Cuando al presidente sudanés Omar Hassan Al-Bashir se le propuso el envío de una fuerza internacional de paz para detener la masacre en la occidental región de Darfur, advirtió que los cascos azules sólo podrían ingresar al país sobre su cadáver.
"Son fuerzas coloniales", afirmó. "Y no permitiremos que las fuerzas coloniales entren al país."
El secretario general de la ONU, Kofi Annan, le respondió a través de los periodistas que lo consultaron la semana pasada en la cumbre de la Unión Africana en Gambia: "En el mundo de la política las cosas cambian. Espero que, a su debido tiempo, haya una fuerza de mantenimiento de la paz de la ONU desplegada en Darfur."
Más tarde, en una conferencia sobre Sudán celebrada el martes en Bruselas, Annan disipó los temores de Al-Bashir. "No nos guía ninguna agenda oculta, sino la necesidad urgente para el pueblo de Darfur", dijo entonces.
Annan también dijo que los cascos azules, "que procederán principalmente de África y Asia, con algún apoyo adicional y muy necesario de países industrializados, llegarán a Darfur no como ocupantes sino como colaboradores".
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La ONU (Organización de las Naciones Unidas) quiere que la actual fuerza de la Misión de la Unión Africana en Darfur (AMIS), de más de 7.000 soldados mal equipados, sea ampliada a 12.700 miembros.
También aspira a que la nueva fuerza, que se establecería en la órbita de la ONU, incluya 10.500 militares y 2.200 policías.
La conferencia tuvo como motivo principal conseguir fondos para una muy desfinanciada AMIS, que puede quedarse sin recursos en septiembre.
Pero Annan quiere que la AMIS continúe en funciones al menos hasta diciembre, momento para el cual espera que el gobierno sudanés coopere con la nueva fuerza de paz de la ONU.
Alun McDonald, activista de la organización humanitaria Oxfam Internacional residente en Sudán, dijo que las cantidades comprometidas en la conferencia de Bruselas no satisfacen las expectativas.
La cantidad total de dinero asignado por los donantes el martes rondó los 215 millones de dólares: 116 millones de Estados Unidos, 36 millones de Gran Bretaña, 31,2 millones de la Unión Europea (más 50 millones extra para trabajo humanitario, no para AMIS), entre 25 y 30 millones de Holanda, 2,5 millones de Francia y un millón de Bélgica.
La suma prometida "solo es suficiente para mantener a AMIS hasta fin de septiembre, aunque se supone que estará aquí hasta fin de diciembre; esto es básicamente la mitad de lo que nosotros y la Unión Africana pedíamos", dijo McDonald a IPS.
La Unión Africana se manifestó confiada en que el dinero duraría hasta diciembre, pero los compromisos establecidos no permiten prever eso. Y, por supuesto, no siempre está garantizado que las donaciones prometidas se concreten, agregó.
"Lo que AMIS necesita es que una seguridad financiera real dure este tiempo, más que pedir un poco más cada dos meses. De otro modo, simplemente se tratará de trabajar sobre una base diaria más que de ser capaces de hacer cualquier planificación real a largo plazo, que es lo que se necesita para abordar la crisis y proteger a la gente", evaluó McDonald.
"La mayor parte del dinero procede de una cantidad muy pequeña de naciones. Otras también tienen que dar apoyo", opinó.
Ann-Louise Colgan, de la organización Africa Action, con sede en Washington, dijo que los compromisos adoptados en Bruselas para apoyar la operación de la Unión Africana en Darfur equivalen a apenas una porción de lo necesario para mantener incluso su misión actual, e insuficiente para satisfacer la necesidad de proteger la zona.
"Una fuerza de la ONU para el mantenimiento de la paz es necesaria para reforzar la operación de la Unión Africana, frenar la violencia y proteger a los civiles y a los trabajadores humanitarios", dijo Colgan a IPS, agregando que la conferencia de Bruselas reveló un amplio consenso internacional en este sentido.
Estados Unidos y otras potencias deben hacer todo lo necesario para superar las objeciones del gobierno sudanés, y deben actuar rápidamente para autorizar y desplegar una fuerza de la ONU para Darfur, añadió.
Colgan también recordó que a comienzos de este año el gobierno sudanés había dicho que permitiría el ingreso de una fuerza de la ONU en Darfur una vez que se alcanzara un acuerdo de paz en Abuja.
En los dos meses transcurridos desde que ese acuerdo se concretó, destacó Colgan, la violencia contra los civiles en Darfur aumentó, y ahora Jartum planteó fuertes objeciones a la misión de la ONU.
"Una fuerza de paz de la ONU puede complementar a la Unión Africana y satisfacer las necesidades de protección en Darfur, y la comunidad internacional debe ir más allá de los compromisos para hallar la voluntad política (que permita) adoptar una nueva acción a fin de lograr esa intervención ahora", agregó.
"El fracaso de la comunidad internacional para superar las objeciones de Jartum a semejante fuerza de la ONU y actuar nuevamente para iniciar esa fuerza, deja al gobierno sudanés dictar el ritmo y el alcance de la respuesta a esta crisis", agregó.
Las potencias mundiales no logran amparar al pueblo de Darfur ni articular un plan para conseguir esto de modo urgente, añadió.
Según las cifras publicadas, casi 200.000 personas fallecieron en los combates en Darfur, desplazando a alrededor de dos millones a campamentos de la zona y del vecino Chad.
Mientras, ocho agencias dedicadas a la asistencia —CARE International, la Agencia Católica para el Desarrollo Extranjero (Cafod), Christian Aid, Concern Worldwide, International Rescue Committee, Islamic Relief, Oxfam International y Tearfund— aunó fuerzas para exigir una acción urgente que ponga fin a la violencia y el sufrimiento en Darfur.
"Mientras se gasta una enorme cantidad de energía en debatir lo que ocurrirá en seis meses, nadie parece haber notado que hoy las personas todavía siguen siendo asesinadas", dijo Denis Caillaux, secretario general de CARE International, en una declaración escrita emitida el martes.
"Muchos países todavía no dieron suficiente dinero para apoyar a los efectivos militares ya apostados en la zona. Esta falta de financiamiento imposibilita que haya patrullas en y alrededor de los campamentos, o que estas hayan disminuido, y vemos que la gente es atacada, asesinada o violada como resultado", aseguró.
Las ocho agencias advirtieron que la situación de seguridad en Darfur sigue deteriorándose a pesar del reciente acuerdo de paz.
Este documento, señalaron las agencias, confirió a la fuerza de la Unión Africana más responsabilidades, requiriendo más recursos, pese a que ya estaba crónicamente subfinanciada y fracasando en proteger a los civiles.
"La fuerza de la Unión Africana está siendo establecida para fracasar. Simplemente no se puede esperar que cumpla con su mandato sin un apoyo adecuado. El actual escenario es una receta para el desastre. Los gobiernos donantes ahora deben ponerse las manos en los bolsillos y financiar plenamente la fuerza de la Unión Africana", opinó Barbara Stocking, directora de Oxfam.