Con diversas obras de infraestructura, nuevos seguros y capacitación de técnicos, México se prepara para proteger de los huracanes en puerta a sus valiosos sitios arqueológicos, museos y edificios de épocas virreinales.
Es que gran parte del patrimonio histórico del país se ubica en el sur y sudeste del país, que son las zonas donde las tormentas y los huracanes golpean con mayor fuerza.
Los pronósticos indican que para esta temporada de tormentas la franja tropical de América será golpeada por entre 13 y 16 eventos de este tipo, cuatro de los cuales podrían ser de gran intensidad.
Las tormentas y su pariente mayor el huracán, se forman cuando aumenta la temperatura de los océanos en latitudes cercanas a los trópicos, lo que sucede entre junio y noviembre en el hemisferio Norte.
"Estamos tomando todas las medidas necesarias para evitar daños y no repetir errores de años pasados", dijo a IPS José de la Rosa, coordinador de los centros del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INHA), entidad estatal que tienen a su cargo la administración del patrimonio histórico.
México tiene unas 30.000 zonas arqueológicas, que son visitadas anualmente por 70 millones de personas. Muchos de esos vestigios, como Chichen Itzá, Palenque y Tulum, se ubican en zonas cercanas a las costas del mar Caribe, donde hace cientos de años la cultura maya logró un gran desarrollo.
En 2005, tres huracanes golpearon a esas regiones de México, dejando como un saldo pérdidas por alrededor de un millón de dólares en los lugares con valor histórico. Además, fue dañado seriamente un museo arqueológico en el sudoriental balneario de Cancún.
Parte de esa localidad quedó en ruinas tras el paso del huracán Wilma, lo cual significó un duro golpe al turismo nacional que tiene allí sus principales ingreso.
Según reportes oficiales, ese huracán dejó en Cancún y sus alrededores pérdidas por unos 2.700 millones de dólares. Gran parte de ese monto correspondió a la lujosa zona hotelera.
Encargados de administrar algunos de los sitios históricos se reunieron en los días 13 y 14 de este mes en la capital de México en el taller titulado "Prevención de desastres y atención a bienes culturales afectados por un desastre".
La cita fue parte del Programa de Prevención de Desastres en Materia de Patrimonio Cultural del INHA, surgido en 2000.
De la Rosa indicó que para este año, el INHA pagó seguros por unos cinco millones de dólares para poder hacer frente a cualquier contingencia por fenómenos naturales.
Entre las medidas preventivas adoptadas ya, se realizaron podas de árboles en las zonas arqueológicas para evitar que las ramas sean arrastradas por los vientos, se limpiaron los caminos de acceso y están listos materiales especiales que taparían los murales antiguos en caso de graves tormentas.
Además, los diversos museos recibieron instrucciones para asegurar sus ventanas y zonas de acceso, así como revisar sus sistemas de drenaje.
En el caso de que un huracán ingrese al territorio, está planificada la acción de diversas brigadas, que tienen la misión de resguardar las piezas que puedan recogerse. Además, ese personal debe entregar la custodia de los sitios arqueológicos a soldados.
Todas las estrategias adoptadas por el INHA para el caso de un desastre natural, en sus fases de prevención, atención y restablecimiento, se hacen en coordinación con el estatal Sistema Nacional de Protección Civil, el Servicio Metereológico Nacional y la Cruz Roja, entre otros organismos.
Los museos, edificios históricos y zonas arqueológicas que abarcan buena parte del país son una importante fuente de ingresos. El llamado turismo cultural deja unos 2.500 millones de dólares anuales
México posee 24 propiedades inscritas en la lista de patrimonios mundiales de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura.