Organizaciones de la sociedad civil y miembros del Parlamento Europeo presentaron una lista de demandas al Grupo de los Ocho (G-8) países más poderosos del mundo, cuya cumbre comenzará el sábado en la noroccidental ciudad rusa de San Petersburgo.
"El G-8 debe cumplir con sus compromisos asumidos en Gleneagles", ciudad escocesa donde se realizó la cumbre en julio de 2005, "o arriesgarse al desdén de millones", dijo este viernes a IPS la europarlamentaria Glenys Kinnock, portavoz del Grupo Socialista para desarrollo internacional.
El G-8 está integrado por Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, Italia, Japón y Rusia.
"En 12 meses de Campaña Global de Acción contra la Pobreza, los cálculos revelaron que 85 por ciento de las inversiones del G-8 fueron únicamente para cancelación de la deuda", dijo Kinnock. "Esto significa que el aumento real de la ayuda del G-8 fue un insignificante nueve por ciento en 2005."
"En 2007 el G-8 ya no podrá arreglar las cuentas vinculando cancelaciones de deuda con asistencia porque es improbable que la cancelación en los niveles recientes", afirmó al ser consultada por correo electrónico.
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"Así que necesitamos saber, a partir de la reunión de líderes en San Petersburgo, cómo proponen lidiar exactamente con la consiguiente escasez", dijo Kinnock, quien también copreside la asamblea parlamentaria conjunta entre la Unión Europea y los países de África, el Caribe y el Pacífico.
"Las grandes promesas de la cumbre que se convierten en contabilidad creativa alimentan el cinismo. Se debe hacer más, y rápidamente", sentenció.
"Las obligaciones asumidas el año pasado en Gleneagles se pueden lograr", afirmó la legisladora laborista. "Si las naciones donantes se adhieren a su promesa de suministrar 0,7 por ciento de su producto interno bruto en ayuda oficial al desarrollo, el mundo tendrá fondos con los que hacer frente a la pobreza".
Kinnock exigió un mejor control de los programas nacionales de asistencia nacional, que implicaría la aplicación de sanciones a los países ricos que no aportan lo que les corresponde según lo acordado.
La asistencia de Estados Unidos al Sur en desarrollo, por ejemplo, equivale a 4.000 millones de dólares anuales, en marcado contraste con el gasto militar de ese mismo país, de 550.000 millones de dólares al año.
En Europa, Alemania tendrá que más que duplicar su asistencia para 2010 si tiene intenciones de cumplir con el objetivo del G-8. Italia, por su parte, tendrá que triplicarla.
"Los gobiernos deben ser más transparentes, y todos los parlamentos nacionales deberían tener la oportunidad de estudiar sus cifras generales en materia de asistencia al desarrollo", opinó Kinnock.
Alexandre Polack, de la organización humanitaria Action Aid International, dijo este viernes en entrevista telefónica con IPS desde San Petersburgo que el G-8 había decidido poner a África en la agenda de la cumbre por insistencia de Gran Bretaña y Francia.
"Esta es una decisión bienvenida. Hay señales de que algunas decisiones concretas también podrían ser inminentes en materia de VIH/sida", expresó.
Pero el hecho es que, en julio de 2005 en Gleneagles, los países del G-8 habían prometido duplicar la asistencia a África como parte de un paquete extraordinario de 50.000 millones de dólares para 2010.
"Actualmente no están en vías de lograr este objetivo. Los países que necesitan hacer más están haciendo lo mínimo. Los donantes están fallando en aspectos clave de la reforma de sus regímenes de asistencia", dijo.
El G-8 también se había comprometido a lograr el acceso universal para el tratamiento del sida para 2010. Pero los donantes no cumplen con su compromiso de aportar suficiente dinero, dejando una brecha anual de financiación de al menos 10.000 millones de dólares, según Polack.
A medida que se aumente el alivio de la deuda para los países más pobres, Transparencia Internacional dijo que las naciones receptoras y las donantes deben asegurarse de que esa asistencia se registre en un marco de responsabilidad mutua.
