Ministros de comercio llegados de todo el mundo debieron admitir el fracaso de la Ronda de Doha de negociaciones multilaterales, y para tratar de rescatarlas apelarán a remedios heroicos que incluyen una eventual cumbre de los principales actores del proceso.
Cerca de 60 ministros, que deliberaron el viernes y este sábado en Ginebra, encomendaron al director general de la Organización Mundial del Comercio (OMC), Pascal Lamy, que en el plazo de apenas un mes encuentre las fórmulas para resucitar el ciclo de Doha, que marcha a los tumbos desde su lanzamiento en diciembre de 2001, en la capital de Qatar.
Lamy, que hasta ahora actuaba como facilitador de las negociaciones, deberá convertirse en catalizador del proceso, describió Peter Mandelson, comisario de Comercio de la Unión Europea (UE).
Mandelson aceptó la posibilidad de que la gestión de Lamy sea respaldada por decisiones de una cumbre de los seis principales actores en la OMC, Estados Unidos, la UE, Brasil, India, Australia y Japón.
La idea de una conferencia en ese nivel para impulsar la Ronda de Doha ya había sido lanzada por el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, en conversaciones con el presidente de Francia, Jacques Chirac, y luego con el estadounidense George W. Bush.
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A Lamy le corresponderá reactivar las discusiones, bloqueadas hoy por las diferencias entre tres bloques principales: los países en desarrollo, Estados Unidos y la UE.
Las razones de la discordia son las diferencias que separan a las tres partes en torno a las modalidades y a los porcentajes que se emplearán para profundizar la apertura de los mercados en tres rubros: aranceles industriales, apoyo doméstico y aranceles agrícolas.
Todas las partes reconocieron que las negociaciones siguen empantanadas después de haber probado infinidad de soluciones. Las reuniones de este fin de semana, convocadas para romper el bloqueo, concluyeron sin progresos, aceptó la delegación estadounidense.
La representante de Comercio de Estados Unidos, Susan Schwab, y el secretario de Agricultura, Mike Johanns, describieron la situación de las negociaciones como "serias, pero no deseperanzadoras".
Mandelson fue también piadoso. El comisario europeo estimó que las discusiones terminadas este sábado "no fueron un éxito, pero tampoco un desastre".
Los países en desarrollo presentaron la novedad en Ginebra de actuar en un frente unido, como ya hicieron en Hong Kong, en la conferencia ministerial de la OMC de diciembre.
En este momento crucial, en que el éxito de la Ronda pende casi de un hilo, es muy importante mostrar que los países en desarrollo, o por lo menos una gran mayoría de los grupos que forman, no sólo están unidos, sino que se congregan en torno a propuestas concretas y están preparados para negociar, observó el canciller brasileño Celso Amorim, coordinador del Grupo de los 20 (G-20).
Además del G-20, compartieron una rueda de prensa los coordinadores del Grupo de los 33 (Amigos de los Productos Especiales), de África, el Caribe y el Pacífico (ACP); de los Países Menos Avanzados, del Grupo Africano, del grupo de Pequeñas Economías Vulnerables, de los 11 países afines sobre Acceso a Mercados no Agropecuarios, los cuatro países africanos del Algodón, y de la Comunidad del Caribe (Caricom).
La coordinadora del G-33, Mari Pangestu, de Indonesia, advirtió a las naciones industrializadas que el mandato aprobado por los ministros de la OMC en Doha y los sucesivos acuerdos de julio de 2004 y la declaración de Hong Kong deben ser respetados.
No vinimos aquí para renegociar o para reescribir. Esta es una Ronda de Desarrollo, sostuvo Pangestu.
El G-33 insistió en sus demandas de flexibilidad en materia de tratamiento especial y diferenciado para los países en desarrollo, de productos especiales y de mecanismos especiales de salvaguarda.
Pangestu dijo que esos puntos nada tienen que ver con el acceso a los mercados agrícolas, rubro que se refiere a las reducciones de los aranceles aplicados a los bienes de la agricultura, que reclaman especialmente Estados Unidos y los países en desarrollo que son grandes exportadores de alimentos.
Con esos mecanismos, el G-33 pretende proteger a los sectores amenazados que son más vulnerables en las áreas de seguridad alimentaria, de desarrollo rural y del propio sustento de las poblaciones, precisó la diplomática indonesia.
El ministro de Comercio de India, Kamal Nath, estimó que no hay necesidad de aparentar que la reunión de este fin de semana "no ha sido un fracaso". Los ministros vinimos con la esperanza de que, por tratarse de una ronda de desarrollo, el liderazgo sería asumido en gran medida por las naciones industrializadas, agregó Nath.
Sin embargo, al cabo de dos días llegamos a la conclusión de que no hay espacio alguno para las negociaciones, lamentó el ministro indio.
Nath celebró la unidad alcanzada por los países en desarrollo. Una unidad de propósitos fundada en la convicción de la necesidad de fortalecer el sistema multilateral.
Los coordinadores de los grupos de países en desarrollo que actúan entre los 149 estados miembros de la OMC, advirtieron de los peligros de la supremacía de un sistema de acuerdos comerciales bilaterales a causa de la disparidad de fuerzas entre las sociedades industrializadas y los países pobres. (FIN/IPS/pp/mj/if dv wt/06)