La organización humanitaria Amnistía Internacional aportó este miércoles nuevas pruebas de torturas perpetradas contra personas detenidas por Estados Unidos en prisiones de Afganistán, de la bahía cubana de Guantánamo, de Iraq y de otros sitios controlados por fuerzas estadounidenses en el mundo.
El documento de Amnistía fue presentado al Comité contra la Tortura de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) que se encuentra reunido en Ginebra para examinar la observancia, por parte de Estados Unidos y de otros países, de las disposiciones de la Convención contra la Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes, en vigor desde 1987.
Un elemento primordial del informe de Amnistía se relaciona con las detenciones efectuadas en el contexto de la guerra contra el terrorismo, la existencia de lugares secretos de encarcelamiento y las entregas extraordinarias de prisioneros a otros países (una práctica llamada en inglés "rendition"), explicó a IPS Daniel Gorevan, investigador de la organización de derechos humanos.
El informe se ocupa de las torturas infligidas por agentes estadounidenses contra los detenidos, sometidos a tratos crueles, inhumanos y degradantes, y también de la impunidad de altos funcionarios administrativos de ese país, dijo Gorevan, integrante del equipo de investigación de Amnistía para América del Norte.
Los antecedentes entregados por Amnistía se suman al "muchísimo material escrito proveniente de organizaciones no gubernamentales" que dispone el Comité de la ONU para el examen del caso de Estados Unidos, confirmó el español Fernando Mariño Menéndez, uno de los 10 miembros independientes que integran ese tribunal.
Mariño Menéndez se desempeña como relator primero del caso de Estados Unidos, secundado por Guibril Camara, de Senegal, otro experto del cuerpo que comenzará el examen del informe estadounidense este viernes y concluirá el lunes 8.
El estudio de la cuestión de Estados Unidos se fundamenta en "tres documentos serios", dijo Mariño Menéndez a IPS. Uno de los escritos contiene el informe que Washington presentó al comité en mayo de 2005. Los otros dos antecedentes son las preguntas que el cuerpo envió posteriormente a ese gobierno y las respuestas que recibió.
Los funcionarios estadounidenses "han tenido la cortesía de entregarnos las respuestas" dos días antes del debate, admitió el relator. Eso nos ayuda a volver a discutir el tema y a pasar finalmente a las resoluciones, agregó Mariño Menéndez.
Al término del debate, con una sesión dedicada a las organizaciones no gubernamentales y otras dos reuniones con la participación del equipo de unos 30 funcionarios enviados por Washington, el comité divulgará sus observaciones sobre los casos de torturas atribuidas a fuerzas estadounidenses.
"Es una buena ocasión para puntualizar las cosas y para formular recomendaciones que tengan utilidad, incluso más allá de este caso, que en sí mismo es importante", adelantó Mariño Menéndez.
"Yo espero que sea así, aunque el comité naturalmente es soberano", insistió. "Sin embargo, Camara y yo vamos a intentar que sean recomendaciones de fondo y útiles sobre los temas candentes", agregó.
Gorevan precisó que Amnistía reclamaba a Estados Unidos que "tome el asunto con mucha seriedad y de la misma manera las observaciones finales" del comité.
El experto de Estados Unidos reprochó que las autoridades de ese país no hubieran concluido ninguna de las investigaciones iniciadas sobre los casos de torturas que involucran a subordinados.
"Esos procesos se concentraron en soldados de rango inferior sin ascender en la cadena de comandos", lamentó.
Las observaciones del comité tendrán mucho que ver con la lucha antiterrorista y los problemas que ha planteado, dijo Mariño Menéndez. Sin embargo, también se relacionarán con otras cuestiones internas de Estados Unidos, agregó.
Entre esos aspectos internos figuran las expulsiones de extranjeros o las devoluciones de detenidos a países que practican torturas. También tienen que ver con la situación en las prisiones estadounidenses, con el empleo de ciertas formas de tratamiento de los presos y de los instrumentos que emplean, precisó el relator del comité.
Gorevan mencionó el uso de instrumentos de electrochoque, como parte de los tratos crueles, inhumanos y degradantes.
El informe de Amnistía manifiesta que el gobierno estadounidense sigue sosteniendo que en la mayoría de los casos, los abusos contra prisioneros se originan en acciones de unos pocos soldados "aberrantes" y en la falta de vigilancia.
Sin embargo, la organización asevera que existen pruebas claras de que gran parte de los atropellos provienen directamente de procedimientos y políticas sancionadas oficialmente, "incluyendo las técnicas de interrogación aprobadas por el secretario de Defensa (Donald) Rumsfeld para su empleo en Guantánamo y exportadas después a Iraq".
Amnistía se ocupa de varios casos de muertes bajo torturas de detenidos en Afganistán e Iraq. Hasta la fecha, ningún agente estadounidense ha sido procesado por torturas o crímenes de guerra en relación con esos fallecimientos, asevera la institución humanitaria.
La sentencia más severa aplicada hasta ahora por una muerte derivada de torturas de un prisionero en manos estadounidenses fue de cinco meses. Es la misma condena que se aplica en Estados Unidos por robar una bicicleta, sostiene el informe de Amnistía.