"En países con débiles sistemas públicos de administración financiera y contabilidad, eso debería incluir un programa de medidas con plazos, que puedan ser controladas y que posibiliten el involucramiento de ciudadanos locales en todos los pasos del ciclo de la asistencia, desde la evaluación de las necesidades y el control del uso de los fondos, hasta la implementación", dijo Transparencia en un comunicado de prensa difundido el 13 de julio.
El G-8 había hecho avances en el combate a la corrupción interna e internacional y en apoyar la gobernanza en los dos ámbitos, pero todavía tiene promesas que cumplir.
En línea con sus compromisos asumidos en Gleneagles y en la oriental ciudad francesa de Evian en las dos cumbres anteriores, los gobiernos del G-8 deberían aplicar vigorosamente la convención antisoborno de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) llevando a juicio a las empresas que pagan coimas a funcionarios públicos extranjeros, señaló la presidenta de Transparencia, Huguette Labelle.
Aunque Estados Unidos y Francia aumentaron significativamente el número de juicios el año pasado y Alemania tiene unos pocos juicios pendientes, de los otros signatarios del G-8, Japón y Gran Bretaña no realizaron ningún juicio, y Canadá e Italia apenas uno cada uno.
Rusia no suscribió la convención antisoborno de la OCDE.
"Este es un nivel sorprendentemente bajo de aplicación para países que representan una parte sustancial del comercio y la inversión mundial", manifestó Transparencia.
En otro comunicado de prensa, este viernes, Transparencia le pidió al G-8, entre otras cosas, que reiterara su pleno compromiso con y apoyo para la Iniciativa de Transparencia para las Industrias Extractivas, un programa voluntario en el que los gobiernos publican los ingresos recibidos y las empresas hacen lo propio con los pagos hechos.
Y también ayudar a los países a implementar sus compromisos en este sentido para 2011, además de incluir criterios de transparencia extractiva en programas de asistencia y de alivio de la deuda.
El activista de Amigos de la Tierra Internacional Jan Kowalzig expresó en una entrevista telefónica desde Bruselas que el G-8 parecía estar dando "un giro de 180 grados" en asuntos climáticos.
Pese a los compromisos de tomar acción contra el cambio climático, Kowalzig dijo que el plan proyectado actualmente incluye propuestas regresivas para importantes inversiones destinadas a hallar nuevas reservas de petróleo y gas a fin de lograr una mayor capacidad para refinar petróleo y para depender más de la energía nuclear.
"Estamos particularmente preocupados por los recientes intentos de revivir la industria nuclear pese a sus fallas económicas en los últimos 50 años", dijo Kowalzig.
Ni una sola planta nuclear fue jamás construida sin subsidios directos o indirectos a través de dinero de contribuyentes, agregó. Y cada euro invertido en energía nuclear ahorraría 10 veces más gases de efecto invernadero si fuera invertido en medidas de eficiencia energética.
Amigos de la Tierra Internacional dio la bienvenida al hecho de que el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Barroso, que asiste a la cumbre del G-8, subrayara la necesidad de promover una reducción de gases invernadero y un uso a gran escala de energía renovable.
"Pero la política energética de la Unión Europea todavía está fuertemente dominada por apoyo político y financiero a los combustibles fósiles y la energía nuclear", dijo Kowalzig.
Amigos de la Tierra quiere ver un acuerdo por parte de las naciones del G-8 para recortes específicos y sustanciales en sus emisiones internas de gases invernadero.
"Los líderes del G-8 deben comprometerse con fuertes acciones futuras para combatir el cambio climático. Estas deberían incluir mayores esfuerzos para cumplir con los objetivos del Protocolo de Kyoto (1997) y una clara señal de que sus compromisos aumentarán luego de 2012", fecha prevista para el fin del primer periodo de cumplimiento de ese documento, dijo Kowalzig.
Conversaciones cruciales sobre acción internacional para abordar el cambio climático tendrán lugar en Nairobi este año.
Amigos de la Tierra también quiere que el G-8 acuerde sobre mecanismos de financiamiento innovador y sustancial para aumentar y diversificar las fuentes de energía..
"Una asistencia urgente es necesaria para los países en desarrollo que ya enfrentan los devastadores efectos del cambio climático", aseguró Kowalzig.