ENERGÍA: Hay uranio para rato, aseguran AIEA y OCDE

Las reservas de uranio existentes en el planeta son suficientes para garantizar la provisión de energía nuclear durante 150 años, asegura un informe de la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) y de la OCDE.

Activistas contra la producción nuclear de electricidad desacreditan la certidumbre del estudio de la AIEA y la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, entre cuyos 30 miembros figuran todos los del Norte industrial).

Los autores del informe calcularon que en los próximos 85 años podrán extraerse 4,7 millones de toneladas de uranio a poco más de su precio actual, 130 dólares por kilogramo. Pero sugieren que en el planeta hay más uranio, cuya extracción será más cara.

"En base a la evidencia geológica y al conocimiento sobre uranio en fosfatos, más de 35 millones de toneladas están disponibles para la explotación", señalaron.

El informe, titulado "Uranio 2005: Recursos, producción y demanda", fue presentado el 1 de este mes en París por Luis E. Echávarri, director de la Agencia de Energía Nuclear de la OCDE, y Yuri Solokov, subdirector general de la AIEA.
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Echávarri dijo que los países productores de uranio —entre ellos Níger, Brasil, Australia y Namibia— informaron sobre nuevos depósitos de ese material.

"Probablemente hay suficiente uranio para alimentar centrales nucleares durante los próximos 150 años", dijo Echávarri.

"En otras palabras, si cualquier país quiere iniciar un nuevo programa de energía nuclear para contar con otra fuente segura de energía o por preocupaciones relativas al cambio climático, los recursos de uranio no son un factor limitante", agregó el experto.

La energía nuclear es objeto de intensa controvertida. Alemania y Suecia decidieron eliminar paulatinamente sus centrales atómicas, pero China, Estados Unidos, Finlandia, Francia, Gran Bretaña e India, entre otros países, construyen o planean construir nuevos reactores.

El informe de la AIEA y la OCDE, también conocido como el "Libro rojo" de la evolución del mercado de uranio, afirma que "los continuos avances tecnológicos permitirán mejorar sustancialmente los recursos de uranio".

"Se están desarrollando y probando diseños de reactores que serán capaces de extraer del uranio más de 30 veces la energía que extraen los reactores de hoy", asegura.

Para que esas expectativas sean cumplidas, se requerirá "un mercado de uranio continuado y fuerte, y precios elevados y sostenidos". Eso significa que la construcción de nuevos reactores es esencial para que se cumpla el pronóstico de las agencias.

Quienes se oponen a la energía nuclear desestiman estos argumentos, a los que consideran mera propaganda para impulsar la construcción de nuevos reactores.

Stéphane Lhomme, de la red francesa no gubernamental Sortir Du Nucléaire (Salir de lo nuclear), dijo a IPS que "afirmaciones similares fueron formuladas durante décadas".

Los técnicos que las propalaron tenían "la esperanza de que los avances tecnológicos en energía nuclear, como los denominados 'reactores rápidos realimentados', proporcionarían uranio eternamente", indicó Lhomme.

Se supone que esos reactores producen más uranio del que consumen, por lo que, además de producir electricidad, brindan, en teoría, un suministro prolongado de combustible nuclear. Pero también necesitan un medio de refrigeración especial, que al momento no se desarrolló.

Hasta ahora, según Lhomme, estos avances tecnológicos fueron un fiasco. "Aunque la tecnología de reactores rápidos realimentados estuvo en uso durante décadas, ningún reactor de este tipo funciona regularmente hoy", dijo.

Reactores de esta clase operan en Rusia, pero los costos de funcionamiento les impiden ser rentables.

El reactor rápido realimentado francés Superphénix fue desconectado en 1996, luego de más de 10 años de pruebas, varios accidentes importantes y sin haber producido jamás un vatio utilizable, aseguró Lhomme. Fue oficialmente clausurado en 1998.

Según datos oficiales, el reactor costó más de 11.000 millones de dólares. También dejó una fuerte herencia radiactiva que aún está por ser eliminada, aseguran activistas.

Lhomme afirmó que estimaciones independientes sobre las reservas de uranio varían entre 50 y 150 años. "Pero si la producción de energía nuclear aumenta, digamos, 20 por ciento, los recursos de uranio durarían apenas un par de décadas".

Silva Herrmann, investigadora de la organización ambiental austriaca Global 2000, señaló que esas estimaciones se basan en demasiadas proyecciones como para ser precisas.

"Si asumimos que la energía nuclear crecerá de modo lineal a partir de 2010, los reactores nucleares del mundo que estén operativos para 2030 habrán consumido unos 4,5 millones de toneladas de uranio", dijo.

"Eso representaría las reservas totales de uranio, hoy estimadas en el 'Libro rojo' de la OCDE y la AIEA", calculó.

En semejante escenario, los reactores nucleares construidos después de 2010 no serían rentables. "Se quedarán sin combustible alrededor de una década antes que la enorme inversión necesaria para su construcción haya sido amortizada", dijo Herrmann.

Además, indicó, la extracción de uranio está asociada con enormes riesgos ambientales y sanitarios.

"Para obtener 33 toneladas de uranio explotable como combustible nuclear, se deben extraer 440.000 toneladas de mineral de uranio", dijo. "Al final del proceso minero y de transformación, uno puede usar menos de uno por ciento de la cantidad total extraída originalmente. Más de 99 por ciento del material extraído primero es desecho tóxico."

Las consecuencias sanitarias de este ejercicio pueden ser serias, aseguró. "Como efecto colateral, la extracción y procesamiento de uranio producen radón, un gas cancerígeno."

La presencia promedio de radón en países de Europa occidental tales como Alemania es de aproximadamente 50 becquerels (unidad de actividad radiactiva) por metro cúbico de aire, explicó Herrmann.

"En lugares donde existen minas de uranio, la concentración de radón llega a unos 3.000 becquerels por metro cúbico, a veces incluso hasta 100.000", indicó.

En la República Democrática Alemana, reunificada con la parte occidental de Alemania en 1991, donde las minas de uranio fueron explotadas entre 1946 y 1990, más de 7.000 mineros fallecieron de cáncer de pulmón por contaminación con radón, puntualizó.

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