con Israel.

Mientras Líbano, con el apoyo de gran parte de la comunidad internacional, pide un inmediato alto al fuego, Israel y Estados Unidos todavía se oponen a un cese incondicional de las hostilidades.

Tanto Rice como Olmert señalaron que eso sólo haría que la situación volviera a su estado original antes del conflicto, con el Hezbolá operando libremente en el sur libanés.

"No debemos aceptar un inmediato cese del fuego. Si lo hacemos, los extremistas reaparecerán en pocos meses y nos encontraremos en la misma situación" que había antes del conflicto, dijo el ministro de Defensa israelí Amir Peretz en el parlamento este lunes.

Inmediatamente después del bombardeo en Qana, Olmert expresó "profundo pesar" por la muerte de civiles, y funcionarios israelíes anunciaron una "abierta investigación para descubrir qué pasó".

Jefes militares israelíes dijeron ignorar que había civiles dentro del edificio de Qana cuando ordenaron el bombardeo.

Por su parte, funcionarios de gobierno responsabilizaron de lo sucedido al Hezbolá, acusándolo de lanzar misiles de entre la población civil. Peretz acusó al grupo chiita de usar a los civiles como "escudos humanos".

Israel también subrayó que el Hezbolá disparó casi 2.000 misiles desde que comenzó el conflicto, matando a 18 civiles e hiriendo a otros cientos, y obligando a muchos israelíes a vivir ocultos en sus refugios por más de dos semanas.

Peretz indicó este lunes ante parlamento que, cuando los misiles del Hezbolá mataron a ocho trabajadores en una estación de trenes en la septentrional ciudad israelí de Haifa, el grupo islamista calificó el ataque de "éxito operativo", mientras que Israel consideró la matanza de Qana como una "tragedia".

"Cientos de (misiles) Katyusha han sido disparados contra Israel desde Qana y sus alrededores", había dicho Olmert días atrás.

Militares israelíes también subrayaron que en varias oportunidades habían aconsejado a la población civil del sur de Líbano que abandonaran sus hogares y se mudaran al norte para no ser víctimas de los bombardeos.

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