CAMBOYA: Morir sin llegar al banquillo

– La muerte por causas naturales de Ta Mok, también conocido como «El Carnicero», desilusionó a muchos camboyanos que sobrevivieron a las atrocidades perpetradas por él y otros líderes del régimen genocida del Jemer Rojo (1975-1979)..

Existe un temor creciente de que otros ancianos miembros de ese brutal régimen maoísta nunca hagan frente al tribunal de crímenes de guerra especialmente creado para juzgarlos. Es decir, que mueran en el lecho y sin arrepentirse, antes de sentarse en el banquillo.

Ta Mok falleció el día 20, a los 80 años, por complicaciones respiratorias. El mes pasado había sido hospitalizado por una combinación de enfermedades, como hipertensión y dolores estomacales. Luego, entró en coma.

"Realmente quería verlo explicar ante el tribunal por qué mataron a tantas personas", dijo Khieu Kola, veterano periodista camboyano que sobrevivió al terror impuesto por el Jemer Rojo, en una entrevista telefónica desde Phnom Penh.

"Es decepcionante que haya muerto antes del juicio. Eso también le puede ocurrir a los otros", agregó Khieu, quien tenía 14 años cuando los soldados del Jemer Rojo, vestidos de uniforme negro, ingresaron en la capital camboyana, en abril de 1975.
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El entonces adolescente fue obligado a unirse a filas de dos millones de personas en Phnom Penh que luego fueron expulsadas hacia áreas rurales, donde se les sometió durante años a trabajos forzados, incluso construir carreteras.

"Presencié muchas muertes allí", dijo Khieu, quien fue separado de su familia. Su hermano menor fue asesinado por el Jemer Rojo "porque robó un pedazo de papa para comer. Se estaba muriendo de hambre".

Los delitos cometidos por el Jemer Rojo derivaron en cerca de 1,7 millones de muertes, casi un cuarto de la población del país en ese momento. La mayoría de las víctimas fueron ejecutadas o fallecieron por los trabajos forzados o de hambre.

Pol Pot, el líder de esta dictadura, quería convertir esta nación de Asia sudoriental en un paraíso agrario. Su enorme lista de enemigos asesinados incluye a intelectuales y a habitantes de las ciudades, calificados de "parásitos". Pol Pot falleció también por causas naturales en una zona rural del país en 1998.

Ta Mok, que tenía una sola pierna, se convirtió en jefe del ejército en 1977 y jugó un rol crucial en la política del Jemer Rojo de purgar a las ciudades de sus habitantes, como Khieu y su familia.

La muerte de Ta Mok —primer comandante sobreviviente del Jemer Rojo que iba a ser llevado ante el tribunal de crímenes de guerra— ahora hará que la atención se concentre en otros dirigentes de entre 70 y 80 años.

Encabeza esa lista Kaing Khek Lev, también conocido como "El Duque", quien dirigió el centro de interrogatorios de Toul Sleng en Phnom Penh, donde murieron 14.000 personas acusadas de traición y sobrevivieron apenas 12 prisioneros.

Un libro sobre las atrocidades del Jemer Rojo, "Siete candidatos para un juicio", nombra a otros líderes sobrevivientes, tales como Nuon Chea, Ieng Sary, Khieu Samphan, Sou Met y Meah Met de estar vinculados a políticas que condujeron a torturas y ejecuciones masivas.

Nuon Chea, mano derecha de Pol Pot, disfruta de una vida de libertad desde que recibió una amnistía del gobierno del primer ministro Hun Sen en diciembre de 1998.

Otros en esa lista que gozan de libertades similares son Khieu Zampan, ex jefe de estado durante los años del Jemer Rojo, y Ieng Sary, ex ministro de Relaciones Exteriores.

El propio Hun Sen era miembro del brutal régimen antes de desertar para unirse a las tropas vietnamitas que derrocaron a Pol Pot en 1979.

A las víctimas camboyanas les llevó 27 años creer que la justicia era posible, luego que se creó el muy postergado tribunal de crímenes de guerra, este mes, para investigar los casos de crímenes contra la humanidad.

Los obstáculos que fueron interpuestos en el camino de este juicio, ahora respaldado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), fueron moldeados por años de política de Guerra Fría, años de guerra civil en Camboya y desacuerdos sobre la composición del tribunal entre el gobierno de Hun Sen y el organismo mundial.

El tribunal, conocido oficialmente como las Cámaras Extraordinarias en los Tribunales de Camboya, comenzó a trabajar el 3 de julio, cuando 13 juristas internacionales y 17 camboyanos prestaron juramento en una ceremonia especial en el palacio real de Phnom Penh.

El 10 de julio, los fiscales comenzaron sus investigaciones para presentar demandas contra los acusados, entre los cuales se encontraba Ta Mok.

Poco después, el independiente Centro de Documentación de Camboya, con sede en Phnom Penh, entregó cajas llenas de evidencias de las atrocidades cometidas por el Jemer Rojo que había reunido para ayudar al tribunal en sus investigaciones.

La caja incluía truculentos detalles sobre unas 200.000 tumbas masivas, 189 prisiones y 30.000 entrevistas con víctimas.

El tribunal está rodeado de la incertidumbre. Se discute aún si sus deliberaciones incluirán el involucramiento de gobiernos como los de Estados Unidos, China y Tailandia durante una fase sangrienta de la historia camboyana que se extendió por dos décadas.

Como parte de su guerra con Vietnam a fines de los años 60, Washington lanzó una campaña secreta de bombardeos contra Camboya.

Y luego que Pol Pot fue derrocado, su organización fue asistida por los gobiernos de Estados Unidos, China y Tailandia, por entonces enemistado con el victorioso ejército vietnamita.

"La muerte de Ta Mok nos da un mensaje. Necesitamos presionar al tribunal para acelerar su trabajo", dijo a IPS Thun Saray, presidente de la Asociación Camboyana para los Derechos Humanos y el Desarrollo. "Hemos perdido a un importante testigo y a uno de los principales acusados".

"Este tribunal es el único que brinda justicia y paz para el pueblo", agregó. "Es mejor juzgar a algunos líderes que no juzgar a ninguno."

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