DESARME-IRÁN: Oferta condicional de EEUU rechazada

La oferta de Estados Unidos para sumarse a las negociaciones multilaterales sobre el programa nuclear de Irán, a cambio de que ese país cesara de enriquecer uranio, fue rechazada este jueves por Teherán, que reivindicó su «derecho legítimo» a poseer tecnología atómica.

Cediendo a la creciente presión de sus aliados al otro lado del océano Atlántico, la secretaria de Estado (canciller) de Estados Unidos, Condoleezza Rice, había anunciado el miércoles que Washington estaba dispuesto a colaborar con el grupo de países de la Unión Europea (UE) que negocian con Teherán sobre cuestiones nucleares, integrado por Alemania, Francia y Gran Bretaña y conocido como UE-3.

No obstante, la funcionaria puso como condición que Irán primero debía aceptar un congelamiento "verificable" de su plan de enriquecimiento de uranio.

Esa condición ya había despertado dudas entre analistas estadounidenses sobre el resultado que tendría tal propuesta.

Fue "un paso positivo, pero también peligroso ya que, al imponer condiciones, por más razonables que fuesen, se invita a los iraníes a que impongan las suyas", afirmó Trita Parsi, experto en temas iraníes para la estadounidense Escuela Johns Hopkins de Estudios Internacionales Avanzados.
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"Y entonces volvemos a empezar de cero, sin negociaciones, sin progresos, sin diplomacia, mientras los iraníes siguen adelante con su programa", dijo a IPS.

Por su parte, el director del Instituto de Medio Oriente de la Universidad de Columbia, Gary Sick, había advertido que, "poniéndolo en la forma de una contingencia, en la que ellos primero tienen que acceder a nuestros deseos, Teherán podría mostrarse muy renuente"

Sick se desempeñó como experto en temas iraníes para el Consejo de Seguridad Nacional durante el gobierno de Jimmy Carter (1977-1981).

El anuncio de Rice fue hecho en vísperas de la última ronda de conversaciones entre China, Estados Unidos, Rusia y el UE-3 en Viena sobre un paquete de ofertas con las que pretenden persuadir a Irán para que detenga su programa de enriquecimiento de uranio, el paso previo para la fabricación de armas atómicas.

El canciller iraní, Manuchehr Mottaki, saludó este jueves la nueva oferta de Rice, pero rechazó la condición impuesta y subrayó que Teherán no haría ningún tipo de concesión en su "derecho legítimo" a tener tecnología nuclear.

Con el apoyo del UE-3, la administración de George W. Bush presiona en el Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para aprobar una resolución con sanciones internacionales contra Irán si ese país no accede a detener su programa atómico.

Sin embargo, China y Rusia se oponen a esa medida y piden más flexibilidad a Washington.

Teherán asegura que su programa tiene sólo fines pacíficos, amparados por el Tratado de No Proliferación Nuclear, pero Estados Unidos y otras potencias europeas sospechan que se propone fabricar armas de destrucción masiva.

Los países europeos, que han actuado en los últimos tres años como representantes de Washington en las conversaciones con Irán, ahora le piden con cada vez más urgencia al presidente Bush que su gobierno se una a ellos en la mesa de negociaciones. Ese fue uno de los temas tratados en la visita realizada la semana pasada a Estados Unidos por el primer ministro británico Tony Blair.

Los pedidos crecieron en las últimas semanas sobre todo ante las señales positivas dadas por Teherán, incluyendo una carta de 18 páginas enviada a Bush por su par iraní Mahmoud Ahmadinejad, en la que éste expresaba su disposición a participar en conversaciones directas sobre varios temas, entre ellos su plan nuclear.

"Algún tipo de respuesta positiva (de parte de Estados Unidos) se ha convertido en algo casi obligatorio, sobre todo en el contexto de la carta de Ahmadinejad", sostuvo el director de Estudios Europeos en el independiente Consejo de Relaciones Exteriores, Charles Kupchan

Además de pedirle a Washington que se una a las negociaciones, el UE-3 también promovió un paquete de propuestas a Irán, que incluye la entrega de reactores nucleares de agua ligera, beneficios comerciales y otros incentivos económicos, así como la discusión de un "marco" para tratar los temores de Teherán sobre su seguridad.

Esto último recibe fuerte oposición de los "halcones" en Washington, encabezados por el vicepresidente Dick Cheney, que desean un "cambio de régimen" en Irán.

Una fuente sugirió el miércoles que los halcones habrían avalado la oferta de Rice a cambio de un compromiso de la UE para no pedirle a Washington que le dé a Teherán garantías de seguridad como parte de una eventual negociación.

De hecho, Rice dijo el miércoles a periodistas, en referencia a los países europeos que negocian con Irán: "No nos han preguntado sobre garantías de seguridad, y espero que no lo hagan".

La secretaria de Estado también señaló que no se descartaron las opciones militares y subrayó que, al menos por ahora, Washington no estaba interesado ni en conversaciones bilaterales ni en negociaciones para un "gran pacto" con Teherán que resuelva los asuntos clave que dividen a ambos países.

Esta postura ha sido defendida por varios líderes del gobernante Partido Republicano, incluyendo al presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado, Richard Lugar, y Richard Armitage, quien fue subsecretario de Estado (vicecanciller) en el primer período de gobierno de Bush.

"No estamos en posición de hablar sobre relaciones diplomáticas plenas con un estado con el cual tenemos tantas diferencias fundamentales", afirmó Rice, y señaló que, sin embargo, una exitosa resolución de la crisis nuclear podría "cambiar el relacionamiento que (Irán) tiene con Estados Unidos y abrir nuevas posibilidades para la cooperación".

Los cuidadosos términos en que hizo la nueva oferta, así como la condición que impuso, dejaron en claro para los analistas que la batalla interna sobre la política con Irán entre los halcones y los llamados "realistas", que dominan el Departamento de Estado, sigue irresuelta.

Los "realistas" prefieren la acción multilateral y dan prioridad al fortalecimiento de las alianzas tradicionales de Washington, en especial la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).

En cambio, los halcones son hostiles a los procesos multilaterales en general y a la ONU en particular. Sus postulados sobre política exterior rechazan el pragmatismo y formulan los conflictos en términos morales.

"Sabemos que este es un asunto por el cual se ha derramado mucha sangre en los corredores del poder. Yo diría que lo que uno puede llamar la banda del Departamento de Estado está prevaleciendo en este asalto de la pelea, aunque aún no terminó", dijo Kupchan a IPS.

"Para los puristas, incluso la declarada disposición a dialogar con el régimen de Teherán es algo difícil de tragar, sea condicional o no", añadió.

Los neoconservadores, que influyen en la administración Bush a través de la oficina del vicepresidente Cheney, arguyen que cualquier diálogo directo con Teherán sería caer en una "trampa" diseñada para sacar más concesiones a Estados Unidos, y desmoralizaría a la "oposición" interna iraní, pues significaría un reconocimiento implícito si precedentes del régimen islámico por parte de Washington.

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