Los 53 miembros del Grupo Africano de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), el segundo más grande después del Grupo Asiático de 54 países, afirman su unidad dentro de un foro mundial cada vez más dividido respecto de asuntos políticos delicados.
Hasta ahora los africanos se han negado a dar marcha atrás con su reclamo de que los nuevos miembros permanentes propuestos para el Consejo de Seguridad de la ONU tengan derecho a veto.
También hicieron saber que están a favor de que sea un estado asiático quien ocupe el cargo de secretario general de la ONU, que quedará vacante en diciembre de este año cuando el actual, el ghanés Kofi Annan, termine su mandato.
La última expresión de su unidad fue durante las elecciones para integrar el flamante Consejo de Derechos Humanos, que sustituyó desde este mes a la Comisión de Derechos Humanos, instancia en la cual las naciones africanas contaron con el mayor número de votos en la Asamblea General de 191 miembros.
A diferencia de las otras regiones, los africanos presentaron un solo candidato para cada uno de los 13 puestos que le correspondían, asegurándose así que todos resultaran elegidos y por un amplio margen respecto de los postulantes de los otros grupos.
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Los asiáticos presentaron 18 candidatos para 13 puestos, los de Europa oriental ofrecieron 13 para seis plazas, la región de América Latina y el Caribe 10 para ocho cargos y, finalmente, el Grupo de Europa Occidental postuló nueve nombres para siete lugares.
Varios países africanos, incluyendo Sudan y Zimbabwe, decidieron observar las elecciones desde afuera, quizá debido a las duras críticas de los países occidentales por su historia de abusos de los derechos humanos, y por lo tanto no festejaron el buen desempeño de su región.
"Es hora de que los países africanos sean implacables. Las naciones más ricas del mundo no se toman en serio los esfuerzos de esta región por estar unida", sostuvo Bill Fletcher (hijo), un activista internacional y ex presidente de TransAfrica Forum, una organización no gubernamental con sede en Washington.
"Esta última demostración de unidad en la ONU es quizá, un llamado de atención a los pasos que está dando África para consolidar su unidad", indicó Fletcher a IPS.
La cohesión mostrada por África al presentar 13 candidatos para las 13 plazas le ayudó a obtener la mayor cantidad de votos en las elecciones al Consejo de Derechos Humanos. Los ocho países que obtuvieron la mayor adhesión fueron todos africanos: Ghana (183 votos), Zambia (182), Senegal (181), Sudáfrica (179), Malí, Mauricio y Marruecos (178) y Gabón (175).
El único país no africano que logró colarse en la lista de los más votados fue India, con 173 adhesiones. Los siguientes cinco puestos fueron ocupados por los africanos Djibouti (172), Camerún y Túnez (171), Nigeria (169) y Argelia (168).
En cambio, el país que obtuvo más votos del grupo de Europa oriental fue Rusia, con sólo 137, Brasil ocupó el primer lugar entre los latinoamericanos con 165, mientras que Alemania encabezó el Grupo Europa occidental con 154 sufragios.
"Es notable y alentador que los países africanos estén mostrando determinación y unidad sobre asuntos importantes que atañen a la ONU", indicó el director del Instituto Africano de Desarrollo, Kwame Akonor.
"Sin embargo, no debemos simplemente asumir que esta tendencia significa que la diplomacia africana tiene una plataforma común. El objetivo principal de cualquier voto colectivo de los Estados africanos debería ser allanar el terreno en que se juegan las relaciones internacionales con los otros actores y la adquisición de un poder formal", sostuvo.
El grupo africano debe ponerse firme respecto de la ampliación del Consejo de Seguridad de la ONU, actualmente integrado por 15 países, y exigir que los nuevos miembros permanentes tengan poder de veto al igual que los cinco ya existentes que son China, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña y Rusia.
Pero los cinco miembros permanentes, que quieren mantener sus posiciones monopolísticas privilegiadas, no están dispuestos a conceder el derecho a veto a los nuevos miembros propuestos. Esto se opone diametralmente a la postura africana.
Mientas que el llamado Grupo de los Cuatro países —Alemania, Brasil, India y Japón— cedió a la presión del Grupos de los Cinco y están dispuestos a aceptar puestos permanentes sin derecho a veto, los africanos lo rechazaron de plano. Su respuesta común fue: "Poder de veto o nada"
Esta es una de las varias razones por las cuales la propuesta de ampliar el Consejo de Seguridad está en un callejón sin salida. Si el Grupo de los Cuatro introduce cualquier resolución en la Asamblea General por la cual aceptan un escaño permanente sin derecho a veto, las 53 naciones africanas pueden votar en contra.
En marzo, el Grupo de los Africanos expresó formalmente su apoyo a que un asiático ocupe el cargo de secretario general de la ONU. En cambio, los otros tres grupos, Europa oriental y occidental, y América Latina, se negaron a respaldar abiertamente a un candidato de Asia.
Si los grupos de Asia y África votan unidos por el candidato asiático, éste tendría 107 votos seguros en la Asamblea General, al menos en los papeles.
El embajador de Sierra Leona y presidente del Grupo Africano, Joe Robert Pemagbi, expresaba en una carta dirigida al Grupo Asiático, que esta coalición decidió "apoyar el pedido de que el próximo secretario general de la ONU sea de un país de Asia".
La decisión del Grupo Africano "es consistente con la tradición de reciprocidad y entendimiento existente entre ambas regiones", decía la carta.
Fletcher sostuvo que, a pesar de la seguridad que muestran las naciones africanas, su "unidad real" se verá en la forma en que la Unión Africana (UA), y sus miembros, manejen las crisis internas y externas.
La crisis de Darfur por ejemplo, es un caso en que la UA asumió su responsabilidad, a pesar de necesitar una significativa asistencia extranjera tanto en el ámbito militar como diplomático.
"Pero la postura de la UA respecto de las crisis en otras regiones puede ser igualmente importante", añadió.
Su apoyo a la autodeterminación de los palestinos frente a los esfuerzos de la ONU e Israel por demonizarlos sería un paso simbólico y práctico igualmente importante, sostuvo Fletcher.
También dijo que los pedidos de la UA para que Estados Unidos se retire de Iraq serían trascendentes en términos de debilitar aún más la ocupación ilegal.
"En este sentido, a pesar de que las actitudes en la ONU son importantes, hay otros ámbitos donde es necesario que se despliegue la unidad africana para enviar ondas de impacto a nivel internacional", añadió Fletcher.
Akonor sostuvo que una forma de maximizar el poder de África en el ámbito internacional sería la creación de un superestado africano con una plataforma económica, de seguridad y de política exterior común.
"Lamentablemente, los dirigentes africanos de hoy, a excepción del líder libio (Muammar el-) Gaddafi, evitan cualquier compromiso genuino y serio con este ideal panafricano de un gobierno continental", agregó.