La Unión Europa (UE) se ha comprometido a aplicar la Convención de Ginebra para garantizar el derecho de los refugiados, pero no lo está haciendo, alertó la diputada del Parlamento del bloque Elena Valenciano, del Partido Socialista Obrero Español.
"La UE tiene que tomar conciencia de los problemas sufridos por más de 20 millones de personas" que han debido buscar protección fuera de sus países, dijo Valenciano a IPS, al cuestionar la falta muchas veces de amparo hacia ellos y que marca la omisión del bloque respecto de la Convención sobre el Estatuto de los Refugiados de 1951 y del protocolo de 1967.
"Además, tengamos en cuenta que el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) ha denunciado que hay otros millones de desplazados dentro de sus propios países por las mismas causas de violencia, persecución, hambruna y desastres medioambientales", precisó.
Una cosa fundamental que debe incluir ese sistema común es que "se garantice el derecho a toda persona a no ser devuelta a países o territorios en los que su vida o sus libertades puedan verse amenazadas", adicionó.
Valenciano indicó que, para que se pueda poner en marcha un sistema común, se requiere una reforma institucional europea, aprobando una Constitución, "lo que se hará en los próximos años, con la esperanza de que en 2008 o 2009 ya podamos tener en funcionamiento ese sistema común".
Precisamente Acnur, en ocasión del Día del Refugiado instaurado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) a partir de 2001 y que se celebra este martes, ha resuelto poner como lema "la esperanza".
"Si los refugiados se niegan a perder la esperanza, ¿cómo podemos perderla nosotros?", explicó en un comunicado el motivo del eslogan la oficina española de esta agencia de la ONU.
Por ello, Acnur pide que se recuerde a los millones de refugiados de África, Asia, Europa y América Latina, quienes "sobrellevan una vida de privaciones y restricciones en los campamentos".
Además, el texto insta a no olvidar a quienes regresaron a sus hogares "para recoger los pedazos de lo que alguna vez fue una vida pacífica y también a aquellos que no podrán regresar nunca y que se verán obligados a labrarse un futuro incierto en una comunidad extraña y no siempre acogedora".
Entre los refugiados, agrega el Alto Comisionado, hay personas de todo tipo, "desde una mujer africana que huye de la persecución, hasta un profesor universitario cuyas opiniones políticas le suponen una sentencia de muerte". Pero ellos tienen algo en común, que es "la esperanza de un futuro mejor y la oportunidad de restablecer la paz duradera en sus vidas".
La eurodiputada Valenciano también reconoce que esa gran diversidad existe, pero destaca que la situación de los refugiados adquiere tintes más dramáticos "cuando comprobamos que 80 de ellos son niños, niñas y mujeres".
Un caso que ha conmocionado a España y países vecinos es el de la saharaui Aminetu Haidar, quien en mayo, tras ser dejada en libertad de una cárcel de Marruecos, recibió en España el premio Juan María Bandrés, otorgado por la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR).
Haidar, de 39 años y madre de dos hijos, es una activista a favor de los derechos humanos que fue detenida por primera vez en Marruecos en 1987 por participar en una protesta contra la ocupación del Sahara Occidental, la ex colonia española que se disputan el Frente Polisario y el reino marroquí.
En aquella oportunidad sufrió torturas y vejaciones y estuvo cuatro años detenida. Ya liberada participó en el Comité de coordinación de las víctimas de desapariciones forzadas y de detenidos del Sahara, en 1994.
También participó en el Comité para la Liberación de Sidi Mohamed Daddach y todos los detenidos saharauis, en 2001, en el Comité preparatorio de información sobre desaparecidos saharauis, en 2002 y en el Comité por la liberación de Ali Salem Tamek y los detenidos saharauis, en 2003.
El 17 de junio de 2005 fue detenida nuevamente cuando organizaba una manifestación en la ciudad de Smara.
Como ella misma expresó: "Mi crimen es haber ejercido mi derecho a manifestar mi condena y mi protesta contra la represión y la arbitrariedad de las fuerzas de ocupación marroquíes contra los civiles saharauis que expresan desde hace tantos años su rechazo a la ocupación, reivindicando de manera pacífica el respeto de los derechos humanos en el Sahara Occidental, la liberación de los presos de opinión y la vuelta de los desaparecidos vivos o muertos".
Su condena fue legalmente irregular, según observadores internacionales que asistieron al proceso, entre ellos representantes de Amnistía Internacional, la organización defensoara de los derechos humanos con sede en Londres, y del Consejo General de la Abogacía Española.
Haidar escribió poco antes de salir de la cárcel, a quienes reclamaban por su libertad, que era un milagro que siguiera con vida, "porque soy una mujer agotada físicamente de tantos años de desaparición y encarcelamiento, tanta tortura y tantas vejaciones". "Pero aquí estoy y seguiré luchando con todas mis fuerzas, sabiendo que estáis allí luchando por nosotros", añadió.
Mandó en esa instancia una señal de esperanza: "Estoy tan segura de vosotros como lo estoy del mar que me espera a 25 kilómetros, tan segura como lo estoy de que esos niños saharauis refugiados en Argelia volverán a su tierra liberada. Estoy tan segura de vosotros como lo estoy de la mirada cariñosa de mis dos hijos, Mohamed y Hayat, a quienes añoro tanto…".
Abdula Arabí, delegado del Frente Polisario en España, informó a IPS de que los saharauis refugiados en los campamentos de Tinduf, en la frontera argelino-marroquí, ya suman 185.000. Esa situación se mantiene, agregó, porque la comunidad internacional no hace cumplir las resoluciones de la ONU sobre la autodeterminación del Sahara Occidental.
Esa zona del desierto del Sahara, que limita con Argelia, Marruecos y Mauritania, fue colonia de España hasta 1975, cuando este país se retiró de la misma y fue ocupada por Marruecos. Desde entonces el Frente Polisario lucha por la independencia.
El premio Juan María Bandrés lleva ese nombre por el del abogado español, actualmente muy enfermo, que bajo la dictadura de Francisco Franco (1939-1975) apoyó al nacionalismo vasco y a la ETA (Euskadi ta Askatasuna, Patria Vasca y Libertad en vascuence). Pero tras instaurarse la democracia, con el respeto de los derechos humanos y ciudadanos, rechazó el uso de la violencia y condenó los actos terroristas.