SUDESTE ASIÁTICO: Déficit democrático en Singapur y Laos

Singapur puede ser el país más rico de Asia sudoriental, pero su sistema electoral unipartidario presenta incómodos paralelismos con los del comunista Laos, de los más pobres en la región.

Las elecciones legislativas en esta ciudad-estado, previstas para el 6 de mayo, tendrán esta vez la diferencia de que el Partido de Acción Popular (PAP), que gobierna con mano de hierro desde 1959, no será capaz de cantar victoria el mismo día de las proclamaciones.

Este obstáculo menor en el intento de esa fuerza política por mantener el poder —lo que ya es previsible— tiene su origen en el desafío que implica que tres partidos de oposición presentaron candidatos.

Cuando se cerró el periodo para proponer las nominaciones, opositores como el Partido de los Trabajadores, el Partido Democrático de Singapur (SDP) y la Alianza Democrática de Singapur postularon suficientes candidatos como para obligar una competencia en alrededor de la mitad de los 84 escaños parlamentarios. El PAP fue el único contendiente en los otros 37 escaños.

Pese a que el gobierno Singapur asegura tener una democracia, es habitual en ese país que se impida a partidos opositores hacer campaña electoral.
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Estos intentos del primer ministro Lee Hsien Loong de silenciar las voces opositoras e impedir los tradicionales debates preelectorales no difieren en espíritu e intención de la situación que vive Laos.

A las voces opositoras en Laos se les negó un espacio para discutir su caso con vistas a las elecciones de este domingo, que se celebran un año antes de lo previsto para elegir los 119 miembros de la Asamblea Nacional.

Un exiliado de Laos muy bien pudo reflejar los mismos sentimientos de un activista de la oposición de Singapur, cuando declaró: "Al pueblo no se le da el derecho a presentar ideas independientes y de oposición".

Ese comentario formulado por Wangyee Vang, secretario general de la Federación Nacional para la Paz, la Democracia y la Prosperidad de Laos, con sede en Estados Unidos, fue publicado en el sitio web de la organización, poco después de que el Partido Comunista de Laos, que gobierna desde 1975, anunció sus planes para las elecciones de abril.

En los últimos comicios para la Asamblea Nacional de Laos, celebrados en febrero de 2002, de los 166 candidatos que se postularon, todos menos uno eran del partido gobernante.

Esta coincidencia entre la situación de Singapur y la de Laos —como quedó claro en la temporada electoral— también fue criticada por vigilantes globales de los medios de comunicación, como Reporteros Sin Fronteras, con sede en París.

En 2005, ambos países del sudeste asiático fueron ubicados por esa organización entre los últimos 20 de los 167 evaluados sobre el derecho a la libre expresión, piedra angular de cualquier democracia.

Mientras que Singapur apareció en el lugar 140, Laos ocupó el puesto 155. La lista fue similar el año previo.

"Pese a estar muy avanzado en el uso de nuevas tecnologías, Singapur todavía está en la Edad Media en lo relativo a la libertad de expresión en el ciberespacio", dijo a IPS Philippe Latour, representante para Asia sudoriental de Reporteros Sin Fronteras.

"Los actuales responsables de 'blogs' de la campaña electoral y administradores de sitios web no tienen derecho a respaldar el programa de un candidato en particular. (Singapur) no es mejor que Laos o Vietnam a este respecto", agregó.

Un "blog" —abreviación de "weblog"— es un sitio web periódicamente actualizado que a menudo funciona como un diario personal de consulta pública y suele ser administrado por su propio autor.

Las dificultades del opositor SDP y de su líder, Chee Soon Juan, son un caso a destacar.

El gobierno de Singapur prohibió que las críticas de Chee al PAP fueran publicadas en el sitio web del SDP y tomó medidas enérgicas contra el mismo por las opiniones expresadas en su periódico partidario El Nuevo Demócrata. También hubo reiterados acosos policiales a Chee.

Esto ocurre luego que el fundador del PAP, el ex primer ministro Lee Kuan Yew, y su sucesor, el también ex primer ministro Goh Chok Tong, siguieran una estrategia favorecida por la elite gobernante para silenciar la voz del disenso, llevando a la bancarrota a opositores a través de demandas legales.

A principios de este año, Lee y Goh presentaron una demanda por difamación contra Chee, reclamando 500.000 dólares por daños y perjuicios.

Como si eso no fuera suficiente, el gobierno también le prohibió al líder del SDP hablar en público antes de las elecciones. La medida también valía contra organizaciones que intentaran leer en público cualquier discurso de Chee.

El PAP controla 82 de los 84 escaños del parlamento de Singapur.

"Esta es una nueva política. Es parte del esfuerzo por controlar la libertad de expresión, porque el PAP está preocupado por las críticas y las preguntas que el público planteará, particularmente los votantes jóvenes", dijo a IPS Sinapan Samydorai, presidente del no gubernamental Think Centre, con sede en Singapur, en una entrevista telefónica.

"La oposición no puede usar 'blogs', Internet, 'podcasts', y ningún medio electrónico durante el periodo electoral", afirmó.

Un "podcast" es una suerte de informe en audio que se recibe por suscripción a través de la red de redes.

Lee Hsien Loong, en efecto, se niega a reconocer esa realidad mientras se prepara para el acto electoral de este domingo, el primero en su calidad de líder del PAP desde que heredó el puesto sin mediar comicios en agosto de 2004, cuando renunció Goh.

"El sistema político de aquí es tan justo como el que uno puede hallar en cualquier país. Uno es capaz de pararse, tener una opinión, organizarse, movilizarse y participar, y no se necesita una cantidad de dinero o poder para seguir en movimiento", dijo Lee, según informó esta semana The Straits Times, periódico controlado por el gobierno.

"Uno sólo necesita buena gente y pasión, y con eso puede triunfar", añadió

Él tendrá que hacer más que eso para convencer a la Alianza para la Reforma y la Democracia en Asia, una organización de activistas de la región que dio a Singapur una mala nota en su Índice de Democracia de Asia 2005.

En la lista, Singapur se ubica en el penúltimo puesto, apenas por encima de Birmania, país gobernado por una junta militar.

El índice evalúa la situación de los derechos civiles, las elecciones, la gobernanza, los medios de comunicación, el régimen de derecho y la participación pública en 16 países asiáticos. Entre ellos, Japón, Bangladesh, Filipinas, Tailandia, Corea del Sur, Camboya, Pakistán y Malasia.

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