POLÍTICA-ÁFRICA: La democracia puesta en tela de juicio

No es para nada habitual que parlamentarios discutan la conveniencia de la regularidad de elecciones. Pero los casos de corrupción, abusos de poder y sueldos ostentosos de representantes han llevado a poner en debate, incluso, la validez de algunos procesos democráticos africanos.

Las elecciones periódicas no necesariamente conducen hacia un desarrollo sustentable en África sostuvo el legislador ugandés David Gumisiriza.

"Si las llamadas dictaduras están dando buenos resultados y promueven un desarrollo centrado en lo humano a los ojos de los occidentales ¿no son mejores éstas que la democracia con sus elecciones periódicas que conducen al hambre y a la muerte?", llegó a preguntar.

"Por lo tanto, quiere decir que categorías como dictadura y democracia deben redefinirse", dijo Gumisiriza a IPS.

Estos comentarios coinciden con las preocupaciones por la democracia en Uganda, como resultado de la reforma a la Constitución que habilitó la reelección de Yoweri Museveni por un tercer periodo de gobierno consecutivo.

Museveni, del Movimiento Nacional de Resistencia (NRM), llegó al poder en 1986, luego de derrotar al presidente Tito Okello, quien, a su vez, había ocupado la presidencia a través de un golpe militar.

El antecesor de Okello fue Milton Obote, contra quien el NRM combatió durante cinco años en una guerra de guerrillas.

El sistema multipartidario había sido eliminado por Museveni apenas llegó al gobierno y fue restaurado por un referéndum sólo en 2005, cuando se ratificó la reforma constitucional que también aprobó la reelección consecutiva por tres periodos.

La decisión provocó críticas de donadores y organizaciones internacionales defensoras de los derechos humanos, que consideran que limitar las reelecciones es un factor clave para frenar la corrupción en el gobierno y permitir una transición pacífica entre una administración y otra.

Empero, Museveni es reconocido por haber restablecido la estabilidad política y económica en Uganda después de la agitación política, la violencia y las constantes violaciones a los derechos humanos en la época en que Idi Amin Dada (1970-1979) y Obote estuvieron el poder.

Durante el mandato de Museveni se redujo la prevalencia de virus de inmunodeficiencia humana (VIH) y mejoró la situación de los derechos humanos en este país de África oriental.

Sin embargo, organizaciones como Human Rights Watch, con sede en Nueva York, temen que estos logros, que mucho han costado, ahora se desvanezcan.

En un análisis que hace esta organización humanitaria sobre la situación en 2005 en Uganda, se indica que en "un informe del Banco Mundial no publicado, pero que se filtró al público, se describe el incremento de la corrupción, el nepotismo y el amiguismo que se instaló en las instituciones ugandesas, y lo urgió a cortar su asistencia" financiera.

Para colmo, las elecciones generales realizadas en febrero estuvieron plagadas de irregularidades.

Debates como la situación de la democracia en Uganda y en otros países de la región se instalaron con fuerza en la 114 Asamblea de la Unión Interparlamentaria, realizada del 7 al 12 de este mes en Nairobi.

Esta organización, que agrupa a más de 140 parlamentos nacionales de todo el mundo y que reunió a unos 1.500 delegados en esta oportunidad, se propone entre otros objetivos fortalecer la democracia en los países miembros.

Uno de los asistentes a este encuentro, el legislador keniata Omingo Magara, se manifestó totalmente en desacuerdo con su colega Gumisiriza.

"Si el gobernante es bueno ¿por qué no debería someterse a elecciones? Aparte, éstas hacen las veces de llamada despertadora", dijo a IPS.

"Sin elecciones uno puede dormirse fácilmente y su periodicidad cumple la función de revisar el sistema de gobierno", agregó.

Otro tema de discusión fue el abuso de poder de los legisladores, por ejemplo el de aumentarse salarios y beneficios con cifras totalmente ajenas a la realidad de los países pobres.

Este asunto se ha discutido acaloradamente en los últimos tiempos en Kenia, debido a la decisión de sus legisladores de asignarse mayores partidas para viajes. Pasaron de cobrar 3.500 dólares a 4.800 dólares por mes sólo por este concepto, y encima recibirán la diferencia acumulada el año pasado con retroactividad

Considerando los 222 parlamentarios existentes, el golpe a las arcas públicas es devastador para un país donde, según cifras oficiales, 56 por ciento de sus habitantes viven con menos de un dólar por día.

Pero desde que fueron elegidos a fines de 2002, los legisladores de Kenia se votaron también un aumento salarial que llevó sus ingresos mensuales de 5.600 dólares a 7.000, sin incluir ninguna de las partidas especiales.

En tanto en Uganda, los legisladores también tienen intenciones de incrementarse el sueldo.

"Los parlamentarios están deseosos de un aumento salarial, aunque todavía hay que discutirlo con el gobierno", explicó Gumisiriza, quien indicó que actualmente reciben el equivalente a 2.240 dólares por mes, que sube hasta 3.400 dólares con las partidas especiales.

Según las estadísticas oficiales, aproximadamente dos tercios de los ugandeses viven en condiciones de extrema pobreza.

En cambio, la legislación de Tanzania impide que los representantes tengan la última palabra sobre sus sueldos.

"Hay una reglamentación que prohíbe a los parlamentarios decidir qué sueldo quieren. A menos que se cambie la ley, no podemos hacerlo", dijo a IPS el legislador Kilontsi Mporogomyi.

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