RACISMO-ALEMANIA: Neonazis, el gol en contra

Mientras Alemania se dispone a recibir una oleada de turistas de todo el planeta durante la Copa Mundial de la FIFA 2006, el ataque racista contra un político y una anunciada manifestación neonazi ensombrecen los preparativos para el máximo torneo futbolístico internacional.

Crédito: Indymedia
Crédito: Indymedia
En lo que constituye el último atentado racista en este país, un político de origen turco fue insultado y golpeado en la cabeza con una botella por dos hombres que lo interceptaron en un barrio del este de Berlín. Giyasettin Sayan, de 56 años, portavoz de los inmigrantes en el gobierno local, fue internado el 19 de este mes en un hospital con conmoción cerebral.

Mientras, grupos neonazis preparan una protesta durante la Copa Mundial de fútbol en apoyo a las polémicas declaraciones del presidente de Irán, Mahmoud Ahmadinejad, quien calificó de "mito" el genocidio de judíos durante la segunda guerra mundial (1939-1945). La manifestación se realizará en la oriental ciudad de Leipzig, donde jugará el seleccionado de Angola.

Las autoridades alemanas esperan un incremento de la violencia racista durante el campeonato de la FIFA (Federación Internacional del Fútbol Asociado), que se celebrará entre el 9 de junio y el 9 de julio.

El lunes, los servicios de inteligencia alemanes revelaron un aumento en los delitos cometidos por grupos de ultraderecha. Al presentar su informe anual 2005, el ministro del Interior, Wolfgang Schaeuble, subrayó el compromiso de su gobierno en el combate a la violencia extremista.
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"El comportamiento de los votantes jóvenes, sobre todo de los hombres, me preocupa porque demuestra una alta susceptibilidad hacia el pensamiento de extrema derecha", afirmó.

El ministro dijo que más de cinco por ciento de los hombres de entre 18 y 24 años votaron por el ultraderechista Partido Nacional Democrático (PND) en las elecciones federales del año pasado. En el este del país, casi 10 por ciento del mismo grupo etario apoyó al PND.

El funcionario señaló que no sólo Alemania estaba amenazada por la ultraderecha, pero admitió que este país se encuentra en especiales circunstancias dado su pasado nazi.

"Tenemos una responsabilidad especial porque hemos aprendido de la historia", afirmó.

Los servicios de inteligencia indicaron que el número de ultraderechistas dispuestos a perpetrar actos de violencia aumentó de 400 a 10.400 el año pasado respecto de 2004. Mientras, el número de ataques con motivos raciales creció casi una cuarta parte para totalizar 958.

Activistas contra el racismo señalan que muchos crímenes no son reportados y por tanto no se ven reflejados en las estadísticas oficiales.

Los líderes políticos alemanes debaten desde hace varios años cómo acabar con las actividades neonazis.

Tras la reunificación alemana en 1990, hubo un aumento de la violencia de extrema derecha, sobre todo en el este, donde había un alto desempleo y una gran incertidumbre económica y social.

Entre los peores ataques, se destaca el incendio en 1992 de un hostal que albergaba a inmigrantes solicitantes de asilo en la oriental ciudad de Rostock. El incidente conmovió a los habitantes del lugar, que aplaudieron cuando los extranjeros lograron huir de las llamas.

Un año después, cinco miembros de una familia turca murieron cuando su hogar fue incendiado en la occidental ciudad de Solingen.

Estos crímenes fueron seguidos por una indignación general, medidas drásticas de la policía y campañas de información gubernamentales para promover la tolerancia, pero la violencia racista continúa, sobre todo en el este

Desde la reunificación, unas 100 personas han muerto en ataques perpetrados por ultraderechistas. Los ataques racistas y antijudíos son más comunes en los orientales estados de Brandenburgo y Saxonia-Anhalt.

El mes pasado en Potsdam, capital del estado de Brandenburgo, un ciudadano alemán de origen etíope fue atacado a golpes hasta quedar en estado de coma.

Anetta Kahane, presidenta de la Fundación Amadeu Antonio, una organización defensora de los derechos humanos cuyo nombre honra a un angoleño asesinado en 1990 por "skinheads" (cabezas rapadas) en Brandenburgo, dijo a IPS que, "para los extranjeros que viven en Alemania, (los ataques) son algo de la vida diaria".

Pero para la Copa Mundial, esta situación se podría agravar.

La Unión de Oficiales de Policía solicitó a la justicia que prohíba manifestaciones cerca de los estadios donde se jugará el campeonato, arguyendo que las fuerzas de seguridad estarán abocadas a vigilar los espectáculos deportivos.

El presidente del no gubernamental Consejo de África, Moctar Kamara, alertó que muchas personas no blancas podrían ser atacadas durante el torneo.

"Ya hemos recibido informes de que cabezas rapadas italianos se preparan para viajar a Alemania. Está claro que los extremistas de ultraderecha estarán activos", dijo a IPS.

El riesgo de la violencia racista se burla del lema de la Copa Mundial, que es "Tiempo de hacer amigos", añadió.

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