Al cumplirse este viernes 16 días del inicio de la ofensiva israelí contra el movimiento islámico prosirio chiita Hezbolá (Partido de Dios) en Líbano, el fin de las hostilidades parece aún lejano.
El miércoles en Roma, donde la secretaria de Estado (canciller) estadounidense Condoleezza Rice se reunió con líderes europeos en un intento por negociar un plan para el alto al fuego en Medio Oriente, la división entre Estados Unidos y los europeos quedó expuesta ante todos cuando la conferencia finalizó sin un acuerdo.
Mientras los líderes europeos quieren un inmediato cese de hostilidades, Washington se opone a un alto al fuego incondicional, insistiendo en que ello no impedirá que el Hezbolá siga operando lo largo de la frontera libanesa con Israel.
"Eso significa que tenemos que ayudar a las partes a establecer las condiciones que posibiliten un temprano cese del fuego que, no obstante, no nos devuelva al statu quo", dijo Rice el viernes. "Pienso que todos en Roma coincidieron en que no podemos volver a las circunstancias que nos llevaron a esto en primer lugar".
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El primer ministro de Israel, Ehud Olmert, se opone fuertemente a un cese del fuego inmediato e incondicional, pues sostiene que ello no acabaría con la amenaza que significa el Hezbolá, que usó los seis años transcurridos desde que las fuerzas israelíes se retiraron de Líbano para instalar unos 12.000 misiles apuntando a Israel.
Al primer ministro también le preocupa que, mientras las ciudades del norte de su país continúan recibiendo una lluvia de misiles, un cese del fuego inmediato sea interpretado por la organización chiita —y por todo el mundo árabe— como una victoria islámica y un severo golpe a la capacidad de disuasión de Israel.
Los dirigentes israelíes interpretaron el resultado de la conferencia de Roma como una luz verde para continuar con la ofensiva.
En Roma "recibimos permiso del mundo para continuar con la operación hasta que Hezbolá se desarme", dijo el ministro israelí de Justicia, Haim Ramon.
Pero los líderes de la UE respondieron que Israel había malinterpretado la declaración final de la reunión, que demanda el despliegue de una fuerza de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en el sur de Líbano para la implementación de la resolución 1559 del Consejo de Seguridad, que exige el desarme de Hezbolá.
El canciller finlandés Erkki Tumioja, cuyo país ejerce la presidencia rotativa de la UE, señaló que Israel hizo "su propia y errónea interpretación". Mientras, un portavoz de Rice calificó a las declaraciones de Ramon de "escandalosas".
Ahora Rice impulsa una iniciativa que incluye el despliegue de fuerzas de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) para asegurar que Hezbolá sea desarmado y una retirada israelí del área de las granjas de Shebaa, entregando la franja de territorio fronterizo al gobierno libanés.
La ONU determinó que el área de Shebaa era territorio sirio cuando Israel se retiró de Líbano, en mayo de 2000, pero Hezbolá insiste en que es tierra libanesa, y alega que esa es una de las razones por las que continúa realizando ataques transfronterizos.
Estados Unidos también propone concederle el poder a las fuerzas de la OTAN para crear un área restringida para Hezbolá que se extendería 20 kilómetros desde la frontera israelí hacia el norte.
Tras descartar en un comienzo la idea de una fuerza de paz internacional por considerar que todavía era "demasiado temprano", Olmert cambió de opinión la semana pasada.
Sin embargo, el primer ministro israelí quiere asegurarse de que esa fuerza tenga suficiente poder para impedir que Hezbolá reingrese al sur de Líbano, a diferencia del contingente de la ONU actualmente apostado en la zona, que no frenó los ataques de movimiento islamista.
Olmert también quiere que impida el ingreso de armas desde de la frontera siria.
Las tensiones entre Israel y el secretario general de la ONU, Kofi Annan, aumentaron esta semana, luego de que cuatro soldados del foro mundial murieron el martes por un misil israelí.
La situación se agravó con el anuncio realizado por el gobierno de Israel el jueves de que se oponía a cualquier participación de la ONU en una futura fuerza de mantenimiento de la paz.
El embajador de Israel en la ONU, Dan Gillerman, dijo el jueves que una nueva fuerza multinacional en el sur de Líbano tendría que estar mejor entrenada que la actual.
"Nunca fue capaz de impedir ningún bombardeo, ningún ataque terrorista, ningún secuestro. Ellos no vieron, o no sabían, o no querían ver, pero han sido incompetentes", sostuvo.
"Obviamente no puede ser una fuerza de la ONU. Tendrá que ser una fuerza internacional, profesional, con soldados de países que tienen el entrenamiento y capacidades para ser efectivos", añadió.
No obstante, Gillerman se disculpó por el ataque sobre el puesto de la ONU calificándolo de "error".
Gran Bretaña y Francia anunciaron este viernes que presionarán para llegar a una nueva resolución de la ONU que ponga fin a las hostilidades.
Mientras, los combates continúan. Israel tomó como blanco los alrededores de la meridional ciudad libanesa de Tiro, desde donde asegura el Hezbolá dispara sus misiles. Mientras, el movimiento islamista sigue atacando el norte israelí
Sin embargo, Rice no pareció particularmente interesada en regresar a Medio Oriente en el corto plazo.
"Déjenme ser muy clara: voy a volver a Medio Oriente. La pregunta es cuándo es correcto que lo haga", dijo este viernes en Malasia, donde asistió a una conferencia de la Asociación de Países del Sudeste Asiático.
