– El banco holandés ABN Amro, una de las mayores instituciones financieras del mundo, es acusado de «hipocresía ambiental», pues pretende financiar un cuestionado proyecto de extracción de petróleo y gas en los mares que rodean una isla rusa.
Estas acusaciones surgieron en vísperas de la ceremonia en la cual el banco ABN Amro recibió la Medalla de Oro 2006 "Logros Corporativos Internacionales en Desarrollo Sustentable" de la organización privada World Environment Centre, con sede en Washington, que cuenta con respaldo empresarial.
Pero tres organizaciones ambientalistas, Rainforest Action Network, Pacific Environment y Sakhalin Environment Watch, publicaron un aviso de una página entera el jueves 11 de mayo en el diario The Washington Post para cuestionar el galardón.
El aviso condena la oferta de financiamiento de proyecto Sakhalin II emitido por ABN Amro, por considerarla una de las iniciativas "más destructivas de la historia para el ambiente y la sociedad".
Sakhalin II es un proyecto para extraer gas y petróleo del mar en la costa de la oriental isla rusa Sakhalin, muy cerca del extremo septentrional de Japón, a un costo de 20.000 millones de dólares.
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La petrolera británico-holandesa Royal Dutch Shell encabeza la inversión en la isla, cuyas reservas se estiman en 45.000 millones de barriles de petróleo, las mismas que las del mar del Norte. La compañía necesita más de 5.000 millones de dólares para llevar adelante el proyecto.
Las organizaciones recordaron la reticencia de otros bancos a financiar el proyecto por los posibles daños ambientales y por las críticas de activistas.
Los ambientalistas arguyen que el proyecto dañará la vida marina y especies en peligro de extinción, incluidas las últimas 100 ballenas grises occidentales que quedan en el mundo. También mencionaron daños a las comunidades locales de pescadores e indígenas en los alrededores.
Una de las principales preocupaciones es la construcción de un oleoducto que se extendería a lo largo de 21 fallas sísmicas activas y de cientos de sitios a los que se dirigen los salmones para el desove.
El proyecto volcará dos millones de toneladas de tierra del dragado a la bahía de Aniva, lo que, además, amenaza especies clave para la actividad pesquera y el sustento de muchos pobladores de la isla de Sakhalin.
Según la red internacional de análisis de inversiones Banktrack, el proyecto carece de un plan general de respuesta ante un posible derrame de crudo, a pesar de que se trata de una zona de alto riesgo debido a las bajas temperaturas registradas. Ya hubo un derrame de petróleo importante en 2004 en el puerto ruso de Kholmsk.
Paradójicamente, ABN Amro cumplió un papel destacado en la redacción de los llamados Principios de Ecuador, lo cual le mereció el premio ambiental entregado el viernes 12.
Los Principios de Ecuador son un conjunto de pautas ambientales y sociales que rigen los préstamos de los bancos privados y que se inspiraron en medidas preventivas adoptadas por el Grupo del Banco Mundial.
"Mientas que otros bancos toman decisiones difíciles y ubican la sustentabilidad en el centro de sus operaciones financieras, ABN Amro está renunciando a los Principios de Ecuador al querer participar en este proyecto", sostuvo Ilyse Hogue, de Rainforest Action Network.
Hogue considera que el banco hace gala de un doble discurso ambiental, pues acepta un premio por su labor en la materia mientras que, por otro lado, incumple sus propios compromisos.
Los activistas descalificaron el premio al cuestionar al World Environment Centre por "organización empresarial" y la ceremonia de premiación por "máscara ambientalista".
En ese sentido, recordaron que la organización otorgó en otras oportunidades su medalla de oro ambiental a petroleras como Dow Chemical, British Petroleum, DuPont, Exxon y Royal Dutch Shell, consideradas las más contaminantes.
World Environment Centre aseguró que el jurado independiente que determinó el premio aplaudió a ABN Amro por su papel en inspirar, crear e implementar los Principios de Ecuador.
Este asunto surge en un contexto de preocupación mundial por el cambio climático y por el rol de los proyectos de las compañías petroleras en el aumento de la temperatura del planeta y el daño a ecosistemas de todo el mundo.
Instituciones multilaterales de crédito como el Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo y el Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo han sido cuestionadas por su participación en la financiación de proyectos de extracción de gas y petróleo y de minerales, considerados dañinos para el ambiente.
El Banco Mundial ûreconocido como guía de las organizaciones multilaterales de crédito— fue criticado por rechazar las recomendaciones de un estudio independiente que el mismo encargó, "Reseña de las Industrias de Extracción", entre ellas el retiro de sus inversiones de las industrias de extracción y redirigir sus fondos hacia proyectos de energía renovable.
Ahora, también el Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo, con sede en Londres, está listo para financiar el proyecto Sakhalin II. Su decisión aguarda el resultado de un informe final de impacto ambiental, que podría estar pronto este mes.
Es probable que esta institución adelante préstamos de otras instituciones crediticias, como el banco estatal de fomento del comercio exterior estadounidense Export Import Bank y el Banco Japonés para la Cooperación Internacional. El Credit Suisse también está involucrado.
En tanto, organizaciones ambientalistas piden tanto al ABN Amro como a todos otros bancos que suscriben los Principios de Ecuador que retiren su apoyo a Sakhalin II.
Pero a pesar de la preocupación de los ambientalistas, las instituciones de crédito están deseosas de financiar este tipo de proyectos, al influjo de países sedientos de crudo como Estados Unidos, Japón, China y algunos de la Unión Europea, que a su vez son los principales accionistas de los bancos multilaterales.
Estados Unidos, uno de los principales promotores de Sakhalin, ha impulsado proyectos petroleros casi en cualquier lugar del mundo fuera de Medio Oriente, en un intento por desembarazarse de su dependencia y eludir la inestabilidad de la región y la disconformidad de su población hacia sus políticas.