PALESTINA: La economía de la maleta

El canciller palestino Mahmoud Zahar dice que nada le impedirá entrar en la franja de Gaza con maletas repletas de dólares en efectivo, obtenidos por donaciones privadas, cada vez que regrese de un viaje al exterior.

"Seguiremos trayendo dinero a través del cruce de Rafah" entre Egipto y Gaza, aseguró.

Zahar fue uno de los dos ministros del gabinete del Movimiento de Resistencia Islámica (Hamas) que recurrió a este mecanismo en un esfuerzo desesperado por contrarrestar los efectos del boicot occidental, que ha dejado a la Autoridad Nacional Palestina en bancarrota.

Esta peculiar práctica llevó a la misión europea que controla el cruce de Rafah a recordarle por carta al gobierno palestino que el ingreso de dinero en efectivo a Gaza por esa vía constituye una violación de los acuerdos fronterizos.

Pero Zahar cargaba el viernes 16 unos 20 millones de dólares repartidos en cuatro valijas, al regresar de una gira por siete países, entre ellos China, Indonesia, Irán y Pakistán. "Éste es un procedimiento legal, y no permitiremos que nadie nos lo coarte", advirtió.

El miércoles, los observadores europeos cerraron por un día el cruce de Rafah porque Israel alertó sobre la posibilidad de un atentado suicida. Pero funcionarios palestinos atribuyeron la medida a la intención de frenar el ingreso de efectivo.

Esta semana, miles de empleados de la Autoridad Nacional Palestina formaron fila en las oficinas de correo de Gaza y Cisjordania para recibir tres billetes de 100 dólares cada uno, cortesía de Zahar y los otros ministros que cargaron ese dinero del exterior.

Pero con un presupuesto de gastos que asciende a 160 millones de dólares mensuales, y dadas las condiciones de vida cada vez más duras que sufre la población, los fondos-maleta son, en el mejor de los casos, una solución transitoria.

El gobierno ya dejó pasar tres fechas de pago para los empleados públicos, y el próximo se prevé para la semana próxima. La Autoridad Nacional Palestina, el principal empleador en Cisjordania y Gaza, debe a su personal más de 300 millones de dólares en salarios.

Ahmed Youssef, asesor del primer ministro Ismail Haniyeh, admitió que el efectivo que pasa a través de Rafah podría apenas "aliviar la situación durante un mes o dos".

El corte por parte de Estados Unidos y la Unión Europea de la asistencia al gobierno de Hamas —constituido en marzo— configura un preocupante panorama financiero, sumado a los 50 millones de dólares en aranceles aduaneros que Israel debe a la Autoridad Nacional Palestina en su carácter de agente recaudador.

Esta situación les ha costado a los palestinos cientos de millones de dólares. Occidente asegura que la canilla seguirá cerrada hasta que Hamas no reconozca el derecho de Israel a existir, renuncie a la violencia y acepte los acuerdos de paz alcanzados antes de la constitución de su gobierno.

El miércoles, funcionarios palestinos dijeron que Hamas podría aceptar una propuesta por la cual reconocería la existencia de Israel y una solución para el conflicto basada sobre la convivencia de dos estados separados, aunque aún debe aprobarse formalmente un documento al respecto.

Hasta ahora, los países árabes no han brindado la asistencia que prometieron el año pasado, por más de 660 millones de dólares en asistencia. La intensa presión de Occidente desalienta a los líderes de las naciones hermanas de Palestina.

Los bancos árabes también se han mostrado reticentes a transferir dinero al gobierno palestino, por temor a verse perjudicados por las leyes antiterroristas occidentales, que prevén sanciones a quienes brinden asistencia a Hamas. Tanto Washington como Bruselas consideran que este movimiento tiene carácter terrorista.

"Hubo muchas promesas de los países árabes, pero las señales no son alentadoras", dijo a IPS el legislador árabe-israelí Ahmed Tibi. "La razón de eso es la presión estadounidense."

En Gaza, por ejemplo, las únicas instituciones que manejaron el dinero traído por los ministros de Hamas fueron las oficinas postales, pues los bancos comerciales temían a las sanciones antiterroristas de Washington.

Pero la crisis humanitaria hace temer a las potencias occidentales una caída de Cisjordania y Gaza en el caos.

La Organización de las Naciones Unidas (ONU), la Unión Europea, Estados Unidos y Rusia —el denominado "cuarteto" de impulsores de la hoja de ruta hacia la paz— activaron este fin de semana un mecanismo de asistencia que permitirá una transferencia de 125 millones de dólares a Palestina.

El dinero se remitirá a través de una fundación del Banco Mundial, lo que permitirá al cuarteto eludir el gobierno de Hamas. Esos aportes se entregarán directamente a los servicios sociales, en especial los de salud. Luego se establecerá un mecanismo de ayuda a las familias pobres.

"Este mecanismo tiene dos propósitos: evitar una crisis humanitaria y señalar claramente al nuevo gobierno que no mantendremos contactos normales con quienes rechacen principios fundamentales de paz", dijo la comisaria de Relaciones Exteriores de la Unión Europea, Benita Ferrero-Waldner.

Ese bloque exhortó el miércoles a la comunidad internacional, Israel incluido, a aportar fondos a la cuenta del Banco Mundial. Así, las autoridades israelíes no tendrán excusas para entregar los impuestos adeudados, si bien el gobierno del primer ministro Ehud Olmert aún debe dar su anuencia.

"El dinero irá a la población", dijo el alto representante de la Unión Europea para las relaciones exteriores y la seguridad, Javier Solana. "No es un mecanismo para el gobierno, sino para el pueblo."

Al presidente palestino Mahmoud Abbas no le convence ese plan, a pesar de su partido, Fatah, está enfrentado con Hamas. "El mecanismo no es claro, no es completo y conducirá a la abolición del rol del gobierno y de la Autoridad Palestina", advirtió.

Bajo la intensa presión que supone la falta de liquidez, Hamas ha negociado con Abbas y con Fatah la formación de un gobierno de unidad nacional, que estaría constituido por tecnócratas sin ninguno perteneciente al movimiento islamista. Así, espera alentar el levantamiento de las sanciones.

"El gobierno de unidad nacional es un mecanismo para que el gobierno salga del aislamiento político", dijo el diputado israelí Tibi, quien fue en el pasado asistente personal del fallecido presidente palestino Yasser Arafat. "Diría que tiene un cincuenta y cincuenta de posibilidades."

Las sanciones, agregó, son contraproducentes. "Crearán más y más pobreza, y más y más ira", aseveró. "Occidente castiga a los palestinos por celebrar elecciones democráticas. A mí no me satisfizo el resultado, pero la elección de Hamas fue democrática." (

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