En apenas una semana, las negociaciones de la Ronda de Doha de la Organización Mundial del Comercio (OMC) resurgieron de un enésimo fracaso y presentan ahora tenues signos de una mejoría que entusiasma a los actores principales del proceso.
Rob Portman, el representante comercial de Estados Unidos, estimó este martes que "estamos relativamente cerca (de un convenio) en la mayorías de las áreas".
El acuerdo se ha mostrado esquivo con la OMC desde que los ministros de sus países miembros, reunidos en la capital de Qatar, lanzaron esa ronda en noviembre de 2001.
Sucesivos fiascos, de los cuales el más estruendoso ocurrió en el balneario mexicano de Cancún durante la conferencia ministerial de septiembre de 2003, precedieron al reconocido por la OMC la semana pasada, cuando aceptó la imposibilidad de cumplir con el plazo que vencía el 30 de abril.
Ese día, los 149 miembros del sistema multilateral debían convenir las modalidades de negociación para las áreas de agricultura y aranceles industriales, dos de los temas más controvertidos de la agenda de liberalización comercial de Doha.
Sin embargo, a pesar de las declaraciones de disgusto y pesimismo de una mayoría de negociadores, en pocos días las perspectivas han cambiado, como sugirieron las expresiones de Portman.
El funcionario viajó a esta ciudad sede de la OMC acompañado de Susan Schwab, quien le sucederá en sus funciones cuando en las próximas semanas Portman asuma la dirección de Asuntos Presupuestarios del gabinete del presidente George W. Bush.
Portman dijo que Estados Unidos favorecía una actitud ambiciosa en todos los temas negociados, incluidos servicios, aranceles industriales y agricultura. "En algunos de esos rubros nos encontramos más cerca que en otros, aunque creemos que estamos al alcance", describió.
El alto funcionario estadounidense es uno de los ministros de países clave en las negociaciones que esta semana viajaron a Ginebra con la intención de revigorizar el proceso de negociaciones para liberalizar el comercio mundial.
En pocos días pasaron por la OMC el ministro de Comercio e Industria de India, Kamal Nath, el ministro de Agricultura de Japón, Shoichi Nakagawa, el viceprimer ministro y ministro de Comercio de Australia, Mark Vaile, y el ministro de Relaciones Exteriores de Brasil, Celso Amorim.
De las figuras determinantes en la negociación sólo estuvo ausente el comisario de Comercio de la Unión Europea (UE), Peter Mandelson. Fuentes comerciales aseguraron a IPS que a causa de las difíciles relaciones que mantiene con Portman, el ministro europeo prefirió esta vez mantenerse alejado de Ginebra.
Aunque Vaile se mostró menos optimista respecto del futuro inmediato de las negociaciones y deploró el incumplimiento del plazo para las modalidades de agricultura y aranceles industriales, coincidió con Portman en que el proceso sólo se puede rescatar con "voluntad política" de las partes.
En cambio, Amorim, que encontró "alentador" el grado de compromiso de sus pares con el proceso de Doha, prescribió una combinación de "ambición y realismo" para revigorizar las negociaciones.
Los mismos ingredientes, pero sugestivamente en orden inverso, propone Mandelson, que acosado por la presión de la mayoría de los negociadores sobre el proteccionismo europeo en el área de acceso a los mercados para la agricultura, relega a un segundo plano las aspiraciones de una apertura comercial más profunda.
De todos los ministros que pasaron por Ginebra, Amorim fue el único que recordó la vocación por el desarrollo que la conferencia de Qatar imprimió a la Ronda.
"No se puede tratar con igualdad a los desiguales", remarcó en alusión a las diferencias entre países en desarrollo e industrializados, consideradas el origen de todas las dificultades enfrentadas por la Ronda.
En declaraciones separadas, los ministros convinieron en la necesidad de concertar las modalidades de agricultura y aranceles industriales durante las próximas semanas. En junio o julio, dijo Amorim.
De esa manera sería posible cumplir con la meta fijada por la sexta conferencia ministerial de la OMC, que en su sesión de diciembre pasado, en Hong Kong, decidió que la Ronda de Doha debía concluir a fines de este año.
Un objetivo semejante, que fijaba el término de la Ronda para fines de 2005, fue también incumplido, principalmente a causa de las mismas discrepancias en torno a agricultura y bienes industriales.
El Grupo de los 20 países en desarrollo, coordinado por Brasil e integrado por 21 naciones aunadas en torno a un programa común en el comercio agrícola, estimó que por respeto a la decisión de Doha en favor del desarrollo, los Estados que más subvencionaban la agricultura debían mejorar sus ofertas en apoyo interno y acceso a los mercados.
La OMC encara ahora a marchas forzadas la redacción de los documentos que serán la base para un eventual tratado que cierre el proceso de Doha con una nueva apertura del comercio internacional. "En realidad, no tenemos tiempo de sobra", reconoció apremiado el director general de la institución, Pascal Lamy, en un mensaje el lunes a los negociadores.