CAFÉ-KENIA: Pequeños agricultores con la taza vacía

Hubo un tiempo en que Luci Wangui valoraba sus cafetos, pero ahora le traen más problemas que beneficios. Es que la recuperación de los precios internacionales del grano, tras cinco años de depresión, no alcanza para superar la crisis terminal del sector en Kenia.

Los productores keniatas como Wangui, quien comenzó a cultivar café en 1975 y llegó a tener 300 árboles, no han podido hacer nada para evitar el derrumbe del otrora pujante sector económico, cuya retracción devastadora afecta especialmente a los poseedores de pequeñas parcelas.

"Antes, los 300 árboles me generaban más de 714 dólares por cosecha. Luego, esta cifra cayó a unos 285 y ahora sólo me da 100 dólares, que encima me los pagan después de un año", relató a IPS.

"No puedo mandar a mis 10 hijos a la escuela porque lo que saco con el café ni siquiera me alcanza para cubrir el gasto de comida para ellos. Invierto mucho dinero para producirlo, pero lo que obtengo al final es menos del capital que había puesto", prosiguió.

Para colmo, se derrumbó el sistema por el cual las fábricas de café les otorgaban créditos para comprar fertilizantes. Las altas tasas de interés los disuaden de comprometerse con esos préstamos, por lo que la calidad del producto ha decaído, señaló Wangui.

"¿No sería mejor que en lugar de café plantara maíz o banana para que mis hijos pudieran comer?".

De hecho, Wangui ya comenzó a cultivar otros productos, cortó 100 de sus 300 cafetos y en su lugar plantó maíz. Si la situación con el café no mejora, hará lo mismo con el resto de sus árboles.

El mercado internacional del café registró una recuperación en 2005 luego de un lustro de precios deprimidos, aunque aún no llegan al nivel ideal, de entre 1,20 y 1,40 dólares la libra (0,454 kilogramos) según los expertos. Tampoco se dispone de mecanismos de defensa contra las oscilaciones provocadas por la especulación.

El alza de los precios se debió a la gran reducción de la oferta, principalmente por las bajas cosechas en Brasil en los dos últimos años, acompañadas de pérdidas también en Vietnam, América Central y en la propia África.

Los valores del café se ubican hoy en torno a 1,10 dólares la libra, cuando en los momentos más críticos habían caído hasta los 40 centavos de dólar.

Igual drama que Wangui afronta el presidente de la Liga de Pequeños Agricultores de Café de Kenia, Peter Mwangi Njoroge, quien también cultiva café desde 1970. "El año pasado coseché 1.000 kilogramos y me pagaron en total 229 dólares", dijo a IPS señalando que esta cifra equivale a 20 centavos por cada kilogramo.

"Gasté 171 dólares para producirlos, compré fertilizante y le pagué a los trabajadores. Al final, mis ganancias fueron sólo de 57 dólares", relató Njoroge.

"Sé que el kilogramo de café está a más de 20 centavos de dólar. El problema principal en este país es que se les paga muy poco a los agricultores", añadió.

Actualmente, se pueden llegar a pagar unos tres dólares por kilogramo de café en un remate.

"Si este café no puede ayudarme, entonces no tiene sentido. Si estos problemas no se pueden resolver, voy a movilizar a los pequeños agricultores para que liquiden sus cafetales", agregó Njoroge.

Historias como estas dominaron la reunión de productores de café dos días que se llevó a cabo este mes en Nairobi, con el apoyo de la agencia ecuménica de desarrollo independiente Asistencia de la Iglesia Noruega.

El café fue la principal fuente de divisas de este país de África oriental desde su independencia en 1963 y hasta fines de los años 80. Pero desde entonces, la producción decayó a raíz de la retracción de los precios internacionales por el exceso de oferta y ahora ocupa el cuarto lugar detrás del turismo, el té y la horticultura.

Según funcionarios keniatas, el país produce actualmente unas 50.000 toneladas de café, muy lejos de las 130.000 toneladas registradas en la zafra 1987-1988, el máximo volumen obtenido.

Sin embargo, la recuperación de los precios que se aprecia desde hace meses no parece haber beneficiado a los pequeños agricultores, culpándose de esto a la larga cadena de intermediarios que diluyen las ganancias y a un mercado mal gestionado.

"Los agricultores deben vender el café en los remates pasando por los tres agentes designados por ley", explicó James Nyoro, director ejecutivo del Instituto Tegemeo de Políticas Agrícolas y Desarrollo, de la Universidad Egerton, de Kenia.

"Los agricultores han indicado que se trata de un cultivo que genera ganancias, pero ellas se pierden en el camino, porque no les están llegando", comentó.

También consideró que la ley debe permitir a los productores pequeños tratar directamente con los compradores para que puedan comprender cómo funciona el mercado y así adecuarse a las necesidades del mismo. Esa modificación puede concretarse con el actual sistema de remate.

Parece que los legisladores siguieron el consejo.

Un proyecto de ley para reformar el sector, actualmente en discusión, permitiría que los agricultores se involucren en la comercialización de sus productos, indicó Solomon Waweru, gerente del gubernamental Consejo del Café.

Además, los pequeños agricultores promueven un sistema que les permita la venta directa. En un memorando entregado al Ministerio de Agricultura en el encuentro de los días 4 y 5, se solicitó tener trato directo con los compradores y los tostadores de café. (

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