Tras la revelación de la masacre de civiles perpetrada en la occidental ciudad iraquí de Haditha, más crímenes ocultos de las fuerzas de ocupación estadounidenses empiezan a conocerse. Ahora muchos hablan del caso de dos mujeres asesinadas cuando se dirigían a un hospital.
Según se informó en un principio, Nabiha Nisaif Jassim, de 35 años y madre de dos niños, y su prima Saliha Mohammed Hassan, de 57 años, murieron en medio de disparos el 30 de mayo, cuando eran llevadas al Hospital General de la septentrional ciudad Samarra, adonde la primera iba a dar a luz.
Pero lo que no se dijo, de acuerdo con un investigador de violaciones a los derechos humanos iraquí que habló con IPS a condición de mantenerse en el anonimato, es que las dos mujeres recibieron balazos en la nunca de parte de francotiradores estadounidenses.
"Investigué yo mismo el caso. Las dos mujeres recibieron los disparos desde atrás. Restos del cerebro de Nabiha salpicaron a su hermano, quien manejaba el coche, ya que ella estaba en el asiento trasero", indicó.
El ejército estadounidense informó que los soldados dispararon contra el automóvil luego de que éste ingresó en un "área claramente marcada como prohibida cerca de un puesto de observación" y no se detuvo aun después de "repetidas alertas visuales y auditivas". Según las fuerzas de la ocupación "se hicieron disparos para inutilizar el vehículo".
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Sin embargo, el hermano de la mujer embarazada, Redam Nisaif Jassim, quien manejaba el automóvil, aseguró a IPS que ni oyó ni vio ningún tipo de alerta. Por su parte, dos hombres que presenciaron lo ocurrido desde una casa cercana coincidieron en que no hubo advertencias de parte de los soldados estadounidenses.
"Este tipo de asesinatos a manos de los estadounidenses ocurren todos los días en Iraq. No dieron ninguna advertencia antes de matar a mi prima y a mi hermana. Por supuesto, nosotros sabemos que no tienen ningún respeto por la vida de los iraquíes", dijo Jassim.
Las fuerzas de Estados Unidos afirman que el caso está siendo investigado.
El Departamento de Estado (cancillería) estadounidense reconoció a inicios de este mes que infantes de marina (marines) asesinaron en noviembre a 24 civiles —incluida una mujer de 66 años y un niño de cuatro— en Haditha, en el occidente de Iraq
Ahora se investiga lo ocurrido en Haditha y la manera en que los militares ocultaron los hechos. El informe inicial dado por los marines fue que solo 15 civiles habían muerto al estallar una bomba instalada en una carretera y en enfrentamientos con insurgentes.
En el caso de las dos mujeres asesinadas en Samarra todo indica que también hubo un ocultamiento de los hechos.
"El área en la que fueron asesinadas por los estadounidenses estaba sin marcar", dijo a IPS el investigador iraquí, y añadió que una señal de advertencia fue colocada después del incidente.
Como en el caso de Haditha, se debe investigar tanto lo ocurrido como la forma en que se ocultaron los hechos, sostuvo.
Según el investigador, los soldados estadounidenses no hicieron ningún intento de asistir a las mujeres luego de haberles disparado.
Al día siguiente, Redam Jassim fue citado a la estación de policía local.
"Los estadounidenses me ofrecieron 5.000 dólares, y me dijeron que no era una compensación, sino parte de una tradición", contó Jassim a IPS.
El ejército de Estados Unidos por lo general ofrece 2.500 dólares en compensación por matar a un iraquí. Jassim dijo que rechazó el pago.
Las fuerzas de ocupación estadounidenses reconocieron en un informe del Departamento de Defensa entregado al Congreso legislativo que pagaron 19 millones de dólares en compensaciones a iraquíes el año pasado, la mitad de los cuales fueron entregados por los marines en la provincia de Al Anbar, al oeste de Bagdad.
Jassim contó a IPS y al investigador de derechos humanos que el traductor de las fuerzas estadounidenses le pidió que firmara un papel escrito en inglés. Luego de hacerlo, le ofrecieron otra vez el dinero, pero él lo volvió a rechazar.
Este iraquí vive con su familia en una aldea llamada Al Muta'assim, a 40 minutos de automóvil del hospital de Samarra. La mayoría de las personas allí no hablan ni leen inglés.
"Es claro que los estadounidenses intentaron engañarlo y tapar sus huellas al mismo tiempo. Como en Haditha, este caso, así como muchos otros que no podemos seguir, requieren una investigación verdaderamente independiente, y no una sola hecha por los soldados estadounidenses", dijo el investigador.
IPS intentó comunicarse por vía telefónica y por correo electrónico con el portavoz de las fuerzas estadounidenses en Bagdad, pero no tuvo respuesta